Tegucigalpa, Honduras.- Desde que el dengue comenzó a azotar al país, los niños se han convertido en las principales víctimas de esta enfermedad. El colapso de las salas pediátricas en los hospitales fue solo el inicio de una tragedia que hoy se refleja en cifras muy difíciles de asimilar.
Hasta el 24 de agosto del presente año, se han confirmado 162 muertes por dengue. Sin embargo, solo 52 de estos casos han sido validados por el Comité de Mortalidad del Dengue, dejando 110 fallecimientos aún bajo investigación.
Las estadísticas oficiales compartidas por la Secretaría de Salud llegan con un retraso de tres semanas, pero los reportes hospitalarios de la primera semana de septiembre revelan que otras seis personas han perdido la vida, lo que sugiere que el número total de fallecidos es mayor al reportado.
Durante esta semana, no se había registrado ningún deceso hasta ayer, cuando una mujer de 48 años falleció en el Hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula.
El dengue no tuvo piedad, arrebatando la vida de aquellos cuyo mayor “crimen” fue ser jóvenes y vulnerables. De los 162 decesos confirmados por la Secretaría de Salud (Sesal), 83 corresponden a niños y adolescentes menores de 19 años.
Entre ellos, se reportó el deceso de 42 niños de entre 0 y 9 años, que dejaron de correr y jugar; 23 niños de entre 10 y 14 años, y 18 adolescentes de entre 15 y 19 años vieron sus sueños truncados.
Desde el inicio de la epidemia, la ministra de Salud, Carla Paredes, reconoció que el principal desafío fue enfrentar el serotipo 3 (DENV-3), ya que su circulación predominó en 2024.
El país contabiliza unos 137,000 casos de dengue, y el DENV-3 es el responsable del contagio de 6,442 personas.