Los desplazamientos por el accionar del crimen organizado son una realidad en Honduras.
Un diagnóstico al que tuvo acceso EL HERALDO establece que hay 10 departamentos de Honduras entre las principales zonas de riesgo y expulsión de víctimas del crimen organizado.
Este diagnóstico, denominado “Desplazamiento forzado y necesidades de protección generadas por nuevas formas de violencia y criminalidad en Centroamérica”, fue elaborado por la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) y el Centro Internacional para los Derechos Humanos de los Migrantes (Cidehum).
Estos organismos establecieron que en los últimos tres años, los países del Triángulo Norte (Honduras, Guatemala y El Salvador) han sido más afectados por los desplazamientos.
El crimen organizado comprende toda una estructura organizada y coordinada entre sí, que incluye redes de narcotráfico, pandillas, maras y grupos criminales que operan desde el nivel local hasta el transnacional.
De ahí que se enfatice en las necesidades de protección nacional e internacional que requieren las víctimas del crimen organizado y establecer las posibilidades de atención institucional (gubernamental, internacional y de sociedad civil) en dichos ámbitos.
Los organismos establecieron que ante la falta de registros oficiales sobre la cantidad de personas desplazadas en CA, una aproximación puede darse revisando los índices de homicidios en los países concernidos, la identificación de zonas de riesgo y las zonas en las que se ha reportado el desplazamiento forzado por parte del crimen organizado, las cifras de las personas deportadas y expulsadas desde países de Norteamérica y las solicitantes de la condición de refugiados por persecución del crimen organizado.
Las cifras
En el caso de Honduras, las cifras son reveladoras. En el 2011 Honduras tuvo una tasa de homicidios de 86.5 por 100,000 habitantes, es decir, la más elevada del mundo.
En el 2012, esta tasa apenas se redujo a 85.5 homicidios por 100,000 habitantes.
De acuerdo a las cifras presentadas en el diagnóstico (en base a tasas y población de 2010), en Honduras hay 10 departamentos entre las principales zonas de riesgo y expulsión de víctimas.
Estos departamentos y sus tasas de homicidios son: Atlántida (131.3), Cortés (113), Colón (88.6), Copán (85.3), Francisco Morazán (83.5), Santa Bárbara (76.8), Comayagua (72.1), Yoro (85.7), Olancho (78.7) y Choluteca (21.8).
Estos departamentos tienen, en conjunto, una población aproximada de 6.5 millones de habitantes, lo que significa que albergan a casi el 75% de la población hondureña.
En el caso de Atlántida, se concluye que ya ha habido desplazamientos en Jutiapa y La Ceiba.
En Cortés, hubo en San Pedro Sula, Omoa, Puerto Cortés, Choloma y Villanueva.
En Colón hubo desplazamientos en Trujillo y en el Bajo Aguán. En Copán hubo en La Entrada y Dulce Nombre.
En Francisco Morazán se reportaron desplazamientos en Maraita, aldea La Redonda; y en diversas colonias, aldeas y caseríos del Distrito Central.
En Santa Bárbara solo se reconoció zonas de riesgo de desplazamiento, entre ellas Concepción del Norte, Las Vegas y El Ocotal. En Comayagua se supo de desplazamientos en Comayagua, Siguatepeque y San Juan de Opoa.
En el caso de Yoro, se sabe de desplazamientos en Morazán.
De Olancho, solo se reportan en el municipio de Juticalpa, mientras en Choluteca en su cabecera departamental.
Según el diagnóstico, los solicitantes de protección internacional y reconocimiento de refugiado suelen pedirla a Estados Unidos, Canadá y otros países de la región como México, Costa Rica y Panamá.
Los principales hallazgos del diagnóstico
• En CA se mantiene como constante la migración económica/laboral por las dificultades de situación socioeconómica imperante y la búsqueda de mejores niveles de bienestar.
El crimen organizado genera desplazamiento forzado al interno y externo de los países. Este último motivo se evidencia con mayor intensidad en los últimos tres años en los países del triángulo norte centroamericano, lo que se ve reflejado en el aumento de los índices de violencia (homicidios, criminalidad).
• El crimen organizado ha aumentado su presencia y efectos negativos en Centroamérica, lo cual se evidencia por medio de las extorsiones, asesinatos, reclutamiento forzoso, control estratégico de territorios, el temor generalizado en la población, el aumento de los índices de violencia (históricamente elevados en estos países) y la colusión y el debilitamiento de las estructuras de los Estados. Ante esta situación, la protección nacional está siendo un recurso incipiente, ineficaz e insuficiente, no por falta de voluntad política de los Estados, sino por la mayor presencia del crimen organizado y la violencia generada por su accionar.
• La población más vulnerable ante el accionar del crimen organizado son las personas menores no acompañadas, así como las mujeres solas y las mujeres jefas de hogar con hijos e hijas pequeñas. Sus necesidades de protección están relacionadas con la salvaguarda de sus vidas e integridad personal.