TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Emprendió como barbero desde los 11 años, estudia el séptimo curso en el Instituto Técnico Comalhuacan de Comayagua, y aunque ha logrado lo que se ha propuesto, Eduardo Espinal tiene un importante sueño pendiente que quiso compartir con el equipo de EL HERALDO, quien dio a conocer su historia.
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En una amena visita a la aldea Mata de Caña, en Comayagua, y en conversación sobre sus planes a futuro, el pequeño reveló que sueña con conocer en persona a la presidenta Xiomara Castro, quien es una de las mujeres que más admira por su labor en el país.
El pequeño emprendedor, conocido internacionalmente como ‘El barbero más joven de Centroamérica’ explicó que le gustaría platicar con la mandataria, que conozca su humilde barbería, que sea testigo de su talento detrás de la máquina y quiere saber su impresión sobre su historia de vida.
De modo que realizó un video que pretende que llegue a los ojos de Xiomara Castro, para que pueda cumplir su tan anhelado sueño de niño. “Ojalá me vea, yo sé que ella pasa bien ocupada, pero me gustaría que se tome unos minutos para venir a visitarme o yo ir allá, no sé, eso me haría muy feliz”, dijo entusiasmado a este rotativo.
Según sus padres, al pequeño emprendedor le hace muy feliz dedicarse a la barbería y es un excelente estudiante, por lo que se sienten muy orgullosos de él y de que sea una inspiración para muchos pequeños de su comunidad demostrando que no es necesario migrar al extranjero para salir adelante.
”Desde pequeño ha sido un niño trabajador y estudioso, me siento muy bien porque nunca me imaginé esto, le doy gracias a Dios por todo”, dijo su madre Merlin Carranza.
Mientras tanto, Eduardo se comunica seguido con EL HERALDO para saber si su petición fue publicada y si ya hay alguna respuesta favorable de la presidenta Castro. “Me avisa cualquier cosa, yo estoy pendiente del celular a ver qué dice -Xiomara Castro-, voy a tener bien aseadito aquí y me voy a arreglar”, fueron sus recientes palabras recibidas este viernes -24 de febrero-.
Un ejemplo a seguir
Eduardo y sus padres Wilfredo Espinal y Merlin Carranza migrarían a Estados Unidos hace dos años, pero el pequeño los convenció de quedarse en Honduras y apoyarlo para instalar su barbería, con la cual logra llevar alimentos a su casa, abastecer su negocio y hasta generar un empleo.
Su papá trabaja cargando arena del río para luego vendérsela a constructores, mientras que su madre es ama de casa. Por su parte, el pequeño divide su tiempo para cumplir con sus responsabilidades escolares, de trabajo y disfrutar su niñez con diferentes juegos en sus ratos libres.
Su historia ha trascendido fronteras, muchos aplauden el arte que logra hacer con sus manos y en su barbería recibe hombres y mujeres que demandan sus servicios, los cuales rondan entre 50 y 100 lempiras. A futuro, el laborioso niño sueña con convertirse en un barbero profesional y construirle una casa a su madre.