TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La no socialización de la guía o currículo de la nueva Ley de Educación Integral de Prevención al Embarazo de Adolescentes, a implementarse en las escuelas del país, está terminando de socavar la confianza de los distintos sectores sobre cuál es el propósito que persigue la ley.
Es difícil armarse una idea de cuáles serán los alcances de la ley si no se conoce en detalle su forma y fondo. Para el caso el especialista en educación, Armando Euceda, director de posgrados de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), consultado por EL HERALDO se abstuvo de referirse al tema sin antes conocer la guía propuesta finalmente.
Al consultar en Educación cuándo se socializaría la cuestionada guía, el viceministro, Edwin Hernández refirió -como única respuesta- que este lunes emitirán un oficio sobre el tema que se hará público.
La nueva ley aprobada el pasado 8 de marzo en el Congreso Nacional ha generado polémica desde su presentación. Según el decreto, la legislación busca construir currículos de educación sexual adecuados a la edad de los estudiantes para prevenir los embarazos en menores, pero a criterio de padres de familia la ley pretende incorporar ideologías que no son coherentes con los valores hondureños, por lo que no aceptan la implementación de una currícula dirigida a clases de sexualidad y ahí es donde radica la polémica.
De acuerdo a Laura Nieto, psicóloga de Casa hogar CEAD, son los padres quienes deben -desde los primeros años de vida del niño o niña- encargarse de enseñarles a expresar con orgullo su sexo. “Si el niño comienza a realizar preguntas es porque está adquiriendo mayor curiosidad y es ahí donde se le debe hablar de cómo fueron concebidos y el papel que jugó la mujer y el hombre”.
Aconsejó no esperar a que la tecnología u otras personas vengan a confundirlos, pues el aprendizaje fuera de casa sobre autoconocimiento y sexualidad son los que le ayudarán a bloquear cualquier información que pueda confundirlos.
Educación sexual ya se imparte en aulas
En la actualidad los centros de educación básica a nivel nacional ya imparten desde hace años la temática de educación sexual en sus cátedras. Las clases de Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y Educación Cívica, son las materias donde las temáticas son introducidas por los docentes utilizando para ello Guías Metodológicas “Cuidando mi salud y mi vida”, que forma parte del Programa Jóvenes Saludables coordinado por PASMO/USAID, confió una docente.
Y es que en efecto, el embarazo en adolescentes es un grave problema en Honduras, las cifras analizadas por la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus revela que al año hay más de 35 mil partos en niñas y adolescentes en el país y en el sistema educativo lo resienten, así lo reconoce Joel Navarrete, presidente del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (Copemh), “es un tema que urge y que debe tratarse con responsabilidad y con el personal capacitado”.
Un reto para los docentes
El dirigente magisterial dijo a EL HERALDO que han pedido en reiteradas ocasiones al Congreso Nacional que socialice la ley con todos los sectores.
A la vez consideró que como es un tema que buscan introducir en la malla curricular de manera transversal para ello antes “es necesario capacitar al personal docente”.
Amplió que en la actualidad ni las asignaturas primordiales (Español, matématicas, sociales y naturales) están al día en temas de capacitación docente, en ese sentido desconocen cómo podrían entonces estos mismos docentes asumir esta nueva responsabilidad.
Para el presidente del Colegio de Pedagogos de Honduras del departamento de Cortés, Jorge Castillo, las autoridades necesitan primero realizar “una capacitación exhaustiva con los docentes y no algo informal como lo hacen con otros programas”.
Reconoce que urge la implementación de estos temas de manera más profunda y no solo como se ha estado implementado hasta ahora y porque la temática a abordar en la Ley de Educación Integral de Prevención al Embarazo de Adolescentes es parte de la vida misma. “No darles a los alumnos estos temas, estos conocimientos, sería privarlos de la educación misma, de cómo enfrentarse a la vida”.
El problema radica -considera Castillo- en que “todos los programas que se incluyen en el currículo no se socializan nunca con la base del Ministerio de Educación o autoridades locales, una vez aprobado nos dan a conocer lo que existe”.
