Honduras

Entre la arena y bajo el Golfo de Fonseca se ahoga Cedeño

Inimaginable que las playas de Cedeño ahora parezcan una zona de guerra por las oleadas que conquistan tierra firme
20.09.2023

CHOLUTECA, HONDURAS.- Después de una angustiosa noche esperando lo peor y bajo la luz de una luna llena de incertidumbre, doña Karen Almendárez se despertó sonriente porque las marejadas del Golfo de Fonseca no inundaron su vivienda en Cedeño, una aldea de Marcovia, Choluteca.

Sin embargo, tarde o temprano este temor se materializará, ya que cierto sector de Cedeño, en la zona sur de Honduras, está condenado a quedar bajo el mar, según los pronósticos.

Así transcurren las noches, madrugadas y días para muchas familias de Cedeño, donde viven en constante expectación de que la tranquilidad sea interrumpida por las marejadas del Golfo de Fonseca que ya han dejado al menos 50 viviendas sepultadas bajo montañas de arena y las aguas amenazantes.

EL HERALDO fue testigo de la angustia de numerosas familias que no tienen a dónde ir y quedan expuestas a ser víctimas de las marejadas. También se evidenciaron escenas dramáticas de viviendas y escuelas enterradas bajo la arena y el mar. Todo parece una zona de guerra: hay escombros y personas lamentando tener que abandonar sus esfuerzos invertidos en una casa.

Un campo de fútbol donde la comunidad se reunía para presenciar eventos deportivos ahora es un terreno lleno de arena. Varias viviendas que se construyeron hace muchos años en tierra firme, a varios kilómetros del mar, ahora están sumergidas en el Golfo.

No solo eso, la principal escuela pública de Cedeño, Michel J. Hasbum, tenía el privilegio de tener una impresionante vista al mar, pero las oleadas están haciendo que la casa de estudios quede poco a poco sepultada bajo la arena. La escuela ya ha sido cerrada.

Lo dramático de la situación es el auxilio que las familias necesitan ya que no tienen recursos económicos para mudarse.

Entre las familias que ponen en peligro sus vidas está doña Karen, quien en lugar de desayunar a las 7:00 de la mañana, está usando una pala para sacar toda la arena que ha invadido su vivienda, donde también viven tres menores de edad. Ella es trigueña y de aspecto robusto, pero ya rebasa los 70 años.

“Estoy sacando toda esta arena porque el mar se mete aquí constantemente”, dijo a EL HERALDO.

Por el calentamiento global, Cedeño podría desaparecer en 100 años
Esta imagen solo representa la realidad de las casas en la comunidad de Cedeño: muchas están sepultadas y esta situación es irreversible.

Doña Karen, un poco cansada, no ocultó su miedo de vivir exponiendo su vida, pero explicó: “¿A dónde me voy a ir si uno aquí es pobre? Aquí aguantamos todo lo que el mar quiera arrojarnos”.

La vivienda de doña Karen no tiene piso de cemento, mucho menos cerámica, ya que todo está cubierto de arena.

A unos metros de distancia, en medio de casas derrumbadas y otras sepultadas por las olas, está sentada doña Raquel Estrada junto a su madre de 89 años y su pareja sentimental.

En un fogón improvisado están calentando frijoles. Los tres están bajo la sombra de una bolsa de color negro que funciona como techo.

“Mire, esta es nuestra casa, pero tenemos que estar aquí porque adentro todo está inundado y lleno de arena. Aquí es donde dormimos, en esta arena”, contaba mientras se le escapaban un par de lágrimas.

“No tenemos a dónde ir, las autoridades no nos ayudan. Mi mamá ya tiene 89 años. Un día el mar se metió y desde entonces dormimos bajo la sombra de este nylon que mi esposo puso”, señaló.

También hay historias como la de Carlos Espinoza, a quien el mar se tragó su casa y ahora vive en la calle, refugiado en algunas chozas.

El sol, la arena y el mar parecen conspirar contra las playas sureñas de Honduras, donde las playas se ahogan y las construcciones retroceden. Las autoridades locales piden ayuda, pero hasta ahora lo más que se ha realizado es la intervención de Copeco.

“Esto mata sentimentalmente a cualquiera. Justo aquí era mi casa, yo vivía con mis hijos y mi mujer, pero mire ahora, quedamos en la calle. Dormimos donde nos agarra la noche, aunque ultimadamente nos hemos venido a meter a chozas (champas) para estar en la noche”, contó el angustiado hombre.

Carlos después de perder su casa por las peligrosas olas, también perdió su empleo de pescador de una empresa, tras esto se sinceró ante este rotativo y desveló que desde entonces en convirtió en un alcohólico y toda su familia se dividió.

Esto solo son los efectos colaterales de la tragedia que cruza Cedeño.

El sol, la arena y el mar parecen conspirar contra Honduras, donde las playas se ahogan y las construcciones retroceden. Las autoridades locales piden ayuda, pero hasta ahora lo más que se ha realizado es la intervención de Copeco.

Y el panorama a futuro es más complicado de lo que parece pues, “Cedeño podría desaparecer por completo en 100 años”, advierte un informe del organismo no gubernamental Comité de Defensa y Desarrollo de la Flora y Fauna del Golfo de Fonseca (Coddeffagolf).

El mar ha ido “avanzando” hasta inundar 105 metros en 17 años, declaró a la AFP con base en el informe Jorge Reyes, jefe de Proyectos de Coddeffagolf. El escrito establece cómo era Cedeño en 2004 y luego en 2021.

Los datos más actuales dictan que, en los últimos 30 años, el pueblo ha perdido cuatro calles. El agua se ha comido seis cuadras, las casas de 600 familias, seis hoteles, cuatro salones de fiestas, las oficinas de Hondutel, un laboratorio de camarón y un kínder.

Llámese cambio climático o calentamiento global, todo indica que el poder destructor del humano provoca que el mar busque avanzar a tierra firme.

Entre tanto, los mismo pobladores denunciaron ante EL HERALDO que algunas ayudas se les entregaron por Copeco, sin embargo, fueron selectivas o politizadas.

“No nos engañen, no nos quieren ayudar. Vino Copeco a dar ayuda, pero solo a cierta gente y claro que solo fue a la gente de ellos. El alcalde tampoco nos pone atención. Den ayudas, pero no a través de la alcaldía, vengan directamente con la población”, pidió Alberto Aguilera, otro afectado de la zona.

7,000 habitantes tiene Cedeño y todos temen por lo que está ocurriendo en la zona sur del país, por lo que piden ayudas.
El mar se traga costas de Cedeño; casas, locales y calles ya han sido consumidas