TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con el lema “Educar para refundar” se llevó a cabo la conmemoración de los 201 años de independencia patria; y aunque muchas cosas se realizaron siguiendo la tradición, esta vez también destacaron varias particularidades.
Aunque en esta ocasión se habían programado para las 5:30 de la mañana, los actos comenzaron a las 6:00 a.m, con los acostumbrados siete cañonazos, lanzados desde lo alto del cerro Juana Laínez, en la capital, donde también se izó una enorme Bandera de Honduras.
El homenaje militar a la patria estuvo liderado por los altos mandos de las Fuerzas Armadas, mientras de forma paralela se realizaba la izada de la Bandera Nacional también en el parque central.
Justo en ese acto radica uno de los cambios para este año, pues el grito de independencia, que siempre tenía lugar en el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), esta vez se realizó en la Plaza de las Banderas del parque central, cerca de la insigne estatua del paladín centroamericano, Francisco Morazán.
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Hasta ahí llegó la presidenta Xiomara Castro, quien caminó por una alfombra roja junto a su hijo y secretario privado, Héctor Zelaya y al canciller Eduardo Enrique Reina.
A la cita también asistieron otras autoridades como el alcalde del Distrito Central, Jorge Aldana, el presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo y otros miembros del gabinete.
La mandataria llegó luciendo un vistoso traje en color turquesa, como el Pabellón Nacional, destacando así de entre el resto de autoridades.
CAMPANADAS E HIMNO NACIONAL
A las 6:00 en punto también sonaron las campañas de la iglesia católica situada justo frente al lugar donde se realizaban los actos cívicos y esa fue la señal para comenzar a interpretar las notas del Himno Nacional de Honduras por parte de la Banda de los Supremos Poderes, mientras los pabellones eran subidos lentamente ante la mirada ferviente de los ciudadanos.
Al finalizar, fue el turno de Himno a la Granadera, escrito por el escritor, poeta y ensayista hondureño Rómulo Ernesto Durón y Gamero, el cual se toca en honor a la unidad centroamericana mientras las banderas de Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica son alzadas al lado del Pabellón hondureño que por primera vez ondeaba en turquesa, cumpliendo con el decreto de 1949 que durante el gobierno de Juan Manuel Gálvez estableció ese color para el símbolo patrio.
Posteriormente, la presidenta colocó un arreglo floral a la estatua de Morazán, seguida por algunos oficiales que imitaron la acción. El acto fue dado por finalizado instantes después con la frase: “¡Que viva la Independencia!” en la voz de la maestra de ceremonia.
Fue así que las autoridades antes mencionadas procedieron a saludarse con un apretón de manos y posteriormente se retiraron para trasladarse al Estado Nacional José de la Paz Herrera, mejor conocido como “Chelato Uclés” hasta donde llegaron los grupos académicos, artísticos y estatales para rendir tributo a la patria.
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A diferencia de años anteriores, el Acta de Independencia no fue leída por el edil capitalino de turno, así como la presidenta no pronunció el acostumbrado discurso y posterior grito de independencia. El único que dio declaraciones a la prensa antes de marcharse fue el canciller Reina, quien indicó que: “Hay que recordar que se cumple también el fallecimiento del general Francisco Morazán, no debemos olvidar esa doble visión de la fecha, como hondureñas y hondureños no debemos olvidar la dignidad, la soberanía y el gran sacrificio que hizo Francisco Morazán por Centroamérica y la unidad”.
ESTADIO NACIONAL
El Estadio Nacional esta vez recibió los esperados desfiles de Independencia llamándose de otra forma: la actual administración, desde el Congreso Nacional, aprobó sustituir el nombre de expresidente Tiburcio Carías Andino por el de José de la Paz Herrera, el admirado jugador de fútbol que formó parte de la primera Selección de Honduras que debutó en un mundial, específicamente en el de 1982 realizado en España y que con los años se convirtió en un respetado maestro de deporte en el país, hasta su muerte el 28 de abril de 2021. Otorgarle su nombre al recinto fue un homenaje póstumo.
Desde tempranas horas de la madrugada el lugar comenzó a llenarse de ciudadanos que acudieron desde distintos puntos de la ciudad para disfrutar de las presentaciones artísticas, culturales, militares y políticas.
Cientos de personas se formaron en las entradas del coloso e ingresaron ordenadamente, según lo constató EL HERALDO, que desde temprano comenzó a captar cada detalle de las fiestas patrias.
COLOR Y CIVISMO
Una vez en el bulevar Suyapa, donde comienza el recorrido de los grupos que entraron al coloso capitalino para realizar sus ensayadas presentaciones, los institutos educativos también comenzaban a formarse para poder hacer su ingreso de forma ordenada.
Fueron 55 los colegios que se enlistaron para participar en los desfiles de Independencia, dentro de los que se prepararon bandas marciales y de guerra, cuadros de palillonas y pomponeras, cuadros de honor, pelotones, cadetes y otros grupos artísticos.
Maestros, estudiantes, padres de familia y personal administrativo dedicaron meses a ensayar las coreografías, preparar los atuendos y las decoraciones con las que sus centros educativos brillaron y se ganaron las miradas y los aplausos del público.
Y en otras ciudades del país también se realizaron desfiles, pues todos los hondureños dijeron presente a la magna celebración de su emancipación política.
LOS DESFILES VUELVEN A COINCIDIR
Antes del golpe de Estado en Honduras todos los capitalinos marchaban juntos rumbo al Estado Nacional, pero desde el 2009 se comenzó a realizar un desfile paralelo al oficial, el cual partía desde el bulevar Morazán y culminaba en el parque central y estaba integrado por militantes del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), grupos sindicales y comunidad LGTBIQ+.
Pero con el Partido Libertad y Refundación (Libre) en el poder, el presidente del partido, el expresidente José Manuel Zelaya Rosales, llamó a sus militantes a volver a llevar la marcha hasta el estadio, una situación que generó el único incidente violento registrado en el marco de la celebración de Independencia.
“Mel”, como se le conoce al exmandatario, acompañó a la movilización, pero dijo que por problemas en su cadera lo hacía a bordo de un vehículo, en el que lo acompañaba su hija y actual diputada Xiomara Hortensia “La Pichu” Zelaya Castro, y el ministro asesor en materia de Comunicaciones, Milton Benítez.
RECHAZO
El expresidente y sus seguidores hicieron su ingreso al Estadio alrededor de las 11 de la mañana. Cientos de personas portando pancartas y banderas alusivas a Libre desfilaron por el área habilitada, cuando de repente, bolsas y botellas con agua comenzaron a caer sobre ellos, mientras desde las graderías se proferían insultos y abucheos en su contra.
Al parecer, a algunos miembros del público no les pareció la idea de que el grupo desfilara en el estadio, lo que generó tensión y preocupación de que fuera a desatarse un incidente mayor. Aún así, el FNRP siguió su ruta hasta llegar al estrado principal para saludar a la presidenta, quien se levantó de su silla para darles la mano, sonreírles y hablar con algunos de ellos.
Afortunadamente la situación no pasó a mayores, aunque sí logró paralizar el ingreso de centros educativos durante algunos minutos.
Una vez dentro del estadio, el expresidente subió a la tarima para ocupar una silla junto a su esposa y continuar disfrutando juntos de las presentaciones.
PRESENTACIONES ARTÍSTICAS
La celebración de los 201 años de Independencia también contó con la participación de destacados artistas, entre ellos la ganadora del primer lugar de La Academia: 20 años, Cesia Sáenz, quien tuvo el honor de cantar el Himno Nacional.
Vistiendo un elegante traje blanco, la joven de 23 años, originaria de Comayagua, subió a un escenario colocado justo al centro de la cancha y faltando cinco minutos para las 12:00 del mediodía comenzó a entonar las notas del canto.
Su presentación fue aplaudida por todo el público, que comenzó a apoyarla y a seguir su carrera desde su participación en el concurso de canto mexicano.
A las 12 también se dispararon los penúltimos siete cañonazos de salva, como lo dicta la tradición militar, pues el día cerró a las 6:00 de la tarde, con los siete restantes.
Después de Cesia fue el turno de la cantante hondureña Gaby Flores, quien con su bella voz y vistiendo un colorido vestido con detalles patrios entonó el tema oficial de las cadenas nacionales “Canción y Vida”.
De igual manera hubo participación de un cuadro de mojigangas y una banda de rock, como muestra de que el talento en el país es incontable y enorme.
DEPORTES TAMBIÉN PRESENTES
Otra de las sorpresas de la jornada fue la presencia del boxeador de origen hondureño, Teófimo López, quien llegó al país para ofrecer un show de boxeo en la celebración de Independencia.
López, aunque nació en Estados Unidos es hijo de padres hondureños y con mucho orgullo compitió en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 representando a Honduras y en 2019 ganó el título mundial de peso ligero de la FIB, luego, en 2020 retuvo el título de la FIB, ganó el del CMB, AMB y OMB.
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DISCURSO DE LA PRESIDENTA
Dedicando las fiestas patrias al general Francisco Morazán y su aporte a la Patria, así inició su discurso la presidenta Xiomara Castro, quien decidió dar sus palabras a los hondureños desde el Estadio Nacional.
Un día como hoy, 15 de septiembre de 1842, fue asesinado en la ciudad de San José de Costa Rica el héroe de Centroamérica, general Francisco Morazán Quezada, traicionado y abatido por la fuerza conservadora del mal; dos siglos después de la proclama de la independencia, dedico con conciencia revolucionaria y amor a la patria esta conmemoración al general Francisco Morazán Quezada, al revolucionario paladín de nuestra patria, político, presidente de la federación centroamericana que luchó sin tregua por la unidad de Centroamérica”, comenzó diciendo Castro.
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La primera mujer presidenta de Honduras en pronunciar un discurso en el marco de la Independencia también ordenó “mantener presente las ideas y la figura de Morazán en las luchas por la refundación de la patria, en las luchas por la construcción de un sistema alternativo humanista, que salve la vida y proteja la naturaleza destruida por los nuevos dioses del neoliberalismo”. Y a las autoridades de “Educación, Cultura y Planificación que procedan de manera inmediata a transformar el modelo educativo, a instalar la cátedra morazánica en cada escuela, en cada colegio, en cada universidad”.
“En cada institución del Estado, en cada escuela, en cada aula, en cada oficina municipal, a partir de este día se debe rendir homenaje y exponer la imagen del héroe y publicar su obra”, enfatizó, al tiempo que pidió restaurar la casa donde nació el paladín, la cual está situada en el centro de Tegucigalpa.
Castro también agradeció al hermano pueblo salvadoreño por enterrar y conservar en un lugar respetado los restos de Morazán y posteriormente exclamó: “¡Viva la Independencia! ¡Viva la refundación! ¡Viva el pueblo de Honduras! ¡Muchas gracias!”.
Luego llegó el turno de uno de los actos más esperados: el momento en que los paracaidistas hondureños surcaron los cielos portando las banderas de las naciones centroamericanas y estandartes de las instituciones a las que representaban.
Aunque el viento provocó que dos de ellos cayeran fuera de la grama (uno en el área de gradería y el otro afuera del estadio) el resto del espectáculo fue muy bien ejecutado y avivó la algarabía de los presentes.
Otra de las particularidades del show fue la presencia de la teniente Génesis Reyes, quien saltó junto a sus 39 compañeros varones desde un helicóptero y una vez en tierra tuvo el gesto de entregarle a la presidenta Castro un ramo de flores.
FINAL DE LOS DESFILES
El recorrido de los institutos culminó alrededor de las 3:45 de la tarde, con el insigne Instituto Central Vicente Cáceres (ICVC), el cual, como cada año, fue muy esperado y aplaudido por el público.
Con sus bandas marcial y de guerra, sus demás grupos artísticos y académicos y su mascota de ratón, el colegio más antiguo del país puso fin a la jornada que se realizó de manera normal por segundo año consecutivo, tras que la fatídica llegada del covid-19 obligara en 2020 a los alumnos a protegerse tras la virtualidad y a las anteriores autoridades a elevó los pabellones a media asta, en homenaje a todos los hermanos centroamericanos muertos por la enfermedad.
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