Honduras

Expedición made in Honduras

Una aventura de alta tensión espera a los adictos a la adrenalina en La Mosquitia hondureña con deportes extremos, fauna silvestre y la mejor experiencia de su vida

07.04.2014

Orge Salaverri es un hondureño que conoce, disfruta y comparte la belleza de nuestro país con los demás. Este ingeniero forestal es un inagotable defensor de la selva misquita. Conozca con él cómo se arma un viaje a la segunda selva más grande de América.

Salaverri fue el guía de nuestra expedición y nos cuenta cómo armar una aventura de este tipo.

Salida

Todos los viajes parten de La Ceiba o de Tegucigalpa, atravesando Olancho hasta llegar a Bonanza, en Colón, donde alquilamos mulas que llevan la carga hasta los nacimientos del río.

Un viaje al río Plátano es una travesía que incluye una caminata de 8 horas desde Bonanza a Waraská, que significa cabecera de río en pech.

Desde aquí se navega en balsa durante siete días, hasta llegar a Las Marías en Gracias a Dios.

Cada día se acampa en un lugar diferente a la orilla de las aguas limpias del río Plátano. En el trayecto se atraviesa una selva virgen o en vías de recuperación.

Todavía se pueden ver tapires, nutrias, venados, guaras rojas y verdes, tucanes, pájaros campana o loras. Yo le llamo una experiencia de calidad.

Riqueza natural

El viaje se puede extender unos días extra para hacer caminatas a campo traviesa, siguiendo el curso de quebradas. Escalamos alguna montaña o visitamos cuevas con sitios arqueológicos.

Esta aventura requiere del esfuerzo de todos los participantes, y algunas veces cargamos el equipo para esquivar los obstáculos del famoso subterráneo: un cañón de un kilómetro de largo con peñas gigantescas y aguas muy bravas.

Después del subterráneo, los rápidos son menos frecuentes y podemos encontrar mucha fauna silvestre. El último día de navegación nos encontramos con los misteriosos petroglifos de Walpaulbantara y Walpaulbansirpe y con vistas panorámicas del legendario Pico Dama.

La navegación en balsa inflable termina en Las Marías, donde dormimos en camas con mosquiteros y disfrutamos la rica comida de Doña Rutilia, nuestra anfitriona pech.

De Las Marías se continúa en pipante con motor hasta el pueblo misquito de Raistá, en la costa, donde pasamos la última noche. El último día partimos en una lancha con motor colectivo a Pueblo Nuevo, habitado por garífunas. Desde allí tomamos un pick up 4x4 por la playa, luego por calle de tierra hasta que llegamos a Tocoa, en unas cuatro horas. El viaje termina en La Ceiba donde cada quien continúa a su destino final.

Logística

Nosotros contamos con todo el equipo de rafting y camping, y compramos las raciones de comida de acuerdo al número de participantes y la duración del viaje.

Tenemos dos modalidades de viajes. Uno económico, alquilando el equipo completo con los guías y los participantes pagan las mulas, comida, motores y transporte terrestre de entrada y salida, así como los alojamientos. La segunda modalidad de viaje es más exclusiva e incluye todo a un precio más elevado.

Rubro

Las mulas en Bonanza valen 800 lempiras cada una. En un viaje se usa un promedio de 10 mulas. El mulero cobra 400 lempiras.

Contratamos conductores de vehículos, alquilamos vehículos 4x4, comemos en comedores en ruta hacia Bonanza y nos alojamos en hospedajes en Bonanza, Las Marías y Raistá.

Contratamos pipantes motorizados, motores colectivos, pick-up hacia Tocoa y bus hasta La Ceiba. Contratamos guías locales de la comunidad.

En la medida que hacemos más viajes, más beneficios económicos derramamos por toda la ruta.

Futuros turistas

“Sería para mí o mi hermano Herminio un honor poder guiar a nuestros compatriotas por estos encantos naturales. Podemos ajustarnos a sus presupuestos y con grupos grandes de unos 10 participantes los costos unitarios son relativamente bajos”, dice Salaverri.

Lo que se gastan en cuatro parrandas y un viaje al extranjero les puede ajustar para costearse los gastos de esta experiencia para toda la vida.

Solo se necesita tener espíritu aventurero y las ganas de hacer el viaje.

Mensaje

La Mosquitia ha sido territorio de paz y abundante naturaleza con una población de indígenas, mestizos y garífunas muy simpáticos y buenos anfitriones.

Antes no se miraban cercas de alambre de púas y todo el mundo se movía libremente por el territorio. A los ladinos que están llegando a La Mosquitia les pedimos que respeten las tradiciones y costumbres de los nativos y no invadan las tierras, ya que aunque no tengan cercas, eso no significa que no tienen dueños.

A los gobiernos locales y centrales, reconozcan el estilo de vida y tenencia de la tierra en La Mosquitia y detengan las invasiones de la Reserva del Corredor Biológico Centroamericano, especialmente de la Reserva del Hombre y la Biósfera del Río Plátano.