TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Sonrisas y satisfacción por tener algo que comer dentro del seno familiar en tiempos de crisis por el Covid-19 son parte de las emociones que embargan a quienes han vivido del día a día, pero que quedaron de brazos cruzados, también desempleados o aquellos que no poseen un sustento fijo en los hogares.
En sus manos fueron entregadas raciones de alimentos básicos sin distingo de ningún tipo como una ayuda al prójimo, a quienes son los más perjudicados por una pandemia sin precedentes. Todas estas cooperaciones son posibles por un proyecto de conciencia social que empezó como una simple colecta y ahora es una organización altruista que reparte esperanza.
Se trata de Operación Frijol, una iniciativa que surgió de un grupo de jóvenes hondureños que busca beneficiar a familias desposeídas, en cuyo inicio destinaron parte de su dinero e hicieron una donación de 100 canastas de alimentos.
El pasado 27 de marzo, cuando ya habían 68 casos positivos de coronavirus al igual que un deceso en el territorio nacional y estaba vigente un estado de excepción que aún prohíbe la libre circulación, empezó el proyecto de solidaridad basado en esa fuente común de nutrientes de los catrachos.
Dos días después, las donaciones superaron las expectativas a través de la plataforma de recaudación de fondos Abrassos, fijándose la meta de un millón de lempiras para favorecer a cientos de personas de escasos recursos económicos. A la fecha, esta iniciativa ya superó el millón de lempiras y ha llegado a más de 1,110 personas.
Con la contribución de 100 lempiras, Operación Frijol brinda alimentación a una persona, mientras que con 350 lempiras le da de comer a una familia entera, según sus representantes.
Campaña y resultados
Uno de los representantes de esta organización, quien prefirió el anonimato, relató a EL HERALDO que “Operación Frijol surge con un grupo de diez personas que la mayoría estudia en los Estados Unidos y en tres días recolectamos casi mil dólares, luego decidimos hacerlo grande, creamos una campaña en redes sociales y tratamos de llegar a más personas”.
“Hasta este día se han recolectado más de un millón de lempiras y se han beneficiado más de dos mil familias; faltan entre 1,000 a 1,500 canastas, pero todo eso depende de la recaudación”, agregó. El entrevistado puntualizó que gran parte de los favorecidos se encuentran en la capital y unas 400 familias que habitan en San Pedro Sula.
Diferentes parroquias de la Iglesia Católica han otorgado su respaldo para la repartición de cada ración alimenticia compuesta por frijoles, arroz, harina, manteca, café, pastas, pan, huevos, entre otros productos, mencionó.
El delegado de esta iniciativa destacó que “el recibimiento ha sido excepcional porque al ver que la campaña se hizo grande, diferentes empresas e industrias se han querido sumar; hay personas que están vendiendo sus productos y donando parte de las ganancias”.
La meta será redefinida al haberse rebasado gracias a la bondad de cientos de donantes y Operación Frijol continuará a lo largo de la cuarentena decretada por esta enfermedad y después del coronavirus si es posible ante la aceptación al igual que el éxito que ha tenido, informó.
Al alcance de un clic y digitando su tarjeta de crédito o débito, cualquier hondureño sin importar que esté dentro o fuera de las fronteras patrias puede hacer su aporte para que personas de todas las edades junto a sus seres queridos no sufran hambre en momentos en los que hay que permanecer unidos como hermanos que comparten la misma identidad nacional y el amor por Honduras.