Tegucigalpa, Honduras.- La apropiación ilegal de tierras en Honduras es un problema que aumenta cada vez más y que ha provocado que empresarios nacionales decidan vender sus fincas y dedicarse a otro menester que no sea la producción, otros han decidido migrar a otros países en busca de mejores oportunidades.
Además, esto ahuyenta a los nuevos inversionistas extranjeros, que no quieren enfrentarse a un problema tan grande como la inseguridad jurídica y que quedó plasmado en el informe de clima de inversión de Honduras 2024 del Departamento de Estado de Estados Unidos.
El empresario Gundemaro Castillo, por ejemplo, gastó más de 300 mil lempiras solo en abogados para desalojar por la vía legal a los invasores de sus terrenos, un hecho acaecido en noviembre de 2022.
A eso hay que sumarle las pérdidas en pasto y producción de leche que pasó de 1,200 litros a 500 litros. En total, las pérdidas superó los 2.7 millones de lempiras.
“Tras que nos invadieron, le echaron herbicida a todo el pasto, tuvimos que mover las vacas, unas se murieron de hambre, más lo que dejamos de percibir”, contó.
El proceso legal tardó 11 meses, pese a que Castillo contaba con toda la documentación que lo acreditaba como propietario legítimo de la propiedad. Luego, por temor a que nuevamente invadieran sus tierras, tuvo que contratar alrededor de 15 guardias de seguridad que suman, más de 270 mil lempiras en planilla mensual.
“La resolución de disputas sobre propiedad en los tribunales demora años. Hay denuncias de corrupción generalizada en las ventas de tierras, la presentación de escrituras y la resolución de disputas”, indica una parte del informe.
Gundemaro Castillo, quien también es gerente general del Fondo Ganadero de Honduras, explicó que las condiciones de país, hace más difícil producir que importar productos de otros países como Estados Unidos.
A nivel regional no se puede competir, porque otros países cuentan con incentivos fiscales y precios diferenciados para los que producen, algo que no existe en Honduras. “La tasas blandas de interés no existen, peor si tiene que tratar licencia ambiental, toda esa situación, en los últimos años se ha puesto peor”, señaló Castillo.
Los retos a los que se enfrentan los productores son muchos, como el cambio climático, falta de financiamiento a bajos intereses, altos precios de insumos, altos costos de energía, impuestos, plagas y enfermedades, escasez de mano de obra, pero sin duda alguna uno de los que más los está afectando son las invasiones, en el que pareciera que el invasor tiene mayor ventaja que el dueño.
Los propietarios de fincas las están rematando a precios irrisorios, algunos al 50% de lo que valen y otros por menos, depende de la premura que tengan, ya que algunos ocupan el dinero para comenzar una nueva vida en otro lugar.
En el departamento de Francisco Morazán, en la localidad de Lizapa, una finca de 2.5 manzanas su precio es de 5.5 millones de lempiras.
Una finca “apta para café”, de 18 manzanas en Villanueva, Cortés, su precio es de tres millones de lempiras.
En Quimistán, Santa Bárbara, una finca de 67 manzanas, su precio anda en seis millones de lempiras.
En Danlí, El Paraíso, una finca de café de nueve manzanas de terreno está a 1.5 millones de lempiras.
En La Esperanza, Intibucá, un terreno de 35 manzanas que incluye una finca de café con 12 manzanas a un costo de 2.5 millones de lempiras.
Una finca de palma africana en Santa Cruz de Yojoa de 107 manzanas tiene un costo de 1.5 millones de dólares, el equivalente a 37.4 millones de lempiras.
Pérdida a nivel nacional
Honduras carece de estadísticas, es por eso que a mediados de 2024, el Instituto Nacional de Estadística (INE), la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), lanzaron la prueba piloto del Censo Agropecuario Nacional (CAN) 2024, ya que el último censo es de hace 31 años (en 1993).
Hasta 2019, la distribución de las explotaciones, de acuerdo al área que destinan para la actividad ganadera, presenta una concentración del 37% en las explotaciones que tienen menos de 10 hectáreas. Las que poseen entre 11 y 20 hectáreas representan el 21% y el 11% tiene entre 21 a 30 hectáreas. Por tanto, la ganadería en Honduras depende de los ganaderos que tienen menos de 30 hectáreas, que representan el 69% de las explotaciones.
Los tres principales usos de las tierras son actividad agrícola, ganaderas y bosque. El 72% del área se destina a las actividades ganaderas, el 15% a la agricultura y el 13% está cubierto de bosques.
Del total de los ganaderos, el 50% destina áreas para la agricultura y solo el 39% indicó que destina área para bosques. El área promedio destinada a la ganadería es de 29 hectáreas; para la agricultura se usan 8.4 hectáreas principalmente para cultivar granos básicos y frutales para la alimentación de la familia.
Guillermo Cerritos, exdirector de la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh), manifestó que las invasiones de tierra afectan con mayor fuerza a la agricultura, sobre todo a los sectores de palma africana, banano y caña de azúcar.
Compartió que recuerda tres casos de fincas ganaderas que fueron invadidas, que aunque tardó en resolverse, pudieron lograrlo.
“No es lo mismo desalojar una finca de ganadería que una finca de palma, o de banano, o de azúcar. Los que están vendiendo son los medianos y pequeños porque no hay relevo generacional, la mayor parte de los dueños de fincas en Honduras están arriba de los 50 años”, dijo Cerritos.
De acuerdo a datos del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), hay invadidas más de 66 mil manzanas de tierra agrícola en 17 municipios de ocho departamentos del país.
Esto ha impactado en la pérdida de 220 mil empleos y una pérdida económica de 2,400 millones de lempiras por las invasiones, según la gremial empresarial.
Olvin Mondragón, oficial de asesoría legal del Cohep, declaró que personas que dicen llamarse campesinos, pero que son invasores de oficio suelen ocupar tierras productivas y no ociosas y debido a la lentitud que hay en el sistema judicial, es muy difícil llegar al desalojo.
“Son procesos que tardan años, los productores pierden mucho dinero y en algunos casos, las cosechas. Cuando se ven en estas situaciones, ellos prefieren vender sus tierras y las venden a veces a precios a bajo del mercado, porque en algunos casos, son tierras que no las dan por recuperadas, entonces le trasladan el problema a otra persona”, explicó Mondragón.
El Gobierno de Xiomara Castro conformó, hace más de un año, una mesa para resolver el conflicto agrario, la mesa abarca reformas a las leyes y el desalojo.
“En la mesa de desalojo en la que yo formo parte, ya tenemos listo un protocolo de desalojo el cual se implementaría a nivel nacional, la Secretaría de Seguridad, los fiscales y los jueces ya tendrían como seguir el proceso, porque en muchos departamentos los procesos eran distintos, en unos eran más expeditos y otros más lentos”.
Aunque no precisó números, Mondragón aseguró que concretaron desalojos y liberación de tierras, pero en algunos casos, estos son invadidos nuevamente, en cuestión de horas.
“En la figura del desalojo hemos dejado una figura del post desalojo para que los encargados de velar por la seguridad de la persona y la propiedad privada, estén haciendo rondas de vigilancia”, apuntó.
En los departamentos de Colón, Atlántida, Cortés y Yoro es donde más problemas de invasiones hay en Honduras.
“La mayoría son tierras en producción, roban de una finca a otra, caña de azúcar, palma africana, ganadería, en el sector del Lago de Yojoa se están dando muchas invasiones también en la parte de piña, cacao, rambután”.
Mondragón señaló que los pequeños y medianos productores están vendiendo sus fincas y emigrando de manera ilegal hacia Estados Unidos y España.