Tegucigalpa, Honduras
Muchas son las expectativas cifradas con los traslados de reclusos realizados de los vetustos centros penales a las nuevas cárceles de mediana y máxima seguridad.
El director de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA), teniente coronel Amílcar Hernández, es del criterio que estos movimientos ayudarán a reducir el delito en el país. A continuación su diálogo con EL HERALDO.
¿Qué expectativas tienen después de los traslados de integrantes de maras y pandillas a las cárceles de máxima seguridad?
Retomar el control de los centros penales por parte del Estado es algo que va a traer como consecuencia una disminución en la incidencia no solo del delito de extorsión si no que también en el sicariato, robo de vehículos y la venta de drogas; muchos de estos delitos eran ordenados desde los centros penales.
¿Ya se ha visto esa reducción en cuanto a esos delitos?
Es algo que se va a ir demostrando poco a poco, la incidencia va a ir bajando a medida que nosotros vayamos capturando a las personas que trabajaban para estos individuos, el ir capturando a menores edad, mujeres que en muchas ocasiones obedecían las órdenes desde los centros penales.
¿Desde los centros penales se da la mayor parte de las órdenes o afuera hay una estructura fuerte de las maras para extorsionar?
Es una combinación, las estructuras de maras y pandillas tienen esas capacidades de tener dentro de la organización personas que mantienen su jerarquía a pesar de estar presas, pero que siempre tienen sujetos que les controlan los diferentes sectores de las ciudades donde se da esta incidencia delictiva.
¿Será efectivo este aislamiento de máxima seguridad, no podrán tener comunicaciones telefónicas con sus compinches?
El diseño de estas nuevas cárceles está con el concepto de que el control sea por parte de las autoridades penitenciarias y no como era anteriormente que prácticamente el control lo tenían los privados de libertad.
¿Qué está pasando con los miembros de maras y pandillas que están siendo detenidos, van a Támara o directamente a El Pozo I y II?
Las personas que están siendo capturadas y que pertenecen a maras y pandillas son trasladadas a Morocelí (Pozo II) donde aún hay capacidad para poder albergar a este tipo de reclusos, ya que el de Ilama (Pozo I) está casi completo.
¿Qué pasa con los detenidos en los primeros seis días para inquirir, van a Támara o siempre a Morocelí?
Esto depende del juez, es una disposición de él dónde remitirlos, algunos incluso en esos seis días ya los mandan a las nuevas cárceles, es un proceso normal como una cárcel más del país, por ejemplo los recapturados después de la fuga son enviados a Morocelí.
¿Se han debilitado las pandillas con los últimos movimientos?
Claro, todo suma para bajar la incidencia de varios delitos, el que sigamos capturando a individuos que controlaban diferentes sectores ayudará para que no haya esa planificación que se daba desde los centros penales.
¿Hay un plan de captura para los pandilleros fugados que podrían estar dirigiendo ahora en libertad?
Todos los días se ejecutan operaciones con la misión de recapturar a estos 17 individuos, todas las unidades operativas de Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) tienen ese objetivo.
