TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En la medida que el gobierno actual se inclina hacia China continental, coquetea con los rusos y comulga con las dictaduras de Nicaragua, Venezuela y Cuba, Honduras se vuelve una aliada cada vez menos confiable para Estados Unidos. Así lo plantean distintos analistas al ver cómo se mueven las declaraciones del Ejecutivo en materia de política exterior.
Ellos ven con preocupación cómo Honduras está entrando en un campo peligroso del ordenamiento mundial a favor de todo aquello que ha sido contrario a la filosofía de Occidente, considerando al continente americano y Europa Occidental.
Relación con China
De acuerdo con el general retirado Luis Alonso Maldonado Galeas, al acercarse a China el gobierno hondureño está pensando nada más en cómo mantenerse en el poder por un largo tiempo y no desde el punto de vista del papel que esta nación juega en el ámbito geopolítico.
La situación es tal que, de no medirse un endeudamiento con la potencia asiática, el país quede atrapado en la voluntad de China, poniendo en peligro el mercado norteamericano, los acuerdos comerciales, económicos, migratorios, culturales y militares.
Maldonado es del criterio que las relaciones con China deben orientarse a decisiones de tipo económico, diplomático, cultural, académico, científico y tecnológico, que no tengan una incidencia con la seguridad nacional.
La incidencia puede alcanzar niveles de sometimiento si Honduras se excede en las relaciones con China. No es lo mismo tener una relación bilateral con un país con una historia republicana, democrática y respetuosa del Estado de derecho que con una nación que irrespeta todas estas variables por su misma naturaleza, criticó.
Él ve necesario comenzar a valorar la escalada de una crisis. “Aparentemente parece que no la tuviéramos, pero al abrir relaciones con China ya es un primer detonante, suave, de lo que pudiera avecinarse como un riesgo de tipo político con repercusiones muy fuertes si le ponemos otros ingredientes o incentivadores. En esta relación la parte ideológica es el punto de quiebre”, visualizó Maldonado, para quien “una imprudente decisión motivada por cuestiones ideológicas nos puede llevar a una situación crítica”.
Demandó no ver este tema con indiferencia, “tenemos que estar atentos, de manera que no vayamos perdiendo nuestra identidad histórica, nuestra relación más cerca y estrecha con aquellos países con quienes hemos compartido nuestra forma de vida republicana, democrática y todo lo demás”.
Si Honduras entra a una relación bilateral que implique compromisos económicos más allá de la capacidad de pago a corto, mediano y largo plazo, si se ofrece como aliado ideológico el país estaría quedando absorbido y sometida a los afanes de la potencia asiática, reflexionó.
Lamentó que la gestión del actual gobierno esté motivada y arrastrada por la arista ideológica que por resolver los problemas del país. Es una pena porque los miembros de Libre no son socialistas, no son comunistas, no son nada de eso, son una migración del Partido Liberal, “son lo que en su momento dijera Matías Funes una patastera ideológica y así debemos de tomarla porque sus decisiones son tan intempestivas, tan poco racionalizadas y compartidas con el pueblo”.
El 70 por ciento de los hondureños no compartimos la gestión del Estado desde este giro ideológico poco sustentable y nada expectante desde el punto de vista de los resultados que se están dando en Latinoamérica, criticó.
Coqueteos y riesgos
Mientras el mundo occidental castiga a Rusia por la invasión militar a Ucrania, Honduras imprudentemente se acerca a Vladimir Putin, un presidente con una orden de captura emitida por la Corte Penal Internacional por violación de derechos humanos.
Luego que Juan Carlos Elvir recientemente le presentara sus credenciales como embajador, Putin consideró a Honduras como “un importante socio de Rusia en América Central”.
Según Maldonado, “al caer en la órbita de Rusia terminamos siendo parte esa política exterior de carácter expansionista, de dominio regional y también de una confrontación directa con la OTAN, con la Unión Europea, con Estados Unidos, entonces seríamos ya una pieza de utilidad de parte de Rusia y China en la región y de mucho riesgo para Estados Unidos y la región centroamericana.
Estos compromisos podrían llevar a que en un momento determinado estas potencias pidan tener hasta una base militar en Honduras y que algún cabeza caliente promueva la retirada de los acuerdos militares con Estados Unidos y la salida la base militar que la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo tiene en Palmerola. Todo esto ahora es un riesgo latente, dijo el general retirado.
Igual lo visualiza el internacionalista Graco Pérez, para quien la relación con potencias extrarregionales que tiene muchas pretensiones en sus zonas de influencia representa un alto riesgo estratégico para Estados Unidos y una amenaza armamentística para la región.
Estados Unidos siempre ha tenido un enfoque de control de las capacidades de armamento que facilita. “¿Ahora a qué equipo le va a apostar Honduras, al ruso o al chino?” Si la idea es sacar del contexto a Estados Unidos va a jugar más al equipo chino o ruso.
Seguro que luego vendrá el tema de los acuerdos militares. En un momento determinado Honduras puede apostarle a que Estados Unidos ya no tenga su base militar en Palmerola, Comayagua, y que sí la tengan los rusos o chinos. “Si la tendencia es alejarse más y más de Estados Unidos tarde o temprano eso se va a presentar y posiblemente Honduras quiera preferiblemente una base china principalmente en el Golfo de Fonseca, que es la zona que China ya controla como puerto de entrada al continente”.
“Veo la situación muy preocupante porque estamos trayendo al país y la región un conflicto lejano geográficamente y estamos poniendo en peligro la soberanía con la presencia de una influencia de gobiernos autoritarios. Si Honduras defiende los valores como derechos humanos, democracia, libre expresión, libre empresa, entonces tiene que manifestarlo en el concierto de las naciones, en los organismos internacionales y se abstiene quiere decir que miramos hacia otro lado mientras en un país vecino se violan los derechos humanos”.
Para el general retirado Romeo Vásquez Velásquez, Honduras puede tener relaciones diplomáticas con cualquier país, pero debe tener cuidado de no irse a los bandos que no son los adecuados para el país. Su percepción es que, al abrir relaciones diplomáticas con China, la gente del gobierno no está pensando en aspectos políticos o geopolíticos, sino en cómo financiar su proyecto de permanencia en el poder.
Si los chinos les regalan dinero a los de Libre para su proyecto político, o el gobierno adquiere compromisos económicos impagables, los chinos van a exigir mucho a cambio y no sabemos qué puede suceder en el futuro. “Pueden exigir recursos naturales, la presencia permanente de ellos acá, incluso una permanencia militar, como los rusos en Nicaragua que ya tienen ahí una base satelital. Igual los chinos pueden exigir la presencia de cualquier tipo de tecnología incluso militar”.
De esta manera nos estamos saliendo del orbe de Estados Unidos para rotar alrededor de la voluntad de una China que cada día trata de imponer su hegemonía en el mundo, advirtió Vásquez.
