GRACIAS, HONDURAS.- Es de conocimiento público por gran parte de los hondureños el estado precario de la mayoría de los 25 centros penales que funcionan en el país, sin embargo, unos pocos destacan por su organización y funcionamiento.
Recientemente la Sala Constitucional del Poder Judicial inició un habeas corpus correctivo con el fin de conocer las reales condiciones de las cárceles en el país; la mayor parte de estas están con graves problemas de hacinamiento, entre otros.
Para esto, la Sala Constitucional nombró a magistrados de Cortes de Apelaciones para que cumplieran con la función de jueces ejecutores y verificarán y constatarán las principales falencias de todos los presidios.
“Los hallazgos son similares en todos. La sobrepoblación, que es tema que ya se conoce, sin embargo, hay diferencias marcadas entre unos y otros centros”, adujo el magistrados de la Corte de Apelaciones de Comayagua, Omar Bonilla.
El jurista inspeccionó, junto al personal técnico que le acompañó, las cárceles de Comayagua, La Paz, Marcala y Gracias, esta última en el departamento de Lempiras y de la que según Bonilla, podría ser un ejemplo a replicar en los demás centros.
“El caso del centro penal de Gracias cumple con las expectativas técnicas, tiene áreas de evacuación interna en los pabellones, cuenta con clínica médica, con todos los servicios básicos, además, una cocina muy aseada y con buena alimentación”, aseguró el togado.
Es tal la diferencia del reclusorio de Gracias, con relación a los otros tres mencionados, que según Óscar Bonilla, hasta la conducta de los privados de libertad es bastante distinta a la de los otros visitados. Este aspecto podría estar ligado a que posiblemente los reos que están internos allí son de la misma zona occidental y no han sido contagiados con costumbres anómalas de presos trasladados de otros penales hacia el de Gracias.
En los próximos días, el Poder Judicial estaría brindando el informe completo de los hallazgos obtenidos luego de las inspecciones en las 25 cárceles del país.