En los últimos 34 años, la democracia hondureña ha tenido la particularidad de elegir -de manera interrumpida- nuevas autoridades cada cuatro años, con notorios avances en términos de inclusión y apertura.
En las últimas elecciones, cuatro nuevos partidos políticos se vinieron a sumar a las fuerzas emergentes, pero dos desaparecieron por los efectos de la misma democracia.
En 1980, tras casi veinte años de regímenes militares, se desarrollaron elecciones para una Asamblea Nacional Constituyente que fueron ganadas por el Partido Liberal, que obtuvo 35 diputados contra 33 el Partido Nacional y 3 del recién creado Partido Innovación y Unidad (Pinu).
Esta Asamblea redactó la Carta Magna que hoy rige los destinos de la nación y los procedimientos para elegir autoridades, entre ellas el Presidente de la República. que hoy será juramentado.
Aunque falta por innovar algunos pasos necesarios como el voto electrónico, la eliminación de la tinta indeleble, la
reestructuración de las mesas electorales receptoras y una rigurosa rendición de cuentas en el financiamiento de las campañas, la democracia ha experimentado significativos avances.
Ente ellos está la instalación del voto domiciliario, la celebración de elecciones primarias, la papeleta separada para la escogencia de alcaldes y diputados y la inclusión de la fotografía en estos dos últimos niveles electivos. Desde 1981 hasta 2013 se han realizado nueve elecciones generales, de las cuales el PL ha ganado cinco (1981, 1985, 1993, 1997 y 2005) y el PN cuatro (1989, 2001, 2009 y 2013).
Sin embargo, hay que recordar que el 28 de junio de 2009 y hasta el 27 de enero de 2010 dirigió las riendas del país, de manera interina, Roberto Micheletti Baín, luego de la crisis política provocada por el expresidente Manuel Zelaya Rosales.