TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El Instituto Nacional Agrario (INA) está por pasar de una crisis financiera a una laboral con la demanda cada vez más fuerte de los trabajadores, orientada a que se les firme un nuevo contrato colectivo que representa un impacto económico por el orden de 26 millones de lempiras, el cual ya fracasó en la etapa de la mediación.
Esta entidad, fundada en 1961 para atender las exigencias de tierras de los campesinos, acaba de salir de una encrucijada financiera por la insuficiencia presupuestaria que no le permitía siquiera pagar sus salarios.
Las autoridades tuvieron que reducir el número de empleados de 1,115 a 776, medida con la cual pudo estabilizar su planilla salarial.
Resuelto este impasse, los trabajadores ahora alegan que hace nueve años no gozan de un incremento a sus sueldos y por eso están dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias.
VEA TAMBIÉN: Muertes por extorsión y asaltos en rubro Transporte entre los sucesos de la semana
“Nos han venido mintiendo, a la Dirección le pedimos que sea más ágil en resolver la problemática existente y que se concluya la negociación del Décimo Contrato Colectivo de la cual solo se han aprobado 13 cláusulas y están pendientes las cuatro económicas”, declaró Martha Anariba, presidenta del Sindicato de Trabajaodres del INA (Sitraina).
Los trabajares esta semana hicieron un mitin en la sede la capital y en la Secretaría de Finanzas para llamar la atención de las autoridades y advertirles que la situación se puede complicar.
El expresidente de la organización sindical, Ramón Bulnes, informó que la etapa de la medición ya fue agotada “y vamos a seguir todo el procedimiento que nos da la Constitución hasta llegar a la huelga legal”.
“Ya no tenemos tiempo para esperar, estamos ganando menos de lo que ganábamos hace nueve años, ya es tiempo que el Estado nos dé una respuesta a nuestra situación”, añadió Bulnes.
La nueva relación contractual establece un incremento de 1,100 lempiras para cada empleado con carácter retroactivo a partir de enero de este año más otra cantidad similar para 2020, lo que representa, según las autoridades agrarias, un impacto anual de 13 millones de lempiras que en dos años suman 26 millones de lempiras.
¿Hay capacidad de pago?
El INA está en una situación difícil financiera y funcional al grado que, según entendidos, hace tiempos dejó de atender los problemas del agro. Ahora solo se dedica a dar títulos de propiedad a tierras que están ocupadas desde hace muchos años.
El director Ramón Lara Buezo dijo a EL HERALDO que solo está en capacidad de pagar los incrementos demandados para este año, no para el otro.
Reconoció que se avecina una crisis laboral en su institución, pero aclaró que él no está cruzado de brazos, le está buscando una salida al problema.
“Estamos haciendo las gestiones en Finanzas para que nos den la autorización de poder firmar el nuevo Contrato Colectivo, pero la respuesta ha sido negativa y como funcionario no puedo hacer algo que esté fuera de la ley”, afirmó.
“Nosotros creemos que (los incrementos que piden) los podemos manejar dentro de lo que tenemos aprobado por lo menos este año”, añadió.
Un 80% del presupuesto de 380 millones de lempiras se va en el pago de salarios para una masa de trabajadores que en su mayoría pasa en la capital.