La Paz, Honduras
La Paz, además de ser la cabecera del departamento, tiene el mayor número de población, pero en las últimas 30 décadas ha experimentado un lento desarrollo social en infraestructura y servicios básicos.
El municipio tiene una población que supera los 40 mil habitantes, de los cuales unos 29 mil viven en el área urbana.
Según informes del Instituto Nacional de Estadística (INE), el índice de pobreza pasó en los últimos 13 años de un 52 por ciento al 58 por ciento, lo que representa 23,200 habitantes con necesidades básicas insatisfechas.
La falta de fuentes de trabajo e inversión privada son los principales problemas que han afectado el alcance del progreso a los paceños.
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Un ejemplo es el sistema bancario compuesto por apenas cuatro bancos y una cooperativa, por lo que los ciudadanos deben realizar sus transacciones financieras en Comayagua y a la vez en el municipio vecino es donde hacen sus compras.
Lo que sostiene la economía en el municipio es la producción del café durante la temporada de comercialización de los 150 mil quintales que se producen al año.
“Aquí la producción de café es la que sostiene la economía de esta ciudad y solo es por unos cinco meses, luego el comercio se viene abajo porque no hay demanda de clientes”, dijo Mirna Castillo, presidente de la Asociación de Vendedores Paceños.
Según Castillo, ante la falta de empleo gran parte de la población crea su propio negocio, ya sea de alimentos, venta de ropa, zapatos o simplemente se dedican al comercio ambulante.
Servicios básicos
El Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillado (SANAA), que traspasó la administración del suministro a la Alcaldía, tiene 4,600 abonados y un suministro que abastece al 88 por ciento de la ciudad.
La falta de ampliación de la red de distribución hereda a la municipalidad un déficit de 1,500 galones por minuto.
En cuanto al sistema de electricidad, la distribución desde la subestación de Comayagua es deficitaria, por lo que las interrupciones son constantes debido a bajo voltaje.
Según Jabin Martínez, jefe de área de la ENEE, el problema del mal servicio se debe a que no hay una buena red de distribución de energía y se debe cambiar el 50 por ciento del sistema en la zona central.
Época dorada
La ciudad tuvo el mayor crecimiento de su historia entre 1982 a 1986, durante el gobierno de Roberto Suazo Córdova, quien es originario de este municipio, y ejecutó varios proyectos.
José Julián Suazo, hijo del exmandatario, detalló que su padre construyó el estadio municipal a un costo de nueve millones de lempiras, el Hospital Departamental que lleva su nombre y la Escuela Normal Mixta.
Además, impulsó la construcción del Centro de Instrucción Policial (CIP), ahora Instituto Tecnológico Policial, el Instituto Lorenzo Cervantes, el más insigne de la ciudad, y pavimentó 85 kilómetros desde el sector conocido como El Conejo, que se intercepta con la carretera CA–5 hasta el municipio de Marcala, del mismo departamento.
“En el casco urbano pavimentó el 90 por ciento de las calles, dejó iniciada la construcción del centro penal que se concluyó hasta 1998, la Casa de la Cultura”, destacó Suazo.
Actualmente, la baja recaudación presupuestaria impide la ejecución de nuevas obras.
De 15 millones de lempiras que era la meta de recaudación solo se captaron cinco, a los que se suman 14.5 millones, lo que deja un presupuesto anual de 19.5 millones de lempiras para atender las necesidades de un municipio de 207 kilómetros cuadrados de extensión.
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