Dos estudiantes que perdieron la vida esta semana habrían sido víctimas inocentes de una guerra por pelea de territorios entre bandas del crimen organizado.
Así lo expresó ayer el ministro de Seguridad, Julián Pacheco, quien lamentó que esos estudiantes estuvieran en el momento que se perpetraron los hechos criminales. Un primer hecho fue el relacionado con la muerte de un estudiante del Instituto Jesús Aguilar Paz.
En ese ataque perdieron la vida José Efraín Martínez Moncada, Elvin Antonio García y Diana Montoya.
El ataque habría dirigido a Diana Montoya, quien fue trasladada al Hospital Escuela con más de 20 disparos. La joven murió la madrugada del jueves. En el caso de Soad Nicolle Ham, estudiante del Instituto Central Vicente Cáceres, su cuerpo fue encontrado en un saco de nailon. Para el esclarecimiento de los crímenes “hay todo un trabajo profesional y pronto se verán los resultados”, dijo. En relación a las declaraciones de Manuel Zelaya, quien ya ligó el crimen a una política de estado con escuadrones de la muerte, dijo que tales declaraciones eran “temerarias al vincular los crímenes con las protestas estudiantiles”.
Zelaya ha alzado su voz por la violencia, sin embargo, durante su gestión (2006-2009) los crímenes en Honduras se duplicaron.
Pacheco criticó que “de manera perversa estén levantando bandera política con la muerte de estos jóvenes, nadie quiere que ningún hondureño muera en ese tipo de circunstancias”.
Investigación
Por su parte, la DNIC descartó que la muerte de cuatro estudiantes de secundaria estén ligados a las protestas.
“Los cuatro crímenes no están vinculados con la protestas de los centros públicos, según las investigaciones que ha realizado la DNIC”, aseguró Osorio.
Según el general, las pruebas recabadas en las escenas de los crímenes no muestran relación con los disturbios estudiantiles.
Se conoció que en la escena del crimen de los tres jóvenes, a inmediaciones del Jesús Aguilar Paz, se encontraron varios casquillos de arma de fuego, las cuales fueron embaladas como evidencia para tratar de identificar a los victimarios.
En relación al crimen de la estudiante centralista, las autoridades continúan con las investigaciones tomando declaraciones de sus compañeros para tratar de determinar quién fue la última persona que estuvo en contacto con ella. Un informe preliminar de Medicina Forense indica que la menor fue estrangulada y posteriormente su cadáver fue envuelto en sábanas y lo llevaron a tirar a la terminal de buses de la colonia Tiloarque.