Con su rostro pálido y casi desvanecida llegó Jennifer Vivian García Zerón, madre del bebé raptado, a la posta policial de la colonia San Miguel, en Tegucigalpa.
Hace cuatro días le habían arrebatado su recién nacido a esta joven de 16 años, de apaciencia humilde, tez blanca, mediana estatura y habitante en una modesta casa de madera y láminas de la colonia Los Pinos.
El reloj marcaba las 4:50 pm cuando en la posta se escucharon aplausos y gritos jubilosos de varias personas que presenciaron el reencuentro de Jennifer con su retoño Alex Oswaldo García Zerón.
Un abrazo y un beso fueron el mejor regalo para ese bebé que por cuatro días fue separado de los brazos de su madre. 'Doy gracias a Dios por mi bebé', fueron las primeras palabras de la joven madre al sentir en su pecho nuevamente a su primogénito.
Este momento tierno se convirtió en un show televisivo que provocó un medio de comunicación local al querer llevar todo el protagonismo de la historia de Jennifer y Alex.
Tras un momento incómodo, todo volvió a la 'normalidad'. La madre, ahora más tranquila, dijo sentirse aliviada y feliz de tener de nuevo a su bebé sano y salvo, luego de cuatro días sin poder conciliar el sueño pensando lo peor.
El llanto del bebé rompió el bullicio de los periodistas, fotógrafos y camarógrafos que buscaban una reacción, una foto o la mejor toma. El llanto del angelito fue calmado con una mamila que le dio un agente de la Policía que muy amorosamente lo cargaba mientras la mamá brindaba declaraciones.
El pequeño se veía sereno, pero un poco morado, tal vez por el frío y poca alimentación durante estos cuatro días.
Minutos más tarde, el pequeño y su madre fueron trasladados a un centro asistencial para revisar que todo estuviera bien. Seguramente esta noche será muy distinta para Jennifer, Alex y toda su familia.