CHOLUTECA, HONDURAS.-Más de 600 pescadores del Golfo de Fonseca de la zona sur del país se encuentran a la deriva y golpeados por la crisis económica generada por la pandemia del covid-19.
Debido al confinamiento y la falta de empleo, las ventas de mariscos se vinieron abajo.
Además, se ha reducido drásticamente la presencia de especies marinas como pescados y camarones debido al cambio climático y por la sobreexplotación de este recurso.
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Otro problema que está afectando la pesca es la destrucción de manglares.
Los pescadores con más suerte están sacando entre 10 a 20 libras de pescado diario, mientras que otros no logran nada.
Aparte de ello lo están vendiendo a muy bajos precios a los intermediarios.
“Como la gente no salía, la venta de pescado disminuyó y las dificultades de conseguir alimento y dinero ha aumentado, la única ayuda de comida ha sido de la alcaldía de Marcovia, pero del gobierno no hemos recibido nada”, expresó Moisés Osorto, presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales del Golfo de Fonseca (Apagolf).
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Alternativa de ingresos
Apagolf está proponiendo impulsar la siembra de mangles de manera remunerada como una fuente de ingreso alternativo para las familias que residen en el golfo.
El objetivo sería plantar más de 250 mil árboles de mangle por año.
Pero para ejecutar el proyecto necesitan la ayuda de la Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas (Miambiente), la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), entre otras instituciones. “Reto a los ministros de la SAG y Miambiente a impulsar la siembra de mangle para generar fuentes de empleo, si nos ayudan podemos recolectar unas 150 mil candelas de mangle en el transcurso de dos semanas”, expresó Osorto.
Por ahora los pescadores seguirán subsistiendo con las pocas ventas que están realizando y esperando que alguna institución local o gubernamental les ayude a desarrollar el proyecto de la siembra de mangle.
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