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Una cuarta de maíz blanco ha comenzado a hervir en el fogón.
La olla cubierta de hollín en su exterior contiene el único alimento seguro para la familia, este día.
Son ocho miembros los que conforman el hogar Sánchez García, entre ellos seis niños.
Los pequeños, de 10 meses, dos, cuatro, seis, ocho y 14 años, sentados en el piso de tierra, esperan comer dentro de unas horas. Son las 6:00 de la mañana, pero todos despertaron antes de las cinco, a la espera de un bocado de comida.
La única que tiene su estómago lleno es la más pequeña de la casa, pues mama pecho.
Cerca de las ocho de la mañana estarán listas las tortillas que acompañarán con sal, pues según el jefe del hogar, José Sánchez, el día anterior no logró trabajar, razón por la cual no hay más alimento.
Sánchez trabaja como obrero en parcelas sembradas con maíz o frijoles, con lo que logra llevar unos 150 lempiras al hogar, cuando logra emplearse.
“Ahora no abunda el trabajo, hay días que no encuentro, hay meses que solo trabajo 10 días”, dijo Sánchez.
De acuerdo con un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 47.9 por ciento de las familias de Choluteca se encuentran en situación de inseguridad alimentaria.
Esto significa que no logran contar con los alimentos necesarios para nutrirse. Las familias más afectadas, según FAO, son aquellas que carecen de medios de producción y que dependen de ingresos por la venta de su mano de obra, como sucede con la familia Sánchez García.
Los días que el núcleo familiar logra comer arroz y frijoles es cuando se suma a la generación de ingresos la esposa de Sánchez, Rosa Aidé García.
La señora se dedica a lavar ropa ajena una vez a la semana, con lo que logra obtener unos 150 lempiras cuando lava tres docenas de ropa.
Las familias que FAO registra en el tema de inseguridad alimentaria perciben un ingreso promedio de 3,568 lempiras mensuales, cantidad que el hogar de los García no logra alcanzar. Esta familia por mes recibe 1,500 lempiras del esfuerzo de José y 600 lempiras con el empleo de Rosa, los que suman 2,100 lempiras. La canasta básica en el sur para una familia de seis miembros tiene un costo de 6,198 lempiras, sin embargo, el ingreso mensual de las familias pobres cubre apenas el 35 por ciento de los productos. Las familias consumen apenas siete productos: tortilla, azúcar, sal, frijoles, manteca, arroz y huevos.
Estos productos resultan insuficientes para suplir los requerimientos nutricionales diarios y esta es una de las razones de la desnutrición crónica que reporta el sur de Honduras. Las autoridades de la departamental de Salud informaron que en sus registros unos 42,921 menores presentan desnutrición aguda, a nivel del departamento.
Esta cifra representa entre tres y seis por ciento de la población infantil menor de 60 meses.
Necesidades básicas
La vivienda donde reside la familia Sánchez García está ubicada en la periferia de la sultana del sur, sitio donde residen desde hace 10 años.
“Aquí llegamos tras varios años de alquilar y cuando no pudimos pagar por la pieza donde vivíamos decidimos venirnos para la San José de la Landa”, explicó José.
La casa que habitan mide unos seis metros cuadrados, las paredes repelladas con lodo y retazos de láminas enmohecidas.
El techo de la vivienda se convierte en un colador en invierno, no hay energía eléctrica, agua potable ni aguas negras.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su último Informe Nacional de Desarrollo Humano, reveló que el 23.82 de los hogares del departamento no cuentan con energía eléctrica.
El 14.51 por ciento de los hogares de Choluteca permanecen sin acceso al agua potable y los que no tienen aguas negras son el 13.35 por ciento.
Donaciones
Los retoños de los Sánchez García visten con ropas que les fueron donadas, pero aún carecen de zapatos.
Del total de los niños en edad escolar solo el de 14 años ingresó a la escuela, pero llegó hasta cuarto grado.
De acuerdo con el PNUD, las personas que residen en el 17.32 de los hogares pobres del departamento de Choluteca no completaron la primaria.
Los problemas de salud de la familia se resuelven con plantas que encuentran entre la maleza cercana al hogar.
“Los niños cuando más se enferman es en invierno, por la humedad, y los curamos con hierbas, nunca les llevo al doctor, solo cuando vacunan”, agregó.
Hogares pobres
El departamento de Choluteca cuenta con más de 90,000 hogares, según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Los municipios de San José, San Isidro y Duyure concentran la mayoría de los hogares pobres del departamento de Choluteca.
En el municipio de San José residen unas 720 familias, de estas el 66.3 ciento se encuentran en la categoría de pobres; en San Isidro residen unas 700 familias y de estas el 51.2 por ciento viven en condiciones inadecuadas.
La misma situación se replica en Duyure, donde residen unas 580 familias, de estas el 29.3 por ciento son pobres.
Johana Carranza, psicóloga social, dijo que los gobernantes, tanto pasados como presentes, han querido solucionar la pobreza dándole bonos a la población.
Carranza considera que en la zona deben ejecutarse proyectos que generen ingresos en las comunidades.
“La pobreza es un flagelo que va a seguir mientras el gobierno no encamine proyectos de producción que además generen empleo en la zona”, agregó.
