Las novenas elecciones generales son consideradas como el hecho político de mayor trascendencia este año en Honduras, mismas que fueron ganadas por el Partido Nacional.
La participación de 3.2 millones de personas en esta justa y la disminución del abstencionismo también representaron un hito en la historia política de Honduras.
El Partido Nacional ganó por primera vez de forma consecutiva una elección. El Partido Liberal pasó al tercer lugar.
1. Concurridas novenas elecciones
Este año se celebraron las novenas elecciones generales en Honduras desde el retorno constitucional de 1980. Los comicios se revistieron de importancia por la participación, por primera vez, de nueve partidos políticos, cuatro de ellos de reciente creación (Libre, Alianza Patriótica, FAPER y Pac).
A juzgar por los resultados de las elecciones, Libre y Pac demostraron ser importantes fuerzas políticas que pueden marcar la diferencia en una futura contienda electoral.
Dos partidos, Alianza y FAPER, desaparecieron porque no sacaron el mínimo de votos y diputados exigido por la ley.
Estas elecciones pasaron a la historia porque fueron las más concurridas. Ganadas por el nacionalista Juan Orlando Hernández.
2. Reducción del abstencionismo
El alto nivel de participación electoral de 3.2 millones permitió reducir en un 11 por ciento el nivel de abstencionismo comparado con las elecciones celebradas en 2009 en Honduras.
En aquella ocasión un 50 por ciento de la población censada no acudió a las urnas, según cifras oficiales, aunque hay sectores que aseguran que el abstencionismo fue mayor.
El 24 de noviembre asistieron a las urnas 3.2 millones de personas equivalente a un 60.38 por ciento de participación, la más alta de todos los procesos electorales.
El abstencionismo pasó de un 50 por ciento en las elecciones de 2009 a un 39.62 por ciento. En el exterior hay un millón de personas que no votan.
3. Participación de nueve partidos
En 1985 participaron por primera vez nueve candidatos presidenciales, pero siete de ellos representaban a los dos partidos históricos.
A diferencia de aquel proceso, esta vez hubo nueve partidos, tres de ellos de izquierda (Libre, UD y FAPER), pero solo Libre sacó un importante caudal electoral.
Participaron nueve instituciones políticas: PL, PN, DC, Pinu, UD, Libre, FAPER, Alianza y Pac. Los partidos Libre, FAPER, Alianza y Pac surgieron tras la crisis política de 2009.
4. La adhesión de Ricardo Álvarez
La incorporación rápida y oportuna de Ricardo Álvarez a la campaña de Juan Orlando Hernández representó un importante paso de consolidación y unidad en el Partido Nacional.
Álvarez se sumó a la causa de su partido luego de haber protagonizado una campaña de confrontación con Hernández en las elecciones primarias.
Los analistas consideran que parte del triunfo de Hernández, sobre todo en la capital de Honduras, se lo debe a Álvarez.
5. Partido Liberal, tercera fueza
Para unos fue una sorpresa, pero otros no les extrañó que el histórico Partido Liberal de Honduras haya quedado relegado a la tercera posición en la reciente elección general.
El Partido Liberal obtuvo apenas 632,320 votos, que significaron 264,178 menos que el recién creado partido Libertad y Refundación (Libre) y 516,982 menos que el Partido Nacional.
Si el partido sigue dividido y de no mediar estrategia alguna para renovarlo corre el riesgo de ser desplazado por el Partido Anticorrupción (Pac) y quedar sumido en una cuarta posición, a criterio de los entendidos.
6. Fenómeno Nasralla
Salvador Nasralla salió de repente como candidato presidencial tras organizar un partido que no tiene cuadros a nivel nacional.
Aún así, el presentador de televisión ocupó la cuarta posición entre las fuerzas contendientes al obtener 418,443 votos que le permitió sacar 13 diputados en el Congreso Nacional.
Nasralla asumió una posición de dura crítica contra el bipartidismo al que responsabiliza de todos los problemas que vive Honduras.
El excandidato presidencial anunció que continuará aspirando a la primera magistratura del país con su Partido Anticorrupción, prolongando sus estructuras.
7. Disputa por la Alcaldía de SPS
Nacionalistas y liberales, acostumbrados a ganar fácilmente la comuna de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras, nunca se imaginaron que el Partido Anticorrupción (Pac) estuviera a punto de arrebatárselas.
El Tribunal Supremo Electoral tuvo que traer a la capital a los dos contrincantes para hacer el escrutinio especial, que al final ganó el PN. Los dirigentes del Pac argumentaron fraude electoral y acusaron al TSE de no querer contar voto por voto.
8. El Siede y el TSE
Sorpresivamente los magistrados del TSE viajaron a Paraguay, República Dominicana y Guatemala a conocer el funcionamiento del Sistema Integrado de Escrutinio y Divulgación Electoral (SIEDE) que trajeron a Honduras.
Paraguay y República Dominicana al final retiraron el apoyo prometido dejando una nebulosa sobre las razones que les indujeron a tomar tal decisión.
Finalmente, el Siede fue impuesto como sistema de divulgación preliminar sustituyendo la voz por la imagen. Los organismos internacionales reconocieron que el sistema funcionó .
9. Observadores extranjeros
Las que acaban de pasar fueron las elecciones más observadas de la historia. Vinieron más de 700 observadores internacionales motivados, quizás, por las sospechas de fraude electoral y por la amenaza que el bipartidismo fuera desplazado del poder.
La Unión Europea mandó alrededor de cien observadores, la Organización de Estados Americanos (OEA) se hizo presente con más de 70.
También vino el Centro Carter y magistrados de más de 30 tribunales electorales. Los informes de estos organismos dicen que no hubieron irregularidades visibles.
10. Alianza y Faper
Los partidos FAPER y Alianza Patriótica desaparecieron porque no sacaron el mínimo de votos ni de diputados exigido por la Ley Electoral. Estos partidos ni juntos lograron sacar los 16 mil votos que se supone hubiesen obtenido si sus delegados de mesas votaran por ellos.
A Andrés Pavón de FAPER, que se supone representaba a la Resistencia, le pasó factura el haber sido desleal con Manuel Zelaya.
