TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Como si tratara de una narconovela, los traficantes hondureños que fueron de extraditados a Estados Unidos decidieron convertirse en el cartel de los sapos y salpicar en el negocio a sus propios socios.
Tal es el caso del cabecilla del clan del narcotráfico de los Valle Valle, Luis Alonso Valle, que tras ser sentenciado por la justicia estadounidense se convirtió en una pieza clave para hundir a sus compinches.
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Este mismo papel había jugado hace un par de años el cabecilla de Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga, quien hundió en el tráfico de drogas al hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa, Fabio Lobo, que fue sentenciado a 24 años de cárcel en el distrito sur de Nueva York y a otros siete exagentes de la Policía Nacional que recibieron penas de entre cinco y 12 años de cárcel. En un primer juicio, Valle reveló el modo de operar de Arnulfo Fagot Máximo, que se apresta a ser sentenciado en EE UU y del clan de los Montes Bobadilla.
El narco acordó seguir brindando información a la DEA en juicios en los que se ven implicados grandes capos de la droga y políticos. Este acuerdo tendrá un resultado favorable para el narcotraficante: una reducción en su sentencia.
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Testimonio
EL HERALDO tuvo acceso exclusivo al testimonio que ofreció el narcotraficante ante el juez de Virginia, Liam O’Grady, un jurado, y los fiscales de Estados Unidos, Thomas W. Traxler, James L. Trump y Anthony T. Aminoff.
El testimonio de Luis Alonso fue breve y apenas duró unos 40 minutos y es que, según certifican los documentos oficiales, él tuvo que abandonar la sala de juicios porque los niveles de glucosa en la sangre se le subieron a 368, por lo que tuvo que inyectársele insulina.
Luis Alonso dio detalles de cómo traficaron con cargamentos de cocaína desde Gracias a Dios hasta Copán.
¿Has sido condenado en el distrito de Virginia?, fue consultado por el fiscal Trump. Valle manifestó que, “sí, me dan una sentencia de 30 años y en la Florida a 20 años de prisión”.
El hondureño aseveró que comenzó a traficar junto a su hermano Miguel Arnulfo en 1997. En esa fecha se trasladó a La Mosquitia y visitó al extinto narcotraficante Adán “Tito” Montes para comenzar con el negocio.
“Con la familia Montes Bobadilla, antes que nada, éramos buenos amigos, y segundo, estábamos relacionados con el negocio de las drogas”, señaló.
¿Y cómo fue el inicio de esa relación?, le preguntó el fiscal Trump. “Bueno, llegamos a Francia, Colón, donde ellos vivían, se encuentra a unos 700 kilómetros de Copán. Comenzamos a traficar con pequeñas cantidades, 10, 60, y luego seguimos creciendo, las drogas las vendimos en Guatemala y al principio le pagamos a Tito Montes con lempiras y dólares”.
Para 2001, los Valle ya estaban traficando unos 500 kilogramos de cocaína, que llegaban desde Colombia a manos del cartel de los Montes Bobadilla y que finalmente eran comprada por ellos.
Al ser consultado si se familiarizó con otros miembros de los Montes, Luis Alonso señaló que algunas veces Herlinda Bobadilla, Juan Carlos Montes, solicitados en extradición, y Noé Montes, que está preso en Estados Unidos, les contestaban las llamadas cuando ocupaban hacer negocios de drogas.
Según Luis Alonso, en 2005 estaban traficando entre “500, 700, 800, hasta 1,000 kilos de droga, que venían de Venezuela y Colombia hasta la zona de Barrita, en La Mosquitia, y que eran recogidos en Francia, Colón”.
Los Montes Bobadilla son un poderoso clan del narcotráfico radicado en Colón y Gracias a Dios, que se encarga de recibir toneladas de cocaína por mar y aire provenientes de Colombia y Venezuela.
Aquí el testimonio completo
