TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Los 16 meses que Luis Redondo ha estado al frente del Poder Legislativo no han sido los más productivos que se pudo haber esperado, tampoco los más pacíficos, según sus críticos.
Hay algunos que se atreven a manifestar que la gestión del exlíder de las marchas anticorrupción en Honduras se quedó corta en relación a los proyectos que debieron formularse, como si la falta de experiencia le hubiese pasado factura.
Redondo, que llegó a convertirse nuevamente en diputado bajo las filas del Partido Salvador de Honduras (PSH), fue excluido de este novel instituto político del país, motivado por polémicas y duras desavenencias con sus compañeros de bancada.
Para el doctor en derecho constitucional y versado en temas de la política nacional, Juan Carlos Barrientos, uno de los errores crasos cometido por Luis Redondo es haber violentado los procedimientos legislativos.
“La gestión de él es desastrosa por un montón de motivos: en primer lugar, porque es un ilegal, entonces no goza de legitimidad; en segundo lugar, no tiene partido; por lo tanto, no tiene gente que lo apoye, no tiene bancada; y en tercer lugar parece que no tiene a asesores porque violenta a cada rato las normas y los procedimientos parlamentarios”, recalcó Barrientos.
“Su gestión ha dejado hasta este momento mucho que desear, por las circunstancias especiales en que él llegó a la directiva y por la estructura orgánica del Congreso. Es difícil manejar un Congreso con 17 directivos y sin tener una bancada que lo respalde”, coincidió el doctor en derecho penal, Raúl Pineda Alvarado.
El también exdiputado en el Parlamento Centroamericano (Parlacen) indicó que la administración de Redondo ha generado en el seno de la cámara legislativa “un descrédito del Congreso, -todavía recuperable- una pérdida de confianza y un rechazo institucional, no a una bancada en particular”.
En similares términos se refirió la exrectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos, que aseveró que “desde el comienzo ha sido una gestión donde ha ido perdiendo la expectativa y la credibilidad con la que llegó al Congreso. Ha sido uno de los políticos que aceleradamente ha visto disminuida su credibilidad por la gestión legislativa”.
Según Castellanos, “él quedó como rehén de Libre, cuando fue electo de la forma como fue electo. Luego ha habido otros episodios como lo que hizo por interpretar el tema de la Junta Nominadora; él quedó muy mal expuesto, y la persecución que han denunciado sus compañeros de partido”.
Es el presidente, ¿pero manda?
Los comentarios de pasillo y presunciones de que Luis Orlando Redondo Guifarro no lidera y mucho menos gobierna en el Congreso Nacional, sino que son otros, son cada vez más frecuentes en el ámbito político.
Sobre esto Pineda, señaló: “Eso no es tan relevante, eso tiene que ver con la diferencia entre gobernar y la acción de mandar. Gobernar es aplicar la ley con inteligencia, ser lo suficientemente persuasivo para que en aras del interés de la patria lograr acuerdos que permitan logros efectivos”.
De igual manera, la exrectora Castellanos se refirió al caso, manifestando que “eso es claro. Creo que le ha tocado ese papel poco decoroso y Libre lo ha puesto a jugar ese papel. El diputado Redondo es un voto más en el Congreso, no es un presidente que tiene liderazgo y que puede convencer a otros, él no tiene esa capacidad y eso lo hace muy vulnerable frente Libre”.
¿Estaba preparado para el cargo?
“No estaba preparado. Porque la oposición acompañó, por ejemplo, la Ley de Secretos, acompañó varios temas importantes en el Congreso; no los han acompañado en cosas como aquella Ley de Mesas Ciudadanas o esto ahorita del Banco Andino y la reforma que querían hacer a la Ley del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, que era una barbaridad”, apuntó Barrientos.
Sobre si el titular del Legislativo no estaba preparado para el cargo o la oposición se ha opuesto a todos los proyectos del impulsados por Libre, Raúl Pineda consideró: “Creo que las dos cosas. La oposición ha sido irresponsable, cree que oponiéndose a todo va a lograr la simpatía de la sociedad en el momento más critico que enfrenta la sociedad”.
Agregó que Redondo “no ha tenido la habilidad de establecer puentes de comunicación con los diversos sectores que integran el Congreso, porque demostró que era mejor diputado que un presidente. Un presidente que termina peleándose con una bancada pequeña como la de su propio partido (PSH), puede dedicarse con éxito a cualquier cosa, menos a la actividad política”.
El panorama que le espera
Con 16 meses al frente del Congreso Nacional, a falta de 32 para entregar su cargo, pareciera que a Redondo le depara un camino tortuoso si se valora lo actuado hasta ahora en el Congreso Nacional.
La no aprobación de algunas reformas a determinadas leyes y el rechazo casi rotundo a otras dicta la pauta de que se podría vivir en esos más de dos años de su mandato.
Los más recientes tropiezos en materia legislativa fueron la negativa de parte de las otras fuerzas políticas en el Congreso Nacional, de la adhesión del Estado de Honduras a la Corporación Andina de Fomento (CAF), ahora Banco de Desarrollo de América Latina y la Ley de Justicia Tributaria.
La aprobación de ambos proyectos se vio envuelta en polémicos procedimientos parlamentarios y en otros casos el rechazo de diversos sectores de la sociedad.
“Es la incertidumbre que tenemos por ahora, no sabemos cómo va a regresar el Congreso (tras el periodo de vacaciones). El Partido Liberal cada vez más fortalece su posición de estar en la oposición política y eso le da al Partido Liberal que la mirada de dichos sectores se coloque en ellos”, adujo Julieta Castellanos.
“A él quien lo maneja en realidad es Carlos Zelaya (primer secretario del Congreso). Creo que a él (Redondo) que hace tiempos lo debieron haber quitado o poner a otra persona que tenga mayor habilidad para tener consensos y que no sea tan dictatorial; no le auguro un buen futuro”, indicó Barrientos.