El cambio había pasado desapercibido, hasta hace unos días cuando los duques de Sussex aparecieron con su primogénito Archie en brazos. Fue ahí cuando se captó la modificación en el anillo.
Inicialmente la joya contaba con dos diamantes de la colección de la fallecida princesa Diana y un gran diamante diseñado por el mismo Harry, hasta ahí todo sigue igual. El cambio se da con la suma de una delgada banda de micro pavé (técnica de joyería que se refiere al montaje de pequeños diamantes o piedras de tamaño uniforme en toda la superficie metálica de una joya), que sustituyó la original, una banda de oro sólida gruesa, así lo detalla el portal de la revista Vanity Fair.
A la colección de joyas de la duquesa se suma una nueva adquisición, un eternity ring, o anillo de diamantes elaborado por Harry Collins, quien es el joyero personal de la reina Isabel II.
La pieza simboliza el amor eterno y habría sido un obsequio de Harry por el nacimiento de su primogénito y la celebración de su primer aniversario de casados.