Después de 20 años de lucha, este departamento por fin logra que las autoridades educativas autoricen la enseñanza en la lengua misquita.
Será un proyecto piloto que se implementará, en un inicio, en unas 22 comunidades de este departamento, que ocupa uno de los lugares más bajos en calidad educativa, principalmente porque las clases históricamente se ofrecían en español, señaló el profesor Scott Wood.
Para el caso, en el año 2010 solo el 6.3% de los niños de Gracias a Dios tuvieron un desempeño satisfactorio o avanzado en el área de español, mientras en Ocotepeque y Yoro, más del 50% de los niños alcanzaron esa condición.
Este programa, denominado Educación Intercultural Bilingüe (EIB), también se ampliará en los centros educativos de todos los pueblos indígenas y afro-hondureños, donde también enfrentan el mismo problema de recibir clases en un idioma diferente al materno.
El Secretario de Educación, Marlon Escoto Valerio, explicó que será un proyecto que avanzará de manera paulatina y progresiva.
Por ejemplo, para 2013 se ha planificado que las clases en misquito se comiencen a dar solo en los niveles de prebásica y primer grado de estas 22 comunidades.
Para el 2014 las clases en misquito se impartirán en el segundo grado y el 2015 el tercer grado en las mismas escuelas, así sucesivamente, hasta completar al sexto grado en el año 2018.
EE UU impulsa el proyecto
Este proyecto es apoyado por la embajada de Estados Unidos acreditada en Tegucigalpa y la Usaid a través del programa EducAcción.
Lisa Kubiske, embajadora de Estados Unidos, acreditada en Tegucigalpa, calificó esta decisión como un “paso importante” del sistema educativo público hondureño porque de esta forma se fortalece el fomento de la cultura nacional. Para el caso la diplomática destacó que “mi país es multicultural y eso es una gran fortaleza para nuestra nación y por eso apoyamos este proyecto, porque sabemos lo que significa fortalecer estas comunidades”.
A criterio de Kubiske mantener este programa a flote es un reto bastante difícil, pero que vale el esfuerzo.
“Cuando un niño ve que su escuela valora su riqueza cultural, se fortalece mucho más y de la mano también se fortalece la sociedad en su conjunto”, analizó.
La intención es que este proyecto influya en un incremento en la matrícula de menores en preescolar y primer grado, ya que por la dificultad de no hablar español los padres prefieren dejarlos en casa.