TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Conocido como el sobador de El Lolo, y con una fama que trascendió a países vecinos, este martes murió en Comayagüela don Froylán Cruz, un capitalino con gran don en sus manos.
Tenía 91 y sufría desde años atrás de una hernia y de problemas en la próstata que poco a poco fueron complicando su salud, desencadenando su muerte este 7 de noviembre.
Don Froylán, como era conocido, era curador de empachos, quebraduras, males de brujería y otras dolamas, y visitado diariamente en aldea, El Lolo de Comayagüela, por decenas de pacientes.
Tras su deceso, este día está siendo velado en una iglesia, cerca de su vivienda, en donde por décadas se dedicó a la labor de reparar extremidades adoloridas.
Quién era Froylán Cruz
Originario de la aldea La Soledad, El Paraíso, desde los seis años comenzó a conocer el arte de sobar, pues su madre era “la sobadora” del pueblo.
Descubrió que había heredado su talento cuando en una potra, uno de sus amigos sufrió un fuerte golpe, uno de los dedos de los pies literalmente se zafó, y él pudo repararlo.
La capacidad de sanar por medio de sus manos es algo familiar, su bisabuela le pasó el don a su abuelo, que a la vez lo transfirió a su madre hasta llegar a él, quien ya lo heredó a su hija María Cruz, quien en los últimos años ha estado brindado atenciones.
EL HERALDO durante una entrevista en 2018 visitó su clínica, donde llegaron personas sumamente pobres que no pudieron retribuir económicamente al sobador, pero siempre fueron aliviados de sus dolores. “Si usted me dice: le traigo este muchacho, yo lo traje de la calle y no tiene ni un cinco, yo lo atiendo, solo hoy he atendido unas ocho personas que no han tenido dinero”, así era el pensar de Froylán Turcios.
Antes de iniciar a atender a cada uno de sus pacientes, solía pedirles que “pusieran la fe, primero en Dios, porque él es que hace posible todo a través de un instrumento que soy yo”.
Solo en el momento de la entrevista entraron y salieron de la clínica unas 10 personas, quebrados de manos, zafados de pies, en andadores, con muletas, incluso niños con daños en la clavícula, todos cruzaron la puerta de salida sonriendo producto del alivio que les generó caer en las manos del famoso sobador de El Lolo.
De sobador de El Lolo a ser reconocido fuera de Honduras
Su reputación traspasó las fronteras, pues además de recibir pacientes de los 18 departamentos de Honduras, hasta El Lolo llegaban extranjeros de El Salvador, Costa Rica, Nicaragua y compatriotas desde Estados Unidos.
También sus manos devolvieron la carrera a famosos futbolistas de aquel entonces del Motagua y Olimpia que en su momento plantearon retirarse del fútbol nacional.
En la entrevista (realizada en 2018) don Froylán reveló a EL HERALDO el sentimiento que le generaba ayudar a los enfermos, “es una persona con discapacidad menos que queda en el mundo”.