TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Mientras el tiempo avanza apocalípticamente, el listado de infectados crece y cada vez son más los muertos por covid-19, la bioseguridad es menos respetada y la incertidumbre impera. A la carrera por adquirir la vacuna se le añade otro reto: la velocidad para inmunizar a la gente.
Muchas naciones, en su afán de lograr la inmunidad mediante la aplicación de la vacuna, han emprendido una batalla contra el tiempo para poder lograr el cometido en el menor lapso posible.
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La carrera global por una vacuna contra el coronavirus ha sido, probablemente, una de las más decisivas y frenéticas durante los últimos 16 meses.
Farmacéuticas, gobiernos, laboratorios, centros de investigación y empresas de todo el mundo se han unido en un esfuerzo en común para materializar una inyección que se ha vuelto la última esperanza para salir del oscuro túnel de muertes, contagios y confinamientos que ha sacudido el mundo de un extremo a otro.
Ahora que varias vacunas han comenzado a distribuirse, el nuevo desafío de las autoridades sanitarias de numerosos países es administrar el mayor número de dosis posible a su población en el menor lapso para lograr la inmunidad.
La Unidad de Datos de EL HERALDO analizó el ritmo de trabajo que tendrá la Secretaría de Salud y los empleados sanitarios para aplicar las vacunas a cada habitante con el fin de erradicar a la enfermedad que se alojó en Honduras desde el 11 de marzo de 2020 de forma oficial.
El reto es mayúsculo. No hay certeza plena de cuándo comenzará la campaña formal de vacunación, pero en el mejor de los escenarios sería a mediados de este mes, el lunes 15 de marzo.
Hasta el momento, Honduras solo ha confirmado -mediante donación, contrato y compra- la adquisición de dosis para inocular a 4.7 millones de personas.
Si el país quiere tener vacunados a todos estos habitantes al cierre del 2021, necesitaría inmunizar a 16,151 personas diarias, según proyecciones de la Unidad de Datos de EL HERALDO.
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Sin embargo, ese sería el número mágico si se trabaja ininterrumpidamente durante los 291 días restantes del año -a partir del 15 de marzo-.
Si en el transcurso del año la campaña de vacunación se efectúa de lunes a viernes, el tiempo de trabajo se reduce a 213 días, por lo que el promedio diario de vacunados debería ser 22,065, cifra que eleva el reto.
Honduras ya hizo su primer ensayo con las vacunas donadas por Israel: 2,684 inyecciones en dos días. Hay que multiplicar este ritmo.
Panorama incierto
Hasta ahora Honduras empieza a ver un rayo de luz: las compras de las vacunas de AstraZeneca por el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) y la Sputnik V de Rusia por parte del gobierno central.
Además de lo anterior, está la donación de Covax.
El gobierno tiene así, al menos en papel, la llegada de 3.8 millones de dosis para suministrarle a los 1.9 millones de personas pese a que no están en su poder.
Después de mediados de marzo llegará el primer lote de 48,000 vacunas provenientes del mecanismo Covax, que tiene al país en el listado prioritario en el que solo figuran cuatro más en Latinoamérica: Colombia, El Salvador, Bolivia y Nicaragua.
En mayo llegará el segundo lote de dosis mediante esta plataforma.
El Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), por su parte, adquirió 1.4 millones de dosis de AstraZeneca que estarán en el territorio en mayo, también para inocular a 700,000 derechohabientes.
El gobierno, en tanto, adquirió 4.2 millones de vacunas Sputnik V de Rusia para inmunizar a 2.1 millones de personas gracias a las primeras gestiones de los científicos Marco Tulio Medina y Salvador Moncada.
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Entre compras y donaciones, las autoridades sanitarias hondureñas tendrán a disposición 9.4 millones de dosis, pero la inmunización se hará efectiva solo a 4.7 millones porque cada individuo necesita dos dosis.
El número anterior representa casi el 50% de la población, pero el gobierno tiene como meta a vacunar solo a 5.7 millones de personas, porque no entran en el plan las embarazadas, las lactantes y los menores de 18 años.
“No habrá problema en la vacunación”
Para el epidemiólogo Manuel Sierra, el obstáculo más férreo de Honduras para iniciar el proceso de vacunación es la adquisición de las dosis.
“Por lo intereses feroces actuales de las compañías farmacéuticas, es difícil adquirir la vacuna para poder lograr la inmunidad que tanto deseamos”, consideró.
“Una vez que las vacunas estén en territorio nacional, no habrá mayor problema para consumar la vacunación porque el Programa Ampliado de Inminizaciones (PAI) es uno de los mejores e históricamente así ha sido en el país”, agregó.
Otros países, como Israel, han dado el ejemplo de cómo apretar el acelerador para salir de la pandemia.
Israel es muy similar a Honduras: es cinco veces más pequeña y casi tiene la misma cantidad de población, pero dentro de un mes ya habrá vacunado al 70% de sus habitantes (con dos dosis), de acuerdo con los números de Covid19-Vaccine.
El país del Medio Oriente alcanzó este nivel con la impresionante cifra de unos 111,000 vacunados por día.
No obstante, el médico Maverick Fernández enfatizó que también se deben realizar constantes veedurías durante la vacunación con el objetivo de que el proceso sea exitoso.
“Es necesario que se esté observando el proceso por transparencia y para tener un mejor control de la dosis porque, por los antecedentes, puede ser que las dosis se dañen o se pierdan”, estimó.
El neurólogo Marco Tulio Medina, en ese sentido, exhortó a la autoridades a ser cautelosos con las dosis para evitar problemas que representen pérdidas.
“Hay que estar pendientes de todo, hasta de las dosis para saber si no es agua destilada la que se le aplicará a la población”, advirtió.
La metodología
El plan de vacunación contra el coronavirus en Honduras fue presentado entre los primeros días de enero de este año y estima un costo de 56 millones de dólares, casi 1,400 millones de lempiras, para desarrollarlo.
“Se priorizará la asignación de recursos requeridos, porque no solo necesitamos comprar vacunas, se va a necesitar asegurar todos los gastos operativos para la aplicación de estas a nivel nacional”, dijo la jefa del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) de la Secretaría de Salud, Ida Berenice Molina. Para efectuar el plan de vacunación, hay 2,943 personas diseminadas en cuatro grupos: 2,290 enfermeras auxiliares, 418 enfermeras tituladas, 192 digitadores y 43 guardalmacenes.
En cuanto a la capacidad, la Secretaría de Salud dispone de almacenes en los cuatro puntos cardinales para guardar 4.2 millones de dosis con la debida cadena de frío.
El plan de vacunación nacional se ejecutará en varios puntos del país con el propósito de abarcar a la población que vive en las comunidades en el interior del territorio.
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Entre los establecimientos figuran los centros de salud, en concentraciones municipales, atención ambulatoria, en casas, puestos fijos y móviles.
Pese al nivel de detalle y organización de este plan, los tiempos del mismo pueden perderse ante el movimiento que más temen los expertos: que las vacunas se retrasen.
