TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Quejándose de un fuerte dolor en el pecho y caminando lentamente, don Juan fue trasladado de emergencia al Hospital Escuela, donde apenas calmaron su dolor con medicamentos mientras la enfermera le explicaba a sus familiares que debían programar cita para operación durante unas cuantas semanas.
“Esas semanas se convirtieron en meses”, recordó su hija Elena (nombre ficticio para proteger su identidad), quien describió a su padre como una persona aguerrida, llena de vida y con una plena confianza en el sistema sanitario de Honduras.
“Lo más triste es que no teníamos ni un peso y uno de los doctores asignados se enteró de la salud de mi papá y nos dijo ‘Aquí no hay chance, búsqueme afuera’”, recordó la entrevistada. “No es justo que ser pobres nos condene a la muerte”.
Cuando don Juan fue estabilizado, lo regresaron a su casa y tras el paso de varias semanas volvió a intentar ser intervenido para solucionar su problema de insuficiencia cardíaca, pero todavía no había espacio para ser operado.
La larga espera estuvo llena de agonía que hizo desvanecer poco a poco su corazón, al igual que la esperanza de su familia de que algún día fuera ingresado a un quirófano. “Fue horrible, teníamos tanta cólera y decepción, mi papá murió porque no lo operaron y a nadie le importó”, dijo entre sollozos la joven a EL HERALDO.
La mora quirúrgica acechó a don Juan en 2020, pues en ese entonces las cirugías se retrasaron por la llegada de la pandemia de covid-19, sin embargo, nadie se imaginó que dos años después las cifras pasaron de 13 mil a más de 15 mil pacientes a nivel nacional a la espera de una intervención, según los datos recabados hasta mayo por este rotativo.
Sumado a lo anterior, está la crisis de medicamentos que viene de la mano con el deterioro de salud del pueblo hondureño, por lo que al agudizarse desemboca en una operación, en este caso, fallida.
Quienes pueden pagarla no dudan en irse a una institución privada, pero todo cambia cuando hablamos de casos tan tristes como el de don Juan y su hija Elena, quien todavía sigue preguntándose qué hubiera cambiado si se contara con el sistema sanitario adecuado.
A miles de pacientes se les priva de una atención oportuna y quienes no pueden costear una alternativa privada, quedan a la merced de un sistema colapsado que parece no arrancar.
Mora quirúrgica en auge
“Los casos van en incremento porque cada vez hay más emergencias que desplazan a las cirugías programadas, por qué hay un personal insuficiente, porque no hay medicamentos anestésicos y/o sedantes, antibióticos, analgésicos, que son tan necesarios para la cirugía y para asegurar los cuidados postquirúrgicos, además por que en muchas ocasiones solo se hace una cirugía paliativa y no correctiva pues no se cuenta con los insumos necesarios”, consideró Helga Codina, presidenta del Colegio Médico de Honduras (CMH).
La experta lamentó los casos de muerte por falta de operación, así como otros casos que provoca esta crisis como la de pacientes que se complican por el avance de su enfermedad, algunos que entran en etapas de discapacidad, difusión laboral, entre otros, ya que la salud gratuita es un deber del Estado.
“Para menguar la situación, primero que todo se debe invertir en infraestructura (reparar quirófanos y su equipamiento y construir más quirófanos) y deben abrir concursos para plazas de médicos cirujanos y personal auxiliar para los fines de semana, porque esos días no hay cirugías programadas”, consideró Codina.
De acuerdo a la experta, debido a la crisis en aumento, varios especialistas del Colegio Médico de Honduras determinaron realizar operaciones gratuitas los fines de semana con la condición de que la Secretaría de Salud costee sus insumos y de personal auxiliar, pero esta alianza todavía está en coordinación.
Sobre este tema, el antiguo director del Hospital Escuela, Osmin Tovar, consideró que “la mora quirúrgica nunca va a desaparecer, esto no es por falta de voluntad o porque los médicos no ejecuten lo que le corresponde, sino que la carga que tenemos de pacientes a nivel nacional sobrepasa la capacidad hospitalaria”, una postura con la que difiere la sucesora de Tovar.
La doctora Carla Paredes, nueva directora del Hospital Escuela, explicó a EL HERALDO que, en el caso del Hospital Escuela, donde la mora es de 1,646 pacientes a marzo de este año, es posible erradicar la mora quirúrgica en uno o dos meses.
“Desconozco la situación que ha dado pie a la mora quirúrgica en el Hospital Escuela, no sé si es porque no tienen insumos o medicamentos, por falta de personal, porque los quirófanos no están trabajando al 100%, pero estas tres situaciones tienen solución, por lo que yo le aseguro que de una mora quirúrgica bien programada se sale entre uno a dos meses”, aseveró.
La mora quirúrgica abarca cirugías generales, ginecología, otorrinolaringología, cardiología, maxilofacial, ortopedia, entre otras especialidades que ya llevan a la espera de una operación desde tres meses o más.
“Realmente este tema ha ido creciendo y no se logra controlar porque los quirófanos están siendo absorbidos por todas aquellas atenciones de cirugías por emergencias, pero también porque los hospitales no requieren con los insumos”, dijo por su parte Blanca Munguía, directora de Salud de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), quien calificó de “terrible la situación”.
EL HERALDO intentó comunicarse con el ministro de la Secretaría de Salud, José Manuel Matheu, y con la viceministra Nerza Paz, pero al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.
En medio de la desesperación y angustia que se respira en el sistema sanitario de Honduras, la mora quirúrgica se suma al tormento de los más vulnerables, quienes esperan un espacio en el quirófano mientras cruzan los dedos por ser los elegidos del famoso listado, en el que cada número esconde una historia como la de don Juan, una impotencia familiar y un grito silenciado ante la burocracia e indiferencia.
