La representación del Sistema de las Naciones Unidas en Honduras expresó su preocupación por la situación de la niñez y los adolescentes hondureños migrantes y en movilidad no acompañados, detenidos en la frontera suroccidental de Estados Unidos.
En un pronunciamiento emitido por este organismo en Tegucigalpa, reitera su compromiso para buscar soluciones y acompañar al Estado hondureño en sus esfuerzos de protección y atención a la población desplazada, migrante y transmigrante.
Asimismo, el sistema de Naciones Unidas se compromete a brindar asistencia en las estrategias que impulsa el gobierno de Honduras para enfrentar eficazmente las causas que obligan a la población a abandonar su país.
Lamenta que por su condición de personas que requieren protección especial y la garantía de todos sus derechos humanos, ellas y ellos son sumamente vulnerables a peligros como la trata de personas, robos, secuestros, violaciones y asesinatos en su camino por las fronteras.
En particular reconoce el trabajo que viene realizando la Comisión de Alto Nivel que está abordando el tema e insta al Estado a que se garantice el debido proceso bajo el espíritu de la Convención de los Derechos del Niño.
Huyen de violencia
La migración centroamericana es multicausal y responde, entre otros, a motivos económicos, de reunificación familiar y de seguridad, en un contexto que obliga a estos niños y adolescentes a salir de sus países, expresa el documento.
Cita un informe de Children on the Run (Niñez en Movimiento) publicado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y otras investigaciones realizadas por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Centroamérica, se constata que muchos de estos niños, niñas y adolescentes que emigran y están en movilidad escapan de la persecución y reclutamiento por parte de pandillas y otros grupos delictivos, de la violencia en sus comunidades y hogares, y de la pobreza y desigualdad, todos estos factores los impulsan a buscar mejores oportunidades de vida y desarrollo en otros países.
Por otra parte, reconoce la decisión del gobierno de los Estados Unidos de América de tratar el problema como emergencia humanitaria y destaca el noble gesto humanitario de los países impactados por esta problemática y de las personas que les han apoyado en casas del migrante, oficinas públicas, parques y plazas por las que transitan.
Hace un llamado a los gobiernos de los países impactados para que garanticen de forma integral sus derechos humanos en apego a los estándares internacionales y, en particular, los derechos a la vida y a la integridad física, señala el documento.