TEGUCIGALPA, HONDURAS
Con sus currículum en las rodillas, las manos sostienen sus quijadas, sentados en las frías gradas del tercer piso de un edificio ubicado en la calle peatonal del centro de la capital, cinco jovencitos esperan para encontrar una oportunidad de trabajo.
Se muestran cabizbajos, pensativos, preocupados y a la expectativa de escuchar su nombre de boca de un hombre que es el jefe de una agencia de colocaciones en el que depositarán su fe para salir del desempleo. Lo que no perciben es que sus deseos de iniciar o retomar su vida laboral los hará caer en una estafa en la que perderán el poco dinero que tienen o el que les toque pedir prestado.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO se infiltró en el inescrupuloso mundo de las agencias de colocación para revelar cómo se le roba el dinero a cientos de hondureños que están desesperados por obtener un empleo digno.
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Funcionan con un bajo perfil
Un pequeño rótulo de letras negras sobre un fondo blanco y amarillo colgado en una puerta color café del tercer piso del inmueble señala el lugar: “Contrataciones”.
Llegar ahí no fue sencillo, un guardia en la entrada del edificio restringe el ingreso con autoridad:
-¿Adónde viene?, cuestiona el celador.
-Al tercer piso, contesta un miembro infiltrado del equipo de investigación de EL HERALDO.
-¿Y ahí?
-Pago de terreno.
18agencias de empleoestán identificadas en la capital. Apenas una está certificada por la Secretaría del Trabajo para funcionar. |
La respuesta lo convence pues en el edificio hay varias oficinas de ventas de terrenos, abogados y notarios.
Esa era la segunda vez que la Unidad Investigativa de EL HERALDO trataba de ingresar al lugar, en el primer intento se justificó la entrada diciendo que el destino era la agencia de colocaciones, pero porfiaron que no existía.
El recelo con el que se esconden es debido a que según la información obtenida en la Secretaría del Trabajo a nivel nacional hay identificadas 68 agencias de colocaciones, 63 son ilegales y apenas hay cinco con una certificación para poder prestar el servicio. En Tegucigalpa la estafa prolifera porque apenas una agencia de colocación de 18 está certificada. En San Pedro Sula hay cuatro legales y 46 sin permisos.
Cobro ilegal
Una vez frente a la agencia de colocaciones, se tocó la puerta, al principio solo se escuchaba una conversación inaudible entre un hombre y una mujer.
Minutos después se asomó una dama con un fólder en la mano y atrás de ella aparecía un señor algo mayor que vestía muy formal: camisa manga larga, corbata, pantalón de tela, zapatillas y usaba anteojos.
Con el ceño fruncido mostró su malestar y cuestionó:
-¿Necesitaba algo?
-¿Aquí ayudan a conseguir trabajo?
Debido a que iba de salida miró su reloj y a regañadientes respondió:
-Mire... lo voy atender porque tenía la puerta abierta, pase.
-Gracias, mil disculpas.
Una vez adentro resaltó un escritorio adornado con muchas flores, había un par de sillas y al fondo dos banderas, una de Honduras y la otra de Estados Unidos. El señor pidió un minuto de espera mientras entraba a otro cubículo ubicado en la misma oficina.
Al salir se sentó en la silla frente al escritorio, sacó un fólder y lápiz. Pidió la tarjeta de identidad y consultó:
-¿Cómo vino a parar aquí?
-Un amigo vino esta semana
-Bueno, ¿le explicó cómo es?
-Muy poco.
-Aquí el trámite es sencillo, trabajamos con varias empresas y ubicamos a las personas según sus capacidades.
-Ajá.
-Se solicita un pago mínimo de 600 lempiras para iniciar el proceso, ¿los tiene?
-Ando algo corto.
El señor interrumpió:
-Bueno, entonces le va tocar volver.
-Podría hacer el esfuerzo, pero no ando el curriculum.
-Eso no importa, lo voy a anotar, vamos a pasar a mi oficina para hacer el trámite.
Una vez en su oficina y confirmado que había la posibilidad de pagar los 600 lempiras el trato comenzó a variar.
El hombre cayó en la ilegalidad desde el primer día: el cobro por parte de las agencias de colocaciones es prohibido y penado, según la reglamentación sobre el funcionamiento de las Agencias de Empleo Privadas (AEP) y las que realizan Servicios Conexos.
El artículo 3, numeral 1, lo especifica: La gratuidad de los servicios de AEP con respecto a los buscadores de empleo, a los cuales no deberá cobrárseles, ni directa ni indirectamente, ni en todo ni en parte, ningún tipo de honorario o tarifa. El incumplimiento a esta norma es penada administrativamente y puede recaer en una acción penal en la que pase de la Secretaría del Trabajo al Ministerio Público (MP).
A la semana se reciben al menos dos denuncias por este tipo de estafas en la Secretaría del Trabajo, aunque la mayoría de personas no las denuncia.
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Disfrazan el cobro con cursos
Una vez sentado en su oficina principal, el señor se mostró sonriente e invitó al periodista encubierto a tomar asiento frente a otro escritorio un poco más pequeño, pero inundado de curriculum, hojas, fichas de inscripción y contratos.
Con un discurso preelaborado, el hombre comenzó a comentar las bondades de su agencia de colocación y cómo en apenas ocho días las empresas se interesarían en contratar al aplicante.
-Esta es la ficha de inscripción, la llenaremos, ahorita hay plazas en recepción, call center, caja y atención al cliente.
-Ojalá me salga algo.
-Sí, voy a llenar la hoja de inscripción y el curso ahorita, deme los 600 lempiras.
-Aquí tiene.
-Mire, le voy a dar este recibo, es para un curso de inglés los sábados y usted lo empieza a recibir cuando nosotros le consigamos el trabajo.
50agencias de empleoestán en San Pedro Sula, apenas cuatro trabajan en la legalidad. |
-¿Aquí lo imparte?
-Sí, pero solo a los que ya hemos logrado colocar.
El recibo entregado por el hombre no es más que un minúsculo pedazo de papel, sin membrete, sin dirección ni número de teléfono.
Lo único que contiene es un par de sellos, uno de ellos con el nombre de una supuesta fundación en la que se detalla que “no hay devoluciones” y se especifica que el cobro es para un curso de inglés que nunca se imparte.
-óigame, ¿y si en esas empresas donde me va mandar no hay oportunidad?
-Me llama de 1:00 PM a 2:00 PM y yo le doy otros correos para que mande su currículum, en tres meses lo máximo tendrá un trabajo, si no ahí vemos cómo le ayudamos.
El señor continuó llenando la ficha de inscripción, recibió un par de llamadas, y en una de ellas le recordó al cliente que el horario de atención era de 1:00 PM a 2:00 PM.
Una vez llenada la ficha, solicitó una foto tamaño carné.
-No tengo, respondió el infiltrado de EL HERALDO.
-Bueno, no importa... Mire, esta hoja la va poner sobre su currículum, de primera, la grapa, así van a saber que usted es apto y certificado por nosotros para el empleo.
-Está bien.
-Bueno, ahora, este es el contrato; si a usted lo llaman y le dan el trabajo, la ley nos ampara para cobrarle el 50% de su primer salario.
- ¿La mitad?
-Sí, pero aquí no lo hacemos, mire, solo va pagar 1,500 lempiras y una sola vez.
-Léalo y lo firma.
Se estampó la firma y así inició la vinculación con la agencia de colocaciones con la promesa de que en ocho días una de las dos empresas a las que el cliente era enviado lo llamaría para entrevista.
-Si puede ir hoy, vaya.
-Mejor mañana, no ando el currículum.
-Bueno, el personal de recursos humanos pasa ocupado, así que deje el currículum con la recepcionista.
-Esta bien, gracias.
1Pago inicial ilegal de 600 lempiras por membresía
La ley prohíbe en el artículo 1, numeral 3, del reglamento sobre el funcionamiento de las Agencias de Empleo Privadas y las que realizan
servicios conexos, el pago inicial de cualquier membresía.
2Trabajan en la ilegalidad y con falsas promesas
La Secretaría del Trabajo detalló que en total en el país tienen identificadas 68 agencias de colocaciones, de las cuales apenas cinco están constituidas legalmente, el resto trabaja fuera de la ley.
3Denuncias semanales en la Secretaría del Trabajo
Se conoció que a la semana al menos dos personas llegan a las Secretaría del Trabajo a denunciar que fueron estafadas por una agencia de colocaciones, la mayoría de las veces no recuperan el dinero.
Dinero y tiempo perdido
Posteriormente, la Unidad Investigativa de EL HERALDO elaboró el currículum, incluyó la recomendación de la agencia de colocaciones en la primera hoja y se movilizó a las empresas recomendadas.
En la primera de ellas, la oferta de trabajo estaba abierta para todo el mundo, rótulos en las vitrinas invitaban a los desempleados que desearan trabajar a entregar sus papeles.
-Buenas, vengo a dejar papeles, me mandan de una agencia de colocaciones.
-Está bien, démelos, dijo la recepcionista.
-¿Eso es todo?
-Sí, contestó secamente sin tan siquiera echarle una mirada a la hoja que, supuestamente, da garantías de que el aplicante está “certificado”por la presunta agencia de colocación.
-Bueno, gracias.
En la segunda empresa un inmenso banner invitaba a jóvenes de entre 25 y 35 años a formar parte de su equipo de trabajo, es decir, otra invitación abierta para los desempleados, dejando sin sentido haber visitado y pagado 600 lempiras por una membresía de la agencia de colocaciones.
Al igual que en la primera empresa, no existió acercamiento con personal más allá de la recepción.
Currículum por correo
Pasaron los ocho, luego quince, y de ahí varias semanas más, pero nadie llamó para ofrecer una vacante.
Se llamó al jefe de la empresa de colocaciones para consultar cómo podían ayudar.
-Hola licenciado XXXX, yo llegué a su oficina, pagué por la membresía, fui a dos empresas y nada.
-Hola, empecemos por su nombre.
-Soy XXXX.
-Ya, bueno, ¿tiene adónde apuntar?
-Sí.
El hombre dictó dos correos electrónicos de dos importantes empresas de ventas de artículos en el país, pidió enviar el curriculum ahí y esperar otros ocho días. El tiempo pasó y al final nadie llamó, el dinero y el tiempo quedó perdido en lo que a todas luces es una estafa inescrupulosa que se replica a nivel nacional.