Washington, Estados Unidos
Once senadores demócratas pidieron al secretario de Estado John Kerry que apoye la participación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en la investigación del asesinato de la ambientalista hondureña Berta Cáceres, según una carta difundida el viernes.
Los demócratas alegaron que más de 100 activistas ambientales, al menos 30 periodistas y unos 30 sindicalistas han sido asesinados en la nación centroamericana desde 2009, y que la mayoría de los casos permanecen impunes.
La difusión de la carta ocurrió apenas días después de que una de la s hijas de Cáceres visitara la sede del Congreso, en Washington, donde se reunió con legisladores de ambos partidos.
El presidente de la comisión de relaciones exteriores, Ben Cardin (Maryland), encabezó a los autores de la carta.
El grupo lo completan Barbara Boxer (California), Ron Wyden y Jeff Merkley (ambos de Oregon), Tom Udall (Nuevo México), Tim Kaine (Virginia), Ed Markey (Massachusetts), Richard Blumenthal (Connecticut), Christopher Coons (Delaware), Sherrod Brown (Ohio) y Dick Durbin (Illinois).
Ya más de 220 organizaciones de la sociedad civil habían extendido una solicitud similar a Kerry a comienzos de mes, inspirados en el grupo de expertos independientes que la CIDH conformó para investigar la desaparición de 43 estudiantes normalistas en México en septiembre de 2014.
La CIDH no se ha pronunciado al respecto.
Cáceres, asesinada el 3 de marzo en su hogar, había denunciado que era objeto de amenazas de muerte por parte de la policía, el ejército y grupos de terratenientes. La CIDH le había otorgado medidas cautelares desde 2009, pero el gobierno hondureño no le asignó protección.
Cáceres cobró gran relevancia internacional por organizar al pueblo lenca —la mayor etnia de Honduras— para protestar contra la construcción de un polémico proyecto hidroeléctrico. Con su lucha impidió que el constructor más grande de represas del mundo, la compañía estatal Sinohydro de China, construyera el proyecto hidroeléctrico. La Corporación Financiera Internacional, institución del Banco Mundial que invertiría en la obra, también abandonó la iniciativa.
Once senadores demócratas pidieron al secretario de Estado John Kerry que apoye la participación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en la investigación del asesinato de la ambientalista hondureña Berta Cáceres, según una carta difundida el viernes.
Los demócratas alegaron que más de 100 activistas ambientales, al menos 30 periodistas y unos 30 sindicalistas han sido asesinados en la nación centroamericana desde 2009, y que la mayoría de los casos permanecen impunes.
La difusión de la carta ocurrió apenas días después de que una de la s hijas de Cáceres visitara la sede del Congreso, en Washington, donde se reunió con legisladores de ambos partidos.
El presidente de la comisión de relaciones exteriores, Ben Cardin (Maryland), encabezó a los autores de la carta.
El grupo lo completan Barbara Boxer (California), Ron Wyden y Jeff Merkley (ambos de Oregon), Tom Udall (Nuevo México), Tim Kaine (Virginia), Ed Markey (Massachusetts), Richard Blumenthal (Connecticut), Christopher Coons (Delaware), Sherrod Brown (Ohio) y Dick Durbin (Illinois).
Ya más de 220 organizaciones de la sociedad civil habían extendido una solicitud similar a Kerry a comienzos de mes, inspirados en el grupo de expertos independientes que la CIDH conformó para investigar la desaparición de 43 estudiantes normalistas en México en septiembre de 2014.
La CIDH no se ha pronunciado al respecto.
Cáceres, asesinada el 3 de marzo en su hogar, había denunciado que era objeto de amenazas de muerte por parte de la policía, el ejército y grupos de terratenientes. La CIDH le había otorgado medidas cautelares desde 2009, pero el gobierno hondureño no le asignó protección.
Cáceres cobró gran relevancia internacional por organizar al pueblo lenca —la mayor etnia de Honduras— para protestar contra la construcción de un polémico proyecto hidroeléctrico. Con su lucha impidió que el constructor más grande de represas del mundo, la compañía estatal Sinohydro de China, construyera el proyecto hidroeléctrico. La Corporación Financiera Internacional, institución del Banco Mundial que invertiría en la obra, también abandonó la iniciativa.