Tegucigalpa, Honduras
La respuesta ha sido masiva y contundente. Los niños olvidados de la frontera entre Honduras y El Salvador ya tienen una mano solidaria extendida.
EL HERALDO ha mostrado esta semana en una serie especial cómo cientos de compatriotas, en especial niños, que habitan en los exbolsones que fueron disputados por Honduras y El Salvador han sido víctimas del abandono y el olvido.
En un recorrido hecho por los seis puntos fronterizos que en un 69 por ciento fueron cedidos a Honduras hace 25 años, es decir, el 11 de septiembre de 1992, EL HERALDO presenció cómo estos compatriotas sufren la indiferencia.
Los niños no tienen zapatos, uniformes ni materiales escolares, carecen de condiciones básicas de salud y se alimentan de lo poco que cultivan.
Reacción
Ante esta realidad mostrada por EL HERALDO, el gobierno convocó el pasado martes a una reunión de emergencia para trazar un plan que permita la atención integral de estos compatriotas.
El ministro de la Presidencia, Ebal Díaz, se reunió con los titulares de la Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos (Insep), Educación y Salud, así como con autoridades de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), para que cada una atienda las necesidades de estas poblaciones.
“A raíz de las publicaciones de EL HERALDO de los exbolsones, tuvimos una reunión de emergencia con el ministro de la Presidencia y varios ministros que estamos involucrados en los temas”, confirmó a EL HERALDO el ministro de Insep, Roberto Pineda.
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En Infraestructura harán una evaluación de la carretera entre Nahuaterique y Marcala, La Paz, así como en Dolores, Opatoro, y se extenderá a los demás sectores fronterizos como en Sazalapa y La Virtud, Goascorán y Cayaguanca.
Mientras que el director de Redes Integradas de Salud de la Secretaría de Salud, Roberto Cosenza, dijo a EL HERALDO que la salud en estos sectores está completamente descentralizada, pero ya mandaron un equipo de primer nivel para dar seguimiento a los servicios.
Respaldo de empresas
Pero la reacción solidaria no termina allí. Empresas solidarias con los hondureños más necesitados han manifestado su interés de extender su mano amiga a estos compatriotas.
Entre las empresas que han dicho presente están Walmart, Paiz, Maxi Despensa y Despensa Familiar, así como Lacthosa con su marca Sula.
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Además, la Fundación Javier (Funjavi) y Capacitación, Educación, Producción, Unificación, Desarrollo y Organización (Cepudo) también han notificado su apoyo para estos hondureños que por años han estado olvidados.
Las principales necesidades en estos poblados son alimentos, ropa, zapatos, útiles escolares, uniformes, medicinas, utensilios para el hogar, colchonetas, frazadas, medicinas y juguetes para dibujar una sonrisa entre los olvidados menores.
Pobreza
El exbolson más visitado por las autoridades hondureñas y salvadoreñas es Nahuaterique, que cuenta con escuelas, centros básicos y unidades de salud, pero la pobreza los rodea.
Doña Pastora Sánchez es una señora de 49 años que logró criar a seis hijos sola y, a pesar de que todos ya están grandes, sigue sufriendo las consecuencias del olvido en el que los tienen las autoridades.
“En mi casita no hay luz ni agua potable, salgo a lavar ajeno y conseguir algo para la comida. Tampoco tengo radio porque en vez de comprar un par de baterías mejor ajusto una cuarta de frijoles”, comentó la señora con rasgos lencas.
La comida tampoco es barata según la señora, porque solo una cuarta de frijoles llega a costar 50 lempiras, es decir, 200 lempiras las cinco libras en tiempos de sequía.
Los pobladores de Nahuaterique afirmaron que cuando los inviernos son buenos las personas que tienen sus parcelas logran cultivar maíz y frijoles para subsistir, pero hay ocasiones en que el clima los golpea tan fuerte que hasta el agua es difícil de conseguir en algunos sectores.
De forma esporádica les llega la bolsa solidaria y el Bono 10 Mil no lo reciben todos los pobladores porque se politiza.
En tanto, los habitantes de Dolores, en La Paz, pasan el mismo problema, de vez en cuando reciben una ayuda de las autoridades, aunque la alcaldesa de Opatoro, Dunia Martínez, justificó que los pobladores de este sector no quieren apoyar en nada, mientras ellos se quejan del olvido que se manifiesta por todas partes.
Cacería
En Sazalapa-La Virtud, Lempira, muchas familias comen salteado o sobreviven con las frutas u hortalizas que cosechan de la bondadosa tierra donde habitan.
Mientras que en Cayaguanca, Nueva Ocotepeque, algunos pobladores que no tienen tierra donde sembrar o ganado salen al monte a buscar conejos pero rogando encontrar un venado, ya que todavía quedan algunos en los alrededores de las verdes montañas compartidas entre Honduras y El Salvador.
En Goascorán, Alianza, Valle, aún es normal ver a niños andar completamente desnudos, quienes con suerte comen dos veces al día o les toca dormir en el suelo en cartones o pedazos de madera en casas de bahareque.