Hay quienes para vivir venden ropa, alimentos y hasta casas y hay otras que optan por ofrecer su cuerpo para subsistir.
El oficio más antiguo del mundo es practicado en el país por un estimado de 13,500 mujeres.
En el Distrito Central se localizan 2,500 trabajadoras sexuales, según estadísticas del Programa para el Desarrollo de la Infancia y la Mujer (Prodim).
La discriminación, estigma social e inseguridad son algunas razones por las que las mujeres trabajadoras sexuales (Mts) se mantienen en el anonimato.
En contraste con la cifra que manejan las autoridades de Prodim para la capital, las representantes de la Red de Trabajadoras Sexuales (Redtrasex), en la capital desempeñan este oficio unas 5,000 mujeres.
Tegucigalpa y Comayagüela albergan la mayor cantidad de mujeres que consideran su cuerpo como una empresa. A la fila de ciudades se suman San Pedro Sula, La Ceiba, Choluteca y Comayagua.
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El nivel educativo de las Mts es raquítico. Algunas ni siquiera saben leer ni escribir. Se estima que en la capital solo el 40 por ciento de las sexoservidoras han llegado al sexto grado.
“En ocasiones no puedo ni leer la fecha de vencimiento de algún condón o medicamento”, expresó una de las mujeres que ofrece sus servicios en la séptima avenida de la ciudad de Comayagüela.
Para las trabajadoras sexuales no hay días feriados.
En el caso de Comayagüela, desde las nueve de la mañana se observan mujeres que vestidas de manera casual se sientan en grupo en la esquina de la acera o fuera de un hotelito a la espera de “una entrada”(cliente).
Algunas mujeres se arreglan para atraer clientes, mientras que otras se confunden entre la multitud. La mayoría trabajan un promedio de diez a doce horas diarias en la atención sexual.
Los miércoles, viernes, sábados, domingos y lunes, además de los 15 y 30 de cada mes, son considerados los mejores días para generar ingresos.
20minutos de serviciosexual les pagan hasta 1,200 lempiras. |
La tarifa que pagan los usuarios de este servicio por quince a veinte minutos varía según la zona, y “condiciones del negocio” donde sea pactado el trabajo.
En el caso de la Plaza Central y Los Dolores, las ofertantes del sexo cobran entre 300 a 1,200 lempiras y en el sector de Comayagüela los precios se reducen de 50 a 150 lempiras.
Una hora de placer con una “prepago” puede oscilar entre dos mil a cuatro mil lempiras, pero si se trasladan a otra región del país pueden agenciarse hasta diez mil lempiras. En el caso de San Pedro Sula la tarifa mínima es de 600 lempiras.
Jóvenes y niños capitalinos expuestos a la prostitución
Ante la falta de un marco legal sobre la diversidad sexual, son muchos los niños y adolescentes que están en situación de riesgo.
José Zambrano, miembro activo de la Diversidad Sexual en Honduras, manifestó que en la capital hay al menos unos 1,500 menores en condiciones de riesgo y expuestos a ser presa fácil de la prostitución.
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“A los jovencitos es fácil identificarlos en espacios públicos como mercados, plazas, centros comerciales, y en otros sitios que son de convergencia como las redes electrónicas, incluso en la Plaza Central”, declaró Zambrano.
Ante esta situación, el denunciante manifestó que es necesario que el gobierno establezca políticas para que se les busque nuevas ocupaciones.
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