Tegucigalpa, Honduras.- La falta de iniciativas gubernamentales para desarrollar sistemas de transporte eficientes ha condenado a las principales ciudades del país: Tegucigalpa y San Pedro Sula.
En ambos puntos geográficos día a día se vive un caos vehicular que asfixia su desarrollo y las mantiene en el rezago frente a las urbes de Centroamérica.
Hasta ahora, ninguna administración gubernamental, ni municipal, ha invertido en estudios o proyectos de movilidad urbana que son clave para que los habitantes de las grandes ciudades mejoren sus condiciones de vida.
En contraste, en Guatemala, el presidente Bernardo Arévalo, en su primer año de gobierno ha iniciado el proyecto de construcción de la primera línea de un tren subterráneo en la capital que costará alrededor de 1,000 millones de dólares y que será financiado por el gobierno de Estados Unidos, el Banco Mundial (BM) y también por la tesorería nacional.
Para la construcción del metro, una promesa de campaña de Arévalo, el presidente solicitó recientemente a Finanzas de ese país la ampliación del presupuesto de la República para realizar estudios de factibilidad, arqueológicos, pagar terrenos e invertir en obras sociales y protección ambiental.
Según la Secretaría de Finanzas de Guatemala, el metro que sería gestionado por medio de una Alianza Público Privada (App), movilizará diariamente 360,000 pasajeros, reducirá el tiempo de viaje entre Mixco y Obelisco, disminuirá la huella de carbono, renovará los usos de suelo y se integrará a otros sistemas de transporte existentes.
En Panamá, cuando era presidente Ricardo Martinelli, impulsó la construcción del metro de Ciudad de Panamá, que traslada diariamente aproximadamente 400,000 personas. En abril de 2014, su gobierno inauguró este proyecto que se convirtió en el primer sistema de transporte masivo de este tipo en el ismo centroamericano.
El gobierno de Martinelli instaló el metro con el objetivo de aliviar problemas de congestión vehicular en la Ciudad de Panamá y ofrecer una alternativa rápida y eficiente de transporte público.
La primera línea, que atraviesa la ciudad desde el norte hasta el sur, cubre 15 estaciones en 16 kilómetros, conecta áreas claves de la capital. Desde su inauguración, el metro ha sido ampliado con nuevas líneas que conectan el área metropolitana con sus alrededores.
Honduras queda rezagada
En Honduras la historia ha sido distinta y de frustraciones. En Tegucigalpa, el alcalde Ricardo Álvarez (2006-2014) promovió el Trans 450, un sistema de Bus de Tránsito Rápido (BRT) con carriles exclusivos, diseñado para mejorar el transporte público ante la creciente congestión vehicular.
El Trans 450 representaba una inversión de más de 50 millones de dólares, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), además de recursos municipales. El proyecto quedó inconcluso y ha sido señalado por corrupción, sobrecostos y falta de transparencia.
A pesar de la inversión millonaria, el Trans 450 nunca llegó a operar y la infraestructura construida, como los carriles exclusivos y estaciones, permanecen en desuso. El proyecto, que debía transformar la movilidad en Tegucigalpa, terminó siendo un fracaso.
En 2016, Fiscalía Especial de Transparencia y Combate a la Corrupción Pública por denuncias de corrupción y mala gestión comenzó a investigar el proyecto. A pesar de esto, el caso ha quedado en la impunidad y el Trans 450 se convirtió en un símbolo de la mala gestión de recursos públicos en Tegucigalpa.
San Pedro Sula busca un cambio
En San Pedro Sula, el panorama es un poco alentador, unas 40 empresas propietarias de todos los buses (pequeños, medianos y grandes) que circulan por la ciudad formaron en 2016 el consorcio Inversiones Transportes y Servicios Especiales (Intrase), con el fin de instaurar un transmetro (BRT), pero desde entonces no han logrado materializar el proyecto por una serie de obstáculos que han tenido que sortear y por la falta de apoyo de los diferentes gobiernos, tanto centrales como locales.
En este momento, según Nelson Fernández, presidente de Intrase, el proyecto “está por convertirse en realidad” porque cuentan con el apoyo del presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, y de un banco del sistema nacional que financiaría entre 115 y 120 millones de dólares para adquirir la flota de buses a la empresa Volvo de Brasil.
“Nosotros hemos visto una apertura de este gobierno y estamos recibiendo el apoyo. Tenemos todos los permisos y tarifas aprobadas. Contamos con el apoyo del presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, para que este proyecto resuelva el problema de congestionamiento vial de San Pedro Sula”, dijo Fernández.
El nuevo sistema de transporte, que sería privado, constaría de 390 autobuses con capacidad para transportar entre 100 y 120 pasajeros, y 12 unidades articulados, con capacidad de 200 pasajeros, que circularían por vías exclusivas en horas pico y serían alimentados por 110 buses que operarían en los barrios y colonias.
Por ahora, “un bufete de abogados está revisando los términos y condiciones para firmar con el banco que nos dará el préstamo. Ese dinero será utilizado para comprar los buses que pondríamos a circular en mayo de 2025. Tenemos que comprar un terreno para la estación y esperamos que el gobierno central invierta en las vías y paraderos. El alcalde de San Pedro Sula, don Roberto Contreras, nos dijo que la Municipalidad no tiene dinero para hacer esas obras”, manifestó Fernández.
En 2024, según cifras de Intrase, unos 1,530 autobuses tienen permisos de operación, no obstante, circulan aproximadamente 1,300 unidades. Diariamente, mueven entre 250,000 y 300,000 personas que pagan dos pasajes (ida y vuelta). A pesar de esta capacidad, la ciudad continúa lidiando con un severo problema de tráfico.
Los autobuses que planea adquirir Intrase para el transmetro de San Pedro Sula serían similares a los que ya operan en ciudades como Curitiba, Brasil, y Bogotá, Colombia, donde sistemas BRT han demostrado ser soluciones efectivas para la congestión vehicular y el transporte masivo.
Alejandro Puerto, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Honduras (CICH) Capítulo Noroccidental, advierte que “San Pedro Sula y Tegucigalpa están obligadas a dar este paso para ofrecer un sistema de transporte masivo, moderno y eficiente como lo están haciendo muchas ciudades del mundo para resolver el problema de tráfico vehicular”.
“El Trans 450 era un gran proyecto que si lo hubieran concluido hubiera tenido éxito en Tegucigalpa. En San Pedro Sula tenemos algunos retos, como contar con inversión para construir los espacios por donde deben transitar los buses articulados si decidimos por un sistema como el Trans 450. Para San Pedro Sula, un sistema eficiente es una necesidad porque ahora hasta estamos construyendo más edificios verticales donde vivirán y trabajarán muchas personas que necesitarán un medio de transporte seguro”, dice Puerto.
Puerto considera que, si a corto plazo las autoridades no toman decisiones que tengan como objetivo mejorar la movilidad urbana, Honduras se rezagará mucho más y tendrá que enfrentar problemas más graves en el futuro.
