TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La evolución de la moneda en toda nación da cuenta de procesos sociales, económicos y políticos.
En Honduras no es diferente, tener los billetes y monedas que hoy circulan responde a un desarrollo que inició una vez se instalaron los españoles en este territorio.
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Antecedentes
El historiador Edgar Soriano señala que nuestros aborígenes no utilizaban moneda como tal para la adquisición de bienes o productos, sino el trueque, que consistía en el intercambio de productos por otro producto. De esta manera, las antiguas civilizaciones utilizaban como moneda el cacao y las plumas para ejercer el comercio.
Un artículo publicado en la revista Journals señala que una de las valoraciones del trueque es que debe ser tratado como un fenómeno histórico “que de manera evolutiva precedió al mercado”. El texto destaca que el trueque corresponde a una forma de intercambio antiguo basado en la división elemental del trabajo y caracterizado por el no uso del dinero. “Posteriormente, se estimó que este ‘sistema ineficiente dio lugar al intercambio basado en dinero, el cual estuvo acompañado de una progresiva división del trabajo y el desarrollo del mercado. Así, la invención del dinero fue la respuesta al problema del trueque’”.
Soriano refiere que en la época prehispánica hubo distintas formas de realizar intercambios de carácter comercial y con la colonización del territorio nacional por parte de los españoles se utilizaron las primeras monedas como el doblón, ducado, pesos reales, cuartillos y el maravedí.
Estas monedas tenían grabadas las alegorías de las casas reinantes como ser escudo de armas, coronas y nombres de reyes en latín.
“Las monedas se acuñaban en Guatemala y todo el material que se extraía de nuestras minas era enviado a aquel país. Se tiene registro que la primera moneda se acuñó en el año de 1733”, señala el historiador.
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Los billetes en Honduras
Si hablamos del dinero, una vez que Honduras se independizó de España, podemos mencionar que para 1880 Marco Aurelio Soto determinó la acuñación de monedas de plata. Posteriormente, en el gobierno de Francisco Bográn se ordenó la acuñación de monedas de oro.
Soriano manifiesta que para 1926 Honduras fue invadida por monedas de plata que llegaron de diferentes países de América, las cuales pasaron a formar parte de la moneda circulante de la nación, estas habían sido desplazadas en otros países del mundo y con toda esta situación no se tenía una moneda propia.
Fue apenas ese mismo año, a casi 105 años de la independencia de Honduras, que en el Congreso Nacional se debatió el nombre que debía llevar la moneda oficial de la nación. Una vez decidido que la moneda hondureña debía llamarse Lempira, y no Morazán, como también se propuso, iniciaba otro conflicto: ¿cómo ilustrarlo si no existía un retrato de Lempira?. “De esta manera, el ilustre parlamento trazaba el reto que asumía en 1928 el Dr. Presentación Centeno en solicitarle la ‘autorizada opinión’ a la Sociedad de Geografía e Historia de Honduras para que ofreciera su dictamen sobre la ‘condición de héroe representativo del arrojo de nuestra raza’ del indígena que se imaginara el pintor Darío Escoto”, escribe el historiador Darío Euraque en el 'La creación de la moneda nacional y el enclave bananero en la costa caribeña de Honduras: ¿en busca de una identidad étnico-racial?'.
Euraque continúa: “La Sociedad de Geografía e Historia de Honduras, mediante su presidente Esteban Guardiola, designó a uno de sus miembros, al profesor Miguel Morazán, para que acudiera ‘a las oficinas de la Secretaría de Educación para estudiar el cuadro del pintor nacional don Darío Escoto, sobre la personalidad de nuestro indio legendario Lempira...’. El profesor Miguel Morazán estudió el cuadro el 5 de octubre de 1928, un día antes que la Sociedad, en Sesión Extraordinaria, se trasladara a las oficinas de la Secretaría para poder, allí, ante el cuadro y el pintor, fallar sobre el mismo”.
Pero no fue inmediatamente a esto que se realizó la emisión del billete de un lempira que hoy conocemos.
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La creación del Banco Central de Honduras
El 1 de julio de 1950 inició operaciones el Banco Central de Honduras (BCH), por iniciativa del Poder Ejecutivo. Fue entonces que se emitieron los primeros billetes de cinco lempiras, posteriormente saldrían las otras denominaciones.
Tributo
Cada billete ilustra el rostro de un personaje relevante para la vida nacional.
En el caso del billete de un lempira, es el perfil del indio Lempira, como un tributo al hombre que defendió su territorio del poder avasallar de los españoles durante la conquista. El primer billete de un lempira fue emitido en 1951, y la imagen no corresponde a la que estampa el de hoy en día. En aquel entonces Lempira tenía un penacho, algo que generó debate.
Reseña Soriano que esta imagen fue cuestionada en la década del 70, y tuvo que ser estudiada por antropólogos e historiadores debido a que los nativos hondureños no utilizaban penachos en su cabeza, excepto los altos caciques y los gobernantes que siempre cargaban un tocado de plumas. Debido a eso se tuvo que buscar una persona lenca para que saliera en la imagen del lempira. Después se fueron creando las diferentes denominaciones, por ejemplo, la moneda de cinco centavos, diez centavos, veinte y cincuenta.
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El perfil que hoy aparece en el billete comenzó a circular en 1976.
Los otros rostros que aparecen en cada denominación de nuestra moneda son los de hombres que ayudaron a forjar el desarrollo de la nación en diferentes épocas: los próceres Francisco Morazán (L 5.00), José Cecilio del Valle (L 100.00), Dionisio de Herrera (L 20.00) y José Trinidad Cabañas (L 10.00). Solo José Trinidad Reyes quedó fuera, aunque ilustró el billete de 50 lempiras de 1956 hasta 1976 que fue cambiado por el del expresidente Juan Manuel Gálvez. Otro exmandatario que ilustra un billete es Marco Aurelio Soto (L 2.00). El ideólogo de la Reforma Liberal, Ramón Rosa, aparece en el de 500 lempiras.
Con los personajes, los billetes ilustran además escenarios que responden a un hecho, una época o un componente de desarrollo en la historia nacional de Honduras. Como el juego de pelota y escalinata maya de las Ruinas de Copán (L 1.00), la Isla del Tigre y ciudad puerto de Amapala, en donde inauguró su gobierno Marco Aurelio Soto (L 2.00), la Batalla de la Trinidad, que dirigió el general Morazán, escenificada el 11 de noviembre de 1827 (L 5.00); la panorámica de la UNAH (L 10.00), las instalaciones de la Empresa Nacional Portuaria de Puerto Cortés (L 20.00), el nuevo edificio del Banco Central de Honduras (L 50.00), la casa donde nació José Cecilio del Valle, en Choluteca (L 100.00), y la vista ambientalista de las Minas del Rosario de San Juancito, Francisco Morazán (L 500.00).
“La evolución de la moneda es algo que no se puede detener y prueba de ello es el billete de 200 lempiras que sacó el Banco Central de Honduras, esto como un acto conmemorativo a los 200 años de historia de emancipación política. Este servirá como un homenaje a la Patria y a todo el proceso que ha pasado a lo largo de todo este tiempo después de la Independencia”, concluyó el historiador Edgar Soriano.