Por el tono en que están dando “cátedra” para legislar y a tres meses de las elecciones generales, prevemos que el próximo Congreso será sufrido con charlatanes, ambiciosos desmedidos, sabelotodo, pancistas, egocéntricos y taimados “inspirados” en remediar, como siempre, sus problemas estomacales y no la de casi nueve millones de hondureños.
Se ha vuelto común oír a “padres de la patria” sacarse la madre cuántas veces sea necesario. En medio de la crisis local, ciertos parleros desnudan su efectiva identidad al acusarse de “prostitutas”, de “animal” relegando y salivando la tarea prometida a sus adeptos. “Tu madre…la tuya… no tuve…saco” son sus expresiones. ¡“Brillantes”!
A poco tiempo para elegir mandos edilicios, legislativos y del Poder Ejecutivo es reprochable, en pleno y supuesto adelanto, que políticos viejos y nuevos, estén sumidos en una pelea personal donde no proponen salidas.
Ilógico que lidien la ruina producto de su abuso. No admiten reclamos, y de remate, son mal ejemplo a las generaciones.
Diputados de conocida militancia partidaria hablan de “dictadura” comiendo de ella. Por ahí anda uno que no se quita el chaleco con la leyenda “Fuera JOH”, en relación al continuismo del actual jefe y olvida que su vital “asesor” es un olanchano aludido por el cachiro Devis Leonel Rivera Maradiaga. Dormía en la pista de El Aguacate. ¿Te acuerdas de “El Chapo”?
O sea que cada quien anda en su negocio. Se escupen en público pero en cafetines se abrazan con el bajo mundo. Pareciera que ciertos personajes quieren mandar a su antojo, con el puro y único fin de zanjar su hambre bajo el agite de la ignorancia, haciendo creer que mueren por las multitudes. ¡Pajazo!
Pancistas buscan votantes a toda costa cuando nadie ignora su paso sucio por la burocracia. Se sueñan tersos pero tienen la piel repleta de cocaína y de pus. Prueben decoro y no que están hasta el gorro.
Somos una cuartería donde ya sabemos quiénes son los bandidos en alianza con narcos, quiebrabancos y corruptos. Ojalá y el “remedio” no salga peor que la roña y elijamos un Congreso totalmente tóxico.
