La llegada masiva de menores centroamericanos que viajan ilegalmente sin acompañante adulto a Estados Unidos desbordó a las autoridades del país que reconocen no tener los medios financieros y jurídicos para frenar esta crisis humanitaria.
UNA OLA SIN PRECEDENTES
Al menos 57,000 menores de edad sin compañía de adultos fueron interceptados desde octubre del año pasado en la frontera entre Estados Unidos y México, tras emigrar clandestinamente en busca de sus familiares o huyendo de la violencia en sus países.
El gobierno prevé que la cifra aumente a 90,000 antes de fines de septiembre, un fenómeno alarmante si se compara con los 39,000 niños registrados en 2013, 25,000 en 2012, y 16,000 en 2011. Para 2015 se espera la llegada de hasta 145,000 niños solos.
En total, el número de inmigrantes ilegales - niños y adultos - detenidos en la frontera disminuyó entre 2005 (1.2 millones) y 2011 (328,000) pero en 2013 aumentó a 414,000.
NIÑOS SOLOS
Llegan a un ritmo de 200 y 250 por día, según el secretario de Seguridad Interior Jeh Johnson. Si están solos y no son originarios de un país fronterizo, el gobierno estadounidense tiene la obligación de ubicarlos en hogares de acogida en un plazo de 72 horas y garantizarles asesoramiento jurídico, cuidados médicos y psicológicos.
En estos centros permanecen durante 34 días en promedio. Luego, en un 85% de los casos, los niños son devueltos a un miembro de su familia ya presente en Estados Unidos a la espera de que su caso sea examinado por un tribunal.
Pero debido al flujo sin precedentes de la primera semana de julio, aproximadamente 2,000 niños se encuentran aún en centros de detención de la policía en las fronteras, superando el plazo establecido de 72 horas para ser ubicados en un hogar de acogida.
Tres refugios de urgencia fueron abiertos por el departamento de Salud en las bases militares de Texas (San Antonio), Oklahoma (Lawton) y California (Oxnard).
¿DE DÓNDE VIENEN Y A DÓNDE VAN?
Las tres cuartas partes de los inmigrantes ilegales llegan a Estados Unidos provenientes de tres pequeños países de América Central: Honduras, El Salvador y Guatemala. En el caso de Honduras, este año cruzaron la frontera hacia Estados Unidos más de 15,000 niños, una cifra mucho mayor a la de los 968 de 2009.
La mayoría es interpelada en una zona específica de la frontera: el valle de Río Grande en el sur de Texas. 'Esta población, en su mayoría, quiere ser interpelada. No buscan escapar de la policía', explicó Jeh Johnson.
El número de niños que cruza la frontera mexicana hacia Estados Unidos de manera ilegal siempre fue elevado, con un promedio de 100,000 por año entre 2004 y 2006. Sin embargo, mientras antes en su mayoría eran mexicanos, ahora provienen de Centroamérica y en general vienen solos.
EXPULSIÓN DE NIÑOS
Un promedio de 1,800 niños no acompañados por año son expulsados por las autoridades estadounidenses y por decisión judicial. El presidente Barack Obama y parlamentarios desean enmendar una ley anti tráfico de seres humanos de 2008 con el fin de acelerar las expulsiones de menores provenientes de países no fronterizos.
UN FRONTERA INMENSA
Estados Unidos y México comparten una frontera de unos 3,200 km. En California, Arizona y Nuevo México (unos 1,100 km), la frontera está casi toda equipada de barreras más o menos altas. Pero la frontera fluvial formada por Río Grande, en la parte de Texas, cuenta con una mayor cantidad de puntos libres de acceso.
Las detenciones de ilegales se concentran en los alrededores de la ciudad de McAllen, en el extremo sur de la frontera.