TEXAS, ESTADOS UNIDOS.- La búsqueda del mexicano que supuestamente acabó con la vida de cinco hondureños se vuelve cada vez más intensa, pues las autoridades creen que “podría estar en cualquier parte”.
Así lo dijo en las últimas horas durante una rueda de prensa el sheriff del condado de San Jacinto (Texas), Greg Capers, quien explicó que se amplió el perímetro de búsqueda de unos 12 o 15 kilómetros cuadrados a 20 o 25. “No se descarta que pueda haber huído a otros estados aledaños”, agregó.
Desde que cometió la matanza en una casa del condado de San Jacinto, Texas, el individuo identificado como Francisco Oropeza, de 38 años y de nacionalidad mexicana, huyó con rumbo desconocido.
Las autoridades creyeron que lo encontrarían en una zona boscosa a cercanías del sector con ayuda de drones y perros rastreadores, pero solo encontraron su teléfono móvil y ropa, por lo que todavía permanece prófugo de la justicia.
También se realizó una requisa a su casa de habitación, donde encontraron varias armas de fuego, sin embargo, por los momentos se desconoce si alguna de ellas fue con la que cometió el crimen o todavía sigue en su poder.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) y otras agencias de investigación están colaborando con la búsqueda del individuo, a quien han descrito como un hombre peligroso y por quien ofrecen una recompensa de 5 millones de dólares.
Sangriento crimen
La masacre que segó la vida de cinco compatriotas ocurrió la noche del viernes, cuando un vecino del vecindario entró a la casa de habitación de los hondureños y los acribilló en la sala.
El detonante de su furia habría sido que la familia hondureña le pidió dejar de hacer disparos al aire porque tenían a un recién nacido dormido.
Las víctimas fueron identificadas como Diana Velásquez, de 21 años, José Cáceres, de 18 años, Obdulia Molina, de 31 años, Sonia Guzmán, de 28 años, y su hijo Daniel Guzmán, de ocho años. Todos de nacionalidad hondureña.