Llegó a tener decenas de clientes que aplaudían su amplio menú, todo iba viento en popa, progresaba como siempre quiso, pero su ilusión se vino a bajo tras recibir peticiones de cuotas obligadas que hacían referencia a la extorsión, mal llamada popularmente 'impuesto de guerra'.
Esta es la historia de Nahomy Murillo, de 39 años, una hondureña trabajadora que se vio obligada a migrar de su país natal y abrirse campo en la Madre Patria, una dura decisión que nunca imaginó tomar, pero hoy puede decir que no se arrepiente.
La compatriota reveló que debía pagar 300 lempiras mensuales a las estructuras criminales, una tarifa que no baja sin importar las ventas. 'Estaba decepcionada de todo lo que había pasado, no quería dejar a mi familia ni a mis amigos, pero necesitaba superarme y entendí que aquí era imposible', explicó la compatriota a EL HERALDO.
LEA: Katherine Moncada, hondureña que brilla maquillando a famosos en Los Ángeles, EEUU
De modo que en octubre de 2013, la mujer originaria del municipio Dulce Nombre de Culmí, en el departamento de Olancho, inició su travesía y se instaló en España, donde poco tiempo después encontró trabajo cuidando ancianos, sin embargo, meses después sufrió un aparatoso accidente que la mantuvo desempleada por un tiempo.'A raíz de mi accidente fue que se me ocurrió comenzar a vender productos hondureños, junto a mi pareja Marco Antonio, teníamos envíos a domicilio en el país y así fuimos adquiriendo clientes que demandaban cada vez más cosas', contó Murillo.
Lo que la compatriota no sabía es en lo que se convertiría esa ocurrencia, pues luego se las ingenió para retomar su restaurante varado en Honduras, mismo al que decidió nombrar 'La casita del hondureño'.
ADEMÁS: Eric Jensen, el hondureño que migró a España y triunfó con sus piezas de diseño gráfico
Aceptación
Nahomy Murillo descubrió que su pasión por la cocina se mantuvo latente durante todo este tiempo y su sazón siguió encantando paladares a tal punto de que su restaurante es visitado no solo por compatriotas que residen en la zona, sino también por españoles, ecuatorianos, colombianos, bolivianos, peruanos, entre otros latinos que disfrutan de sus platillos.'La casita del hondureño' ofrece un amplio menú en el que figuran sopas de res, mariscos, mondongo, así como el famoso tapado olanchano, baleadas, pollo con tajadas, carne asada, enchiladas, catrachas, nacatamales, etc.
'Me siento muy orgullosa de haber logrado emprender en el extranjero porque a pesar de todos los obstáculos supe salir adelante', reveló la hondureña. 'Este ha sido uno de los mayores desafíos de mi vida', agregó.
ES DE INTERÉS: 'Carnitas Barak': Pareja sampedrana conquista con sazón catracho en Barcelona, España
Asimismo, Murillo contó que su mayor inspiración para lograr este tan anhelado sueño ha sido su familia, quienes permanecen en su mente cada vez que se le presentan dificultades.Si usted reside en Barcelona, no dude en visitar el bar-restaurante de la compartiota. 'La casita del hondureño' está ubicado en la Calle Sant Manuel 2, VilaPisina, Metro Linea Azul, salida Carte. Para contactarse con ella puede comunicarse al +34605140513.
La oscura situación que pasó en Honduras no la olvida, por lo que descarta volver a radicar en el país, sin embargo, la hondureña aprovecha a visitar a su familia en ocasiones. 'Afortunadamente, ya cuento con la ciudadanía de España y eso me facilita el traslado a mi tierra catracha', culminó.