VERACRUZ, ESTADOS UNIDOS.- Medio centenar de centroamericanos indocumentados fueron golpeados y algunos torturados por policías y autoridades migratorias en México, mientras transitaban por el peligroso estado de Veracruz rumbo a Estados Unidos, denunció este martes el sacerdote
Alejandro Solalinde, un reconocido defensor de migrantes.
Hay 'personas torturadas, a unos les cortaron los dedos (...) Hay una mujer embarazada que varios vieron que la golpearon y arrastraron', aseguró Solalinde en conferencia de prensa en Veracruz, tras entrevistarse con los migrantes.
El sacerdote, laureado con el Premio Nacional de Derechos Humanos por su labor con los migrantes, viajó desde el albergue que fundó en Oaxaca (sur) hasta el municipio de Juan Rodríguez Clara, Veracruz (este), para escuchar las denuncias de los centroamericanos.
El ataque habría ocurrido la madrugada del lunes por parte de personal del Instituto Nacional de Migración (INM), Policía Federal y autoridades estatales de Veracruz contra unos 50 migrantes centroamericanos, entre ellos varios hondureños, que pasaban por el poblado de Los Tigres en su viaje a Estados Unidos, montados sobre un tren de carga.
Un número indeterminado de migrantes fue detenido, aunque la mayoría habría logrado escapar con heridas. 23 de ellos llegaron a refugiarse a Juan Rodríguez Clara y se entrevistaron con Solalinde, quien asegura que presentarán denuncias formales contra los uniformados.
El sacerdote exigió que renunciaran a sus cargos el delegado del INM en Veracruz, pues 'es un policía que persigue a los migrantes', y el quinto visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, un 'funcionario de gabinete que no hace recorridos' con las víctimas.
Veracruz, que se extiende sobre la costa del Golfo de México, es una de las regiones más violentas del país por la operación de cárteles narcotraficantes que también extorsionan migrantes y roban combustible, muchas veces con la complicidad de autoridades locales corruptas.
Más de 500,000 personas cruzan clandestinamente la frontera sur de México cada año en su intento por llegar a Estados Unidos, según datos de Naciones Unidas. La mayoría son centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza de sus países.
Muchas veces atraviesan México sobre el lomo del tren de carga apodado 'La Bestia' por su peligrosidad, y son víctimas de abusos por parte de criminales y traficantes de personas.
Una vez que son ubicados por autoridades migratorias, los indocumentados habitualmente son enviados a las llamadas 'estaciones migratorias' en espera de su deportación.
Hay 'personas torturadas, a unos les cortaron los dedos (...) Hay una mujer embarazada que varios vieron que la golpearon y arrastraron', aseguró Solalinde en conferencia de prensa en Veracruz, tras entrevistarse con los migrantes.
El sacerdote, laureado con el Premio Nacional de Derechos Humanos por su labor con los migrantes, viajó desde el albergue que fundó en Oaxaca (sur) hasta el municipio de Juan Rodríguez Clara, Veracruz (este), para escuchar las denuncias de los centroamericanos.
El ataque habría ocurrido la madrugada del lunes por parte de personal del Instituto Nacional de Migración (INM), Policía Federal y autoridades estatales de Veracruz contra unos 50 migrantes centroamericanos, entre ellos varios hondureños, que pasaban por el poblado de Los Tigres en su viaje a Estados Unidos, montados sobre un tren de carga.
Un número indeterminado de migrantes fue detenido, aunque la mayoría habría logrado escapar con heridas. 23 de ellos llegaron a refugiarse a Juan Rodríguez Clara y se entrevistaron con Solalinde, quien asegura que presentarán denuncias formales contra los uniformados.
El sacerdote exigió que renunciaran a sus cargos el delegado del INM en Veracruz, pues 'es un policía que persigue a los migrantes', y el quinto visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, un 'funcionario de gabinete que no hace recorridos' con las víctimas.
Veracruz, que se extiende sobre la costa del Golfo de México, es una de las regiones más violentas del país por la operación de cárteles narcotraficantes que también extorsionan migrantes y roban combustible, muchas veces con la complicidad de autoridades locales corruptas.
Más de 500,000 personas cruzan clandestinamente la frontera sur de México cada año en su intento por llegar a Estados Unidos, según datos de Naciones Unidas. La mayoría son centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza de sus países.
Muchas veces atraviesan México sobre el lomo del tren de carga apodado 'La Bestia' por su peligrosidad, y son víctimas de abusos por parte de criminales y traficantes de personas.
Una vez que son ubicados por autoridades migratorias, los indocumentados habitualmente son enviados a las llamadas 'estaciones migratorias' en espera de su deportación.