CIUDAD JUAREZ, MEXICO.- La angustia se apoderaba este miércoles de migrantes desesperados por saber si familiares o amigos se hallan entre los 38 muertos que dejó el incendio de un centro de detención en la ciudad mexicana de Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos.
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Decenas de ellos pasaron la noche frente a las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM), donde se produjo la tragedia la noche del lunes, a la espera de información sobre sus parientes y conocidos.
Más de un día y medio después de los hechos, las autoridades seguían sin informarle al grupo de migrantes sobre las identidades y el número de fallecidos por nacionalidad. Tampoco la situación de los 28 heridos, algunos en estado grave.
Hasta ahora solo han informado que en la estación se hallaban ciudadanos de Guatemala, Venezuela, El Salvador, Honduras, Ecuador y Colombia.
“Es lo que queremos saber, si estaban allá adentro o no”, dijo a la AFP el venezolano Gilbert Zabaleta, quien busca a sus amigos Daniel y Óscar.
Lo último que supo de ellos fue que los condujeron en un vehículo del INM rumbo a la estación, hacia el mediodía del lunes. Los jóvenes le enviaron una foto al celular del momento del traslado.
“Creemos que estaban adentro”, comentó Zabaleta, con el rostro lacerado por las bajas temperaturas.
El gobierno anunció que entregará en la tarde del miércoles un informe sobre el siniestro, que según el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, no quedará impune.
“No vamos a ocultar nada y no va a haber impunidad”, dijo el mandatario izquierdista en la capital mexicana durante su conferencia de prensa diaria, en la que también pidió a la Fiscalía General que avance en las investigaciones y “se castigue de conformidad con la ley a quienes hayan causado esta dolorosa tragedia”.
Video Clave
López Obrador ya había adelantado el martes que el incendio se desató cuando un grupo de migrantes -que buscan cruzar a Estados Unidos- prendió fuego a colchonones en protesta por su posible deportación.
El presidente confirmó este miércoles la existencia de imágenes de videovigilancia en las que se ve el momento en que inician las llamas, sin que aparentemente los encargados abrieran lo que parece ser la celda donde los mantenían.
“No hay ningún propósito de ocultar los hechos (...), de proteger a nadie, no se permite en nuestro gobierno la violación de derechos humanos ni se permite la impunidad”, aseguró López Obrador.
“Vamos a actuar de manera responsable y se va a castigar si existe alguna actitud de dolo, de ineficiencia, algo que se haya hecho de manera indebida, delitos cometidos”, insistió.
El video, de 32 segundos, centraba la discusión en torno a la posible responsabilidad del Gobierno, del que depende el INM.
“¿Cómo es posible que las autoridades mexicanas hayan dejado encerrados a seres humanos sin posibilidad de escapar del incendio?”, cuestionó en un comunicado Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
La organización denunció que la catástrofe es “consecuencia de las restrictivas y crueles políticas migratorias que comparten los gobiernos de México y Estados Unidos”.
Los migrantes consideran que esas medidas dificultan cada vez más la posibilidad de llegar a Estados Unidos para escapar de la violencia y la pobreza extrema en sus países.
“Buscar refugio es un derecho humano y no un asunto policial”, se lee en un pancarta colgada en la reja del INM en Ciudad Juárez, cuyo letrero permanece manchado de hollín.
Pesar
En tanto, la tragedia seguía suscitando expresiones de pesar. “Recemos por los migrantes que fallecieron ayer en un trágico incendio en Ciudad Juárez, México, para que el señor los reciba en su reino y consuele a las familias”, expresó el papa Francisco.
Un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señala que desde 2014 unas 4.400 personas han muerto o desaparecido en la frontera entre México y Estados Unidos, de 3.180 km.
El presidente estadounidense, Joe Biden, endureció la política migratoria, obligando a los migrantes de Ucrania, Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití a pedir asilo desde los países por los que transitan o a gestionar citas en línea.
Estas medidas se anuncian cuando el mandatario demócrata es acusado por la oposición republicana de haber perdido el control de la frontera, con más de 4,5 millones de personas sin papeles interceptadas en esa región desde que asumió el cargo.