TEXAS, ESTADOS UNIDOS.- La masacre de cinco hondureños en Estados Unidos no solo ha afectado a las familias de las víctimas, sino a los vecinos, quienes aún no lograron procesar la idea de que un hecho tan aterrador ocurrió a unos metros de sus casas y entre personas a las que saludaban todos los dias.
Tras los hechos ocurridos el viernes 28 de abril, cuando un mexicano llamado Francisco Oropeza d isparó contra seis hondureños que estaban dentro de una casa aledaña a la suya y los mató, la consternación se ha apoderado de Cleveland , en Texas, Estados Unidos.
Recientemente, una vecina del asesino y de las víctimas narró cómo vivieron el crimen y cómo se comportaron los involucrados antes de la tragedia.
La mujer sacó su cuenta de TikTok para lamentar la muerte de su vecina Sonia Argentina Guzmán, del hijo de esta, Daniel Enrique Guzmán (9) y de las otras víctimas: Josué Jonathan Cáceres (18), Obdulia Rivera (29) y Diana Velásquez (21).
“Lamentablemente estamos acompañando desde nuestro hogar a nuestros vecinos, nosotros vivíamos al lado de la propiedad de ellos. Se me hace muy difícil tratar de entender esto... Tengo días con mucho dolor, con mucho sentimiento”, comenzó diciendo la mujer con voz entrecortada.
Luego agregó que ella y su familia solo conocían de vista a Francisco Oropeza. “No sabía ni como se llamaba”, confesó, pero dijo que a la familia hondureña sí la trató, pues incluso el niño fallecido era amigo de sus hijos.
La mexicana dijo que en varias ocasiones convivió con la familia hondureña, pues hacían fiestas de sus hijos y se invitaban o compartían carne asada, por lo que describió a Sonia y a su familia como buenas personas, contrariando a quienes en redes sociales afirman que las víctimas pudieron haber ocasionado la reacción violenta del asesino.
“Wilson y Sonia eran muy alegres, hacían sus fiestas, les gustaba bailar y hacían sus juegos... No se metían con nadie, siempre era como: ‘vecinos, cómo están’; nosotros les encargábamos la casa... Ellos no debieron morir así, qué triste el monstruo que estaba viviendo al lado de nuestras casas, es algo muy doloroso”, agregó.
Sueños rotos
Por otro lado, la fémina aseguró que la tragedia marcó a su familia, pues ella y su esposo compraron la propiedad en Cleveland con la ilusión de irse a vivir ahí pronto, pues los están desalojando del estado donde actualmente residen, pero ahora se niegan a mudarse sabiendo lo que pasó.
“Para mí también se acabaron las ilusiones, porque yo ya no quiero irme para allá, pensábamos llevarnos a los niños e irnos a vivir allá y teníamos muchas esperanzas y muchos sueños. Yo siento que no voy a estar a gusto sabiendo que tanta gente falleció al lado de mi casa”, dijo con lágrimas en sus ojos.
“Nos saludábamos, convivíamos y a veces mensajéabamos, es muy fuerte para nosotros saber que al ir allá ya no va a ser lo mismo”, aseveró.
Además, reveló que los disparos en la zona era habituales y coincidió con la familia de las víctimas al decir que nadie hacía nada por evitarlos.
“Siempre que nosotros íbamos escuchábamos balazos, pero nosotros no hacíamos caso, pues ya sabíamos que la costumbre ahí es hacer balazos y nadie hacía nada”, enfatizó.