TEXAS, ESTADOS UNIDOS.- Francisco Oropeza, el mexicano y principal sospechoso de la masacre contra cinco hondureños en Texas, tenía un historial violento, pues ya había amenazado a otros vecinos y fue acusado por disparar al aire y en el jardín de su vivienda.
Según reveló uno de los vecinos citado por El Diario de Nueva York, el individuo de 38 años “era un problema constante en el vecindario” y en una ocasión lo amenazó con matar a su mascota, un perro que se soltó una vez en las calles de la zona.
“Le digo a mi esposa todo el tiempo: ‘Aléjate de los vecinos. No discutas con ellos. Nunca sabes cómo van a reaccionar’”, dijo el hombre.
Por otro lado, otra de las vecinas reveló para la ABC que es común que las personas beban bebidas alcohólicas y hagan disparos al aire o en sus patios, especialmente los fines de semana. “Escuché los disparos, pero pensé que era como cualquier otro día normal. Nunca pensé que estaba pasando esto”, dijo una vecina.
Sin embargo, el sheriff del condado de San Jacinto, Greg Capers, dijo que disparar en el patio de una propiedad es ilegal.
Capers explicó que el hombre estaba bebiendo alcohol y haciendo disparos al aire y en su jardín la noche del viernes y la familia le pidió que parara porque intentaban dormir a un bebé.
“Voy a disparar en mi patio delantero, hago lo que quiera en mi propia casa”, fueron las palabras del individuo tras el reclamo.
Posteriormente, el hombre cargó su pistola y se dirigió a la casa de sus vecinos para matarlos en su propia casa. Fueron cinco las víctimas, todas de una misma familia y de nacionalidad hondureña.
Prófugo de la justicia
Tras cometer la masacre que acabó con la vida de cinco integrantes de una familia hondureña, el supuesto autor huyó con rumbo desconocido.
Las autoridades comenzaron con una intensa búsqueda con perros y drones, por lo que creyeron tenerlo rodeado en una zona boscosa. Sin embargo, los perros perdieron el rastro en un río y lo que encontraron fue un teléfono móvil y la ropa del individuo.
El perímetro de búsqueda se amplió y se espera que en las próximas horas surja información sobre el paradero del individuo, quien tiene un tatuaje en su brazo y por quien ofrecen una recompensa de 5 millones de dólares.