TEXAS, ESTADOS UNIDOS.- Los cinco hondureños fallecidos durante un tiroteo la noche del viernes en el condado de Jacinto, Texas, fueron identificados en las últimas horas.
EL HERALDO confirmó a través de la Asociación de Hondureños en San Antonio que las víctimas son Sonia Guzmán y su hijo de ocho años Daniel Guzmán.
De forma preliminar, se conoció que los demás fallecidos serían Julissa Rivera y Jonathan Cáceres, quienes supuestamente eran pareja y otra mujer identificada como Diana.
Según trascendió, los compatriotas vivían de forma legal en Estados Unidos y desde hace unas semanas, un grupo de la familia se había mudado a la zona donde ocurrió la matanza.
De acuerdo a los últimos informes, las cinco personas fueron víctimas de un hombre de nacionalidad mexicana, quien los asesinó sin mediar palabra en su casa de habitación porque la familia le pidió que no hiciera disparos al aire.
El sospechoso está prófugo de la justicia y las autoridades estadounidenses ofrecieron una recompensa de cinco millones de dólares a quien de información para dar con su paradero y captura.
La advertencia que hizo el mexicano
Las víctimas, que tenían entre ocho y 40 años, habían sido esparcidas desde la puerta de entrada a través de la casa hasta un dormitorio interior, donde dos de ellas -ambas mujeres- fueron encontradas encima de dos niños que sobrevivieron a la masacre.
“En mi opinión, en realidad estaban tratando de proteger a los bebés y mantenerlos con vida”, dijo el sheriff del condado de San Jacinto, Greg Capers, a la emisora KTRK.
Todas las víctimas habían recibido disparos “desde el cuello hacia arriba, casi estilo ejecución, básicamente en la cabeza”, agregó.
El sospechoso “había estado bebiendo y dijo: ‘Haré lo que quiera en mi patio delantero’”, explicó Capers a KTRK.