Choluteca, Honduras
La región sur de Honduras continúa siendo la más afectada por la temporada lluviosa que azota al país.
Un despertar bajo el agua vivieron el martes los habitantes de Nacaome y San Lorenzo, Valle, cuando el desbordamiento de los ríos Nacaome y Goascorán, los dos afluentes que bañan la zona.
En el municipio de Alianza, el efecto de las inundaciones provocadas por el incremento del caudal del río Goascorán fue la destrucción de las principales vías de acceso que quedaron obstruidas por el sedimento, lo que dejó incomunicada la comunidad de Muruhuaca .
En el sector, ubicado en la frontera con El Salvador, residen más de 3,000 personas, población que cada año, resulta afectada por los constantes desbordamientos del afluente.
Al igual que Alianza, el municipio de San Lorenzo reportó inundaciones en al menos 21 viviendas, en las cuales, según los pobladores, el agua acumulada alcanzaba casi medio metro pues les llegaba hasta las rodillas.
Los habitantes de Buena Vista, Alto de la Cruz, Morazán Oriente, El Coyol y la colonia Morazán fueron algunos de los vecindarios donde se reportaron inundaciones en San Lorenzo.
Al igual que en Valle, las afectaciones continuaron en Choluteca, donde se reportan nueve viviendas inundadas en la comunidad de San Antonio de Pau, jurisdicción del municipio de Pespire.
En esta zona resultaron afectadas unas 45 personas a quienes las autoridades de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) les dotaron de víveres y frazadas.
Félix Baquedano, subcomisionado de Copeco en Valle, informó que el monitoreo en las riberas de los ríos Nacaome y Goascorán es permanente, ya que ambos afluentes incrementaron su caudal de manera rápida.
“El problema es que en la zona alta donde nace el afluente las lluvias han sido constantes y eso ha provocado que al caer el agua en la zona sur los niveles del mismo se vean alterados, generando preocupación entre los ciudadanos”, dijo el funcionario.
Foco de contaminación
En el municipio de Marcovia el estancamiento del agua lluvia mantiene preocupadas a los habitantes de Cedeño y Punta Ratón, ambos sitios turísticos del poblado.
Los pobladores reportan acumulación de agua en solares y potreros, por lo que muchos ganaderos han tenido que sumergirse en las pozas de lodo, situación que temen se convierta en un foco de contaminación que desate brotes de enfermedades infecciosas.
Cristino Álvarez, presidente del patronato de Cedeño, pidió a las autoridades de Salud que realicen una inspección en la zona para tratar de liberar el agua acumulada que a su juicio solo puede ser extraída con bombas.
“Hay niños viviendo en las cercanías de esta agua estancada y nosotros tenemos temor de que se puedan generar brotes de enfermedades”, comentó el ciudadano.
Por su parte, Jaime Aguilera, subcomisionado de Copeco en Choluteca, anunció que enviarán personal calificado para que supervise los daños causados por el estancamiento del agua y a la vez buscar la manera de drenar dicho líquido.
“Hemos hecho las gestiones con la Secretaría de Salud para coordinar una actividad que nos permita llevar asistencia médica a esta zona y asegurar que las familias estén seguras”, comentó el funcionario.
Supervisión
Tras recibir los reportes por daños en el Centro de Educación Básica Pedro Nufio, ubicado en Choluteca, la comisión del Instituto de Desarrollo Comunitario de Agua y Saneamiento (Idecoas) visitó el centro educativo y realizó las evaluaciones del caso.
Keydi Zúniga, representante de Idecoas, explicó que realizarán los trabajos de mejoramiento del plantel en varias fases.
“Priorizaremos la reparación del techado y luego las demás necesidades que tiene el plantel, sabemos que son muchas, pero debemos ir por partes”, declaró la representante.
Las autoridades educativas, por su parte, acordaron reanudar las clases este miércoles en horarios normales con la premisa de que los padres de familia y docentes se mantengan pendientes del traslado seguro de los menores a los centros educativos y sus hogares .
Maratón
En Choluteca se realizó el martes la maratón en beneficio de las familias afectadas por las inundaciones del pasado sábado cinco de junio.
Taxistas, peatones y la ciudadanía en general pusieron su grano de arena para que las 20 familias que aún están albergadas puedan recibir enseres, comida y medicamentos a la mayor brevedad posible