TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Aunque en el pasado reciente Honduras fue ejemplo mundial por haber logrado tasas de inmunización récords, el sistema sanitario no ha logrado aplicar la misma fórmula para vacunar a la población contra el covid-19.
El argumento principal de la Secretaría de Salud y el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) para los retrasos en la aplicación masiva de las vacunas anticovid fue la falta de disposición de los antídotos debido a la oferta y a la demanda que imperaban en el mundo durante los primeros meses de 2021.
En efecto, de febrero a abril llegaron al país solamente 59,000 vacunas entre compras y donaciones, según números de la Secretaría de Salud.
No obstante, en mayo, cuando ingresaron un total de 450,600 dosis, tampoco hubo celeridad en el proceso que, a la fecha, cursa con mucha morosidad, generando miedo entre la población.
Cifras oficiales en poder de EL HERALDO Plus indican que, hasta el reporte más reciente de julio, a Honduras han ingresado casi 3.1 millones de vacunas de diferentes farmacéuticas, aunque solo se ha aplicado el 45% de esa cantidad.
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Vacunación a cuentagotas
Desde el 26 de febrero pasado —cuando se suministraron las primeras vacunas anticovid producto de una donación de Israel— al 16 de julio, el promedio diario de inoculación es de 13,386 personas, una cifra que, para los expertos, es riesgosa porque la gran mayoría de las personas quedan desprotegidas ante la agresividad de las nuevas variantes de la enfermedad.
Pero si solo se considera desde mayo, que fue cuando empezaron a arribar las mayores cantidades de los biológicos al país, restando las dosis de febrero a abril, el promedio es de 18,289 individuos inoculados cada día.
“Son pocas las personas que logran vacunarse al día contra el coronavirus en Honduras. Tenemos pésimas cifras, pero lo peor es que parece que no hay una respuesta de parte de las autoridades”, lamentó el médico Daniel Fernández.
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Luego de la aplicación de casi 1.4 millones de dosis, el sistema sanitario hondureño cuenta con 1.6 millones de antídotos a su disposición, una situación que genera malestar entre los diversos sectores de la sociedad “por la tardanza para vacunar a la población”.
De la disponibilidad de las vacunas, más de 600,000 están distribuidas a nivel nacional listas para la aplicación y el remanente está en el Laboratorio Nacional de Biológicos, conoció EL HERALDO.
Rezago con las segundas dosis
Entre una a dos personas con las dos dosis por cada 100 elegibles es el nivel alcanzado por el gobierno hondureño desde que comenzó la temporada de vacunación, establecen las cifras de la Secretaría de Salud hasta el anterior 16 de julio.
Ese reporte, en poder de EL HERALDO, precisa que 107,139 individuos cuentan con el esquema completo de la vacunación, lo que representa que el 1.5% de la población apta (6.9 millones) logró la inmunidad completa.
Para el neurólogo Marco Tulio Medina, el gobierno debe acelerar el proceso de vacunación con el esquema completo por causa de las variantes de covid-19, que son más agresivas, transmisibles y veloces en los organismos de las personas.
“Es una preocupación. Se debe acelerar la vacunación completa para evitar que más población pueda ser afectada por las nuevas variantes del virus que son más agresivas”, recomendó el exdecano de la Facultad de Medicina.
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El infectólogo Tito Alvarado, por su parte, dijo que es necesario que se masifique la vacunación porque Honduras vive momentos álgidos producto de los embates de la pandemia, que fue confirmada el 11 de marzo del año pasado.
“Es urgente acelerar la vacunación, las variantes son peligrosas y cada vez hay más muertos y enfermos”, comentó.
Establecer más puntos de vacunación a nivel nacional y contratar más personal de salud es vital para acelerar el curso de la vacunación en Honduras, de acuerdo con el analista Arnulfo Castellanos.
“Aquí parece que no hay estrategia, que lo importante es vacunar solo por hacer la acción. Estamos retrasados, necesitamos que el gobierno disponga de más puntos de vacunación en todo el país y contrate a más personas”, puntualizó.
“Tomará mucho tiempo poder vacunar a toda la población si seguimos así”, agregó.
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“Es un tormento vacunarse”
En Tegucigalpa, una vacuna implica madrugar y esperar estacionados o de pie por más de 10 horas.
Algunos pasan con el aire acondicionado de sus vehículos, otros tienen que buscar sombra debajo de un árbol o simplemente resistir el abrasador calor.
“Es un tormento vacunarse aquí, uno tiene que sufrir para vacunarse. A las autoridades no les importa, pero esto es un completo desorden”, reclama Sandy López, de 50 años, mientras esperaba a ser vacunada en la capital hondureña.
Salud comenzó el lunes la aplicación de la segunda dosis para quienes se vacunaron entre mediados de junio y la primera quincena de julio con los inmunizantes de Pfizer y Moderna.
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La meta es alcanzar a un millón de hondureños en 17 días para que tengan el esquema completo, aunque en temas logísticos el gobierno mantiene una deuda.
El lunes de nuevo se generaron largas filas de vehículos en los puntos móviles de inmunización. Hubo familias que desde las 2:00 a.m. llegaron a formarse con tal de salir lo más temprano posible.
“Uno lo hace por la necesidad, pero el gobierno no pone condiciones para que la vacunación sea cómoda. Esto debería de ser un proceso de alegría, no de incomodidad”, opinó Estela Flores, de 51 años, durante esperaba la segunda dosis de Pfizer en la Universidad UTH.
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Este martes es el turno de las personas que recibieron su primera dosis de Pfizer el 22 de junio.
Mientras la capacidad del gobierno se pone a prueba, también está por verse la disciplina de las personas. Los expertos recuerdan que las dos dosis no dan una licencia para quitarse la mascarilla u olvidar otras medidas de bioseguridad.
Las probabilidades siempre están y como antecedente está el caso de al menos cuatro muertes por covid-19 reportadas en Honduras de personas con el esquema completo, hecho en investigación para esclarecer las razones verdaderas de los decesos.
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