Defensa de JOH buscará enredar contundentes pruebas de la Fiscalía
Aunque expertos dicen que la mejor opción del expresidente Hernández es declararse culpable, su defensa pidió aplazar el juicio por tres o seis meses más, dejando entrever que seguirá con el proceso
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Cada hora, el juicio contra Juan Orlando Hernández se acerca, quedando el expresidente en manos de una defensa conflictiva, que, según expertos, buscará sembrar confusión en las pruebas, atacará a los testigos de la Fiscalía y posiblemente presente a sus propios “testigos de carácter”.
Y es que desde un inicio, la defensa del exmandatario presentó divergencias; Raymon Colon, quien lidera el equipo, fue abandonado por sus colaboradores, el abogado Daniel Pérez y Milagros Camacho, así como por el investigador Ángel Martínez y el rabino Bar-Levy.
Posteriormente, a Colon se le unió la abogada Sabrina Shroff y el juez Kevin Castel, que conoce el caso, le asignó al defensor público Renato Stabile.
Son ellos los que rebatirán todas las acusaciones de la Fiscalía contra Hernández, en un juicio que ya no compartirá con el jerarca policial, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla, ni el expolicía Mauricio Hernández, pues ambos se rindieron ante la justicia estadounidense y se declararon culpables.
Ahora, según el abogado penalista German Licona, Hernández solo tiene dos caminos: declararse culpable, como lo hizo Bonilla y Mauricio Hernández, o continuar con el proceso.
El juez dejó claro que el juicio está programado para el próximo 12 de enero de 2024 a las 9:30 de la mañana (8:30 hora Honduras), pero la defensa de Hernández pidió nuevamente un aplazamiento de 90 a 180 días (de tres a seis meses), argumentando que el expresidente no tiene acceso a una computadora portátil para revisar los hallazgos del caso.
“Como alternativa, solicito un aplazamiento del juicio por una semana”, pidió el abogado, al mencionar que no se ha cumplido la orden del tribunal emitida el 23 de enero de 2024 para que el expresidente tuviera el equipo.
Oportunidades en juicio
De acuerdo con Mike Vigil, exagente de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), quién conoce al dedillo las actuaciones de los abogados defensores en casos vinculados a narcotráfico, la defensa tendrá muy poco espacio para maniobrar ya que las pruebas contra Hernández son contundentes.
Igualmente, abogados hondureños también comparten que la justicia anglosajona es rígida en cuanto a la persecución de los delitos y que el historial de efectividad de la Fiscalía norteamericana es de un 95% por lo que no deja muchas posibilidades a los defensores.
EL HERALDO intentó hablar con Colon a través de Ana García, esposa de Hernández, para conocer detalles del juicio y el actuar de la defensa, pero ella no respondió las llamadas ni mensajes.
Un abogado estadounidense, especialista en derecho penal, que pidió el anonimato, relató que en términos penales el expresidente no tiene que probar su inocencia, “sino que la Fiscalía es la que tiene que probar que si la persona ha cometido un cierto delito”.
“Lo que hace el defendido únicamente es debatir las evidencias que se presentan y desestimar los testimonios, pero es completamente erróneo decir que la persona acusada va a probar su inocencia”, explicó.
Estrategia
Ante la consulta de si la defensa al revisar la documentación clasificada haya encontrado algunos elementos que puedan contrarrestar las pruebas de la fiscalía, Vigil respondió que no, que todo eso de pedir documentos clasificados de la DEA, la CIA y del FBI fue una táctica, porque la defensa bien sabía que se iba a necesitar mucho esfuerzo para conseguir toda esa información de los archivos de las agencias.
“La idea era que, si no les entregaban todo lo que pedían, entonces solicitarían al juez Castel que vaya anulando el caso porque no les facilitaron el material. La defensa sabía que ahí no iba a encontrar nada que favoreciera a su defendido, incluso hablaron de llamar al estrado al expresidente estadounidense Donal Trump y a militares”, recordó.
Además, según el exagente, la defensa de Hernández es muy débil, pues Colon no tiene la experiencia en manejar un caso tan complejo, obviamente se le unió un defensor público, pero él es nuevo y no conoce toda la evidencia.
A su vez, desde un principio se conoció que la defensa de Hernández es un equipo en conflicto.
Incluso, en una de las audiencias de enero recién pasado Hernández mostró inconformidad con Colón y pidió que le asignaran un defensor público. Castel no permitió la salida de Colón y para evitar retraso del juicio ordenó se le uniera Stabile.
“Colon ya tiene dos años en el caso y cambiarlo por un defensor nuevo seguramente retrasaría el juicio porque éste pediría al menos seis meses para conocer la evidencia”, indicó.
Dijo que detrás de todo esto hay una estrategia de Hernández y su defensa, pues pensaban que si el juez no accedía al defensor público podrían apelar y buscar un nuevo juicio, alegando que Colon era un abogado inefectivo, pero no les funcionó.
Ofensiva
Ahora en el juicio “es seguro que la defensa va a atacar a los testigos principalmente, diciendo que son narcotraficantes, que muchos sí lo son. Pero eso no creo que les va a servir, porque aquí en los Estados Unidos muchas veces se usan personas así porque nunca vas a conseguir a un sacerdote que te va a venir a testificar contra una red del crimen organizado”, ironizó el exagente.
Según él, la justicia de su país está clara, que para sustentar un caso se necesitan personas que estén o hayan estado dentro de una red criminal que puedan hablar de quiénes son sus miembros, cómo funcionan, qué drogas trafican, quiénes son los socios, qué rutas usan y todo eso.
Pero no solo es la palabra de un criminal contra un acusado. Las confesiones de ellos no se toman a la ligera, la agencia investiga la veracidad de la información proporcionada y en su momento la fiscalía deja claro que si se detecta una mentira el acuerdo se rompe.
Por otro lado, la defensa podría llamar a testigos de carácter, que son aquellas personas que llegan a un estrado a decir que conocían al acusado, que es buena persona, pero carecen de conocimiento de los delitos sobre los que se les está juzgando.
Este tipo de testigos, que son muy fáciles de conseguir, no genera mayor impacto ya que e jurado va a ver y escuchar la evidencia. La posibilidad de que la defensa salga victoriosa es totalmente de cero, presagió Vigil.
Confusión
Para el abogado hondureño Gustavo Bueso Jackier, la defensa del Hernández viene actuando con una estrategia errada, queriendo obstruir el juicio y pidiendo prórrogas por una y otra situación, que tiene límites en cualquier corte del mundo.
“En el sistema judicial anglosajón, cuando la Fiscalía interpone una demanda es porque tiene avanzados todos los medios de prueba, no van a ir a acusar a alguien para ir a perder un juicio. Los fiscales saben que después vienen las contrademandas millonarias y no solo eso, primero dejan en la calle a los fiscales y luego vienen las indemnizaciones que tiene que pagar el Estado, con dinero del pueblo”, reflexionó.
Entre tanto, el abogado Lester Ramírez sostuvo que primero la defensa usó la táctica de buscar cada vez un alargamiento del juicio con el fin de causar algún efecto, segundo lo que está pretendiendo es influir en el jurado, buscando personas que tengan una mentalidad objetivo y posiblemente hombres con alguna simpatía hacia Latinoamérica.
“Ya en el juicio Colon va a tratar de confundir un poco la evidencia que presente la Fiscalía, diciendo que él (JOH) no tuvo que ver con esos hechos, que las pruebas no muestran un vínculo claro de Hernández como político, ni como presidente y que cualquier relación es una coincidencia”, dijo.
“Obviamente dependerá de las pruebas que presente la Fiscalía, si presenta audios, videos, fotografías, entonces ahí si la defensa tendrá problemas. En cuanto a los testigos que presenten los fiscales, la defensa tratará de debilitar su credibilidad, pero eso será muy difícil lograrlo, sostuvo Ramírez