Girona, España
Mientras los españoles debaten por la polémica independencia de Cataluña, un hondureño, con su peculiar talento, se ha convertido en sensación.
Desde pequeño siempre mostró una gran pasión por el dibujo artístico, y en la escuela llenaba sus cuaderno con imágenes hechas a pulso. Su favoritas eran las de dibujos animados, animales, flores y letras góticas.
Hablamos del joven Rosmel Flores, de 29 años, quien desde hace unos dos años se ha ganado la admiración en Girona, Cataluña, España, haciendo peculiares cortes de cabello.
Para Rosmel, la cabeza cubierta de cabello de un joven o adulto es un lienzo y la máquina de afeitar y las tijeras son un pincel.
“Hago (cortes) tribales, nombres, animales, bocetos y lo que el cliente me pida”, expresó el joven a EL HERALDO, desde España.
Pero no todos los clientes tientes algo definido para dibujarse en su cabeza, muchos llegan a donde el catracho y solo le cuentan qué les gustaría lucir, dejando todo a su imaginación y creatividad.
Aparte de saber que tenía un talento especial por el dibujo, el joven descubrió hasta los 17 años que le gustaba el oficio de la peluquería cuando le cortaba el cabello a su hermano.
Al principio le hacía cortes sencillos, luego fue probando con algunos diseños como rayas, estrellas y flores.
Al conocer de sus capacidades, sus amigos de la colonia San Miguel y La Era de Tegucigalpa lo buscaban para que les hiciera los peculiares cortes, volviéndolos una
moda en su barrio.
Con el paso de los años, Rosmel fue perfeccionando su técnica hasta que llegó a instalar su propia barbería en esta zona de la capital.
La peluquería era muy visitada por jóvenes, no solo de la San Miguel, sino que de varios sectores de la capital.
La fama del talentoso barbero llegó a oídos hasta de los jugadores de la primera división de Honduras, como Fredixon Elvir, José Mariano Pineda, Melvin Valladares y otros de segunda división que lo buscaban para que les cortara el cabello.
Pero todo el futuro prometedor que había forjado este joven a su corta edad fue truncado por la delincuencia.
“Casi me matan por asaltar mi negocio, por eso hace dos años me salió la oportunidad y me vine para España”, recordó.
Gracias a su tenacidad, voluntad de superación y, sobre todo, a su talento innato, Rosmel consiguió trabajo rápidamente en España, haciendo lo que más de gusta.
Durante los fines de semana trabaja en una peluquería con unos amigos marroquíes donde logra ganarse el pan de cada de día.
No obstante, durante la semana decenas de españoles y hondureños radicados en aquel país europeo lo buscan, para poner a prueba su imaginación, la que comienza a volar al tener una máquina en la mano. La tendencia de los cortes de cabello con dibujos, rayas o nombres de seres queridos como el de los padres, hijos y hasta de sus amores se ha propagado a nivel mundial en los últimos años.
A diferencia de Honduras, en España los jóvenes y hasta niños puede vivir con toda libertad esta moda, sin ningún tipo de estigma.
“De momento, no tengo papeles, pero el trabajo habla por uno y cada vez hago más clientes”, aseguró el talentoso joven antes de cerrar la conversación para tomar su pincel, la máquina de cortar cabello.
Mientras los españoles debaten por la polémica independencia de Cataluña, un hondureño, con su peculiar talento, se ha convertido en sensación.
Desde pequeño siempre mostró una gran pasión por el dibujo artístico, y en la escuela llenaba sus cuaderno con imágenes hechas a pulso. Su favoritas eran las de dibujos animados, animales, flores y letras góticas.
Hablamos del joven Rosmel Flores, de 29 años, quien desde hace unos dos años se ha ganado la admiración en Girona, Cataluña, España, haciendo peculiares cortes de cabello.
Para Rosmel, la cabeza cubierta de cabello de un joven o adulto es un lienzo y la máquina de afeitar y las tijeras son un pincel.
“Hago (cortes) tribales, nombres, animales, bocetos y lo que el cliente me pida”, expresó el joven a EL HERALDO, desde España.
Pero no todos los clientes tientes algo definido para dibujarse en su cabeza, muchos llegan a donde el catracho y solo le cuentan qué les gustaría lucir, dejando todo a su imaginación y creatividad.
Aparte de saber que tenía un talento especial por el dibujo, el joven descubrió hasta los 17 años que le gustaba el oficio de la peluquería cuando le cortaba el cabello a su hermano.
Al principio le hacía cortes sencillos, luego fue probando con algunos diseños como rayas, estrellas y flores.
Al conocer de sus capacidades, sus amigos de la colonia San Miguel y La Era de Tegucigalpa lo buscaban para que les hiciera los peculiares cortes, volviéndolos una
moda en su barrio.
Con el paso de los años, Rosmel fue perfeccionando su técnica hasta que llegó a instalar su propia barbería en esta zona de la capital.
La peluquería era muy visitada por jóvenes, no solo de la San Miguel, sino que de varios sectores de la capital.
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La fama del talentoso barbero llegó a oídos hasta de los jugadores de la primera división de Honduras, como Fredixon Elvir, José Mariano Pineda, Melvin Valladares y otros de segunda división que lo buscaban para que les cortara el cabello.
Pero todo el futuro prometedor que había forjado este joven a su corta edad fue truncado por la delincuencia.
“Casi me matan por asaltar mi negocio, por eso hace dos años me salió la oportunidad y me vine para España”, recordó.
Gracias a su tenacidad, voluntad de superación y, sobre todo, a su talento innato, Rosmel consiguió trabajo rápidamente en España, haciendo lo que más de gusta.
Durante los fines de semana trabaja en una peluquería con unos amigos marroquíes donde logra ganarse el pan de cada de día.
No obstante, durante la semana decenas de españoles y hondureños radicados en aquel país europeo lo buscan, para poner a prueba su imaginación, la que comienza a volar al tener una máquina en la mano. La tendencia de los cortes de cabello con dibujos, rayas o nombres de seres queridos como el de los padres, hijos y hasta de sus amores se ha propagado a nivel mundial en los últimos años.
A diferencia de Honduras, en España los jóvenes y hasta niños puede vivir con toda libertad esta moda, sin ningún tipo de estigma.
“De momento, no tengo papeles, pero el trabajo habla por uno y cada vez hago más clientes”, aseguró el talentoso joven antes de cerrar la conversación para tomar su pincel, la máquina de cortar cabello.
'Gracia a Dios he salido adelante a puro trabajo, tratando de dar lo mejor de mí en cada corte'.
