“La identificación se vuelve difícil en términos de documentación, de vestimenta, y de reconocimiento facial, que son las primeras fases del proceso y luego se avanza a la de huellas dactilares”, dijo.
Rivera también detalló que el proceso de reconocimiento de los cadáveres se vuelve más complejo debido al estado avanzado de descomposición.
El diplomático recordó que en 2012 ocurrió un caso similar. 'De un aproximado de 150 personas que fueron identificadas en Monterrey, únicamente 10 fueron identificadas como hondureños'. En esa ocasión a las autoridades les tomó al menos cinco años identificar a las personas.
Hasta la fecha se registran más de 300 hondureños desaparecidos en el territorio azteca.
“Estas personas desaparecidas están siendo buscadas en albergues, estaciones migratorias, centros penitenciarios, hospitales y centros de detención, es decir que estamos en un proceso constante y permanente de búsqueda”, dijo Rivera.
696 cadáveres desde 2017
El hallazgo de 166 cadáveres en el estado de Veracruz eleva a 696 el número de cuerpos hallados en fosas clandestinas desde comienzos del 2017, detalló la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México.
La agencia dijo que se han encontrado 163 fosas clandestinas, mayormente en estados como Veracruz, Chihuahua, Sinaloa, Zacatecas y Jalisco.
La CNDH dijo que la existencia de esas fosas muestra la ineficiencia de las agencias del orden.
Las tumbas colectivas son cavadas a menudo por pandillas de narcotraficantes y secuestradores para disponer de los cadáveres de sus víctimas o de rivales.
El ritmo de esos descubrimientos no ha amainado desde el momento álgido de la guerra de drogas en México. La comisión dijo que entre el 2007 y el 2016 fueron hallados 3,230 cadáveres en tumbas colectivas.