CAMBRIDGE, ESTADOS UNIDOS.- La sangre 'patepluma' corre por la venas de
Nicolle Mejía, una jovencita hondureña que orgullosamente fue aceptada entre un grupo de 35,000 jóvenes para poder realizar sus estudios universitarios de la carrera de biología en la prestigiosa universidad de
Harvard, Estados Unidos.
La muchacha, de 18 años, nació en la aldea de San Vicente Centenario, en el departamento de Santa Bárbara, lugar en el que apenas vivió cuatro años de su niñez, pero que gracias a las enseñanzas de sus padres nunca olvidó y lo lleva en el fondo de su corazón.
Mejía llegó a Estados Unidos a la edad de cuatro años de la mano de sus padres, Iván Mejía e Iris Mejía, dos hondureños que aman el país y se comprometieron a siempre recordarle a sus hijas sus raíces catrachas.
Desde muy temprana edad, la niña mostró sus capacidades educativas destacándose siempre en las aulas de clases y recibiendo condecoraciones por sus excelentes calificaciones.
VEA: Hondureñas a la conquista del Miss Centroamérica en Madrid
Una vez terminada la secundaria la jovencita aplicó entre un grupo de 35,000 jóvenes para ingresar a realizar sus estudios en la Universidad de Harvard, donde debido a sus capacidades fue aceptada para cursar la carrera de biología que le abrirá paso para su mayor sueño: ser una veterinaria.
Consciente de la situación de la protección animal en Honduras, la joven comentó a EL HERALDO que desea convertirse en una exitosa veterinaria y regresar al país para impartir sus conocimientos, así como ampliar el tema de la protección de los animales con iniciativas de ley que ayuden a mejorar el tema.
Actualmente, la joven lleva ya dos meses en Harvard donde ha sido recibida de muy buena manera al punto de integrarse en diferentes actividades como la banda estudiantil.
Sus padres manifestaron que su pequeña es un orgullo 100% patepluma.
La muchacha, de 18 años, nació en la aldea de San Vicente Centenario, en el departamento de Santa Bárbara, lugar en el que apenas vivió cuatro años de su niñez, pero que gracias a las enseñanzas de sus padres nunca olvidó y lo lleva en el fondo de su corazón.
Mejía llegó a Estados Unidos a la edad de cuatro años de la mano de sus padres, Iván Mejía e Iris Mejía, dos hondureños que aman el país y se comprometieron a siempre recordarle a sus hijas sus raíces catrachas.
Desde muy temprana edad, la niña mostró sus capacidades educativas destacándose siempre en las aulas de clases y recibiendo condecoraciones por sus excelentes calificaciones.
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Una vez terminada la secundaria la jovencita aplicó entre un grupo de 35,000 jóvenes para ingresar a realizar sus estudios en la Universidad de Harvard, donde debido a sus capacidades fue aceptada para cursar la carrera de biología que le abrirá paso para su mayor sueño: ser una veterinaria.
Consciente de la situación de la protección animal en Honduras, la joven comentó a EL HERALDO que desea convertirse en una exitosa veterinaria y regresar al país para impartir sus conocimientos, así como ampliar el tema de la protección de los animales con iniciativas de ley que ayuden a mejorar el tema.
Actualmente, la joven lleva ya dos meses en Harvard donde ha sido recibida de muy buena manera al punto de integrarse en diferentes actividades como la banda estudiantil.
Sus padres manifestaron que su pequeña es un orgullo 100% patepluma.