PHOENIX, ESTADOS UNIDOS.- Grandes grupos de migrantes centroamericanos continúan entregándose a los agentes de la Patrulla Fronteriza en Arizona, como lo muestra la reciente llegada de un grupo de
108 personas, entre los que viajaban ocho hondureños, la cual fue documentada en dramáticas imágenes de vídeo, dijeron el viernes las autoridades.
La agencia dijo que los operadores de las cámaras que vigilaban el jueves la frontera entre Estados Unidos y México en la zona de Yuma, tomaron imágenes de un gran número de personas dejadas en el muro fronterizo al este del Puerto de Ingreso San Luis.
Según la agencia, los contrabandistas jamás cruzaron la frontera, aunque ayudaron a los migrantes a saltar el muro en cuatro lugares. El grupo estaba integrado de 100 guatemaltecos y ocho hondureños. Cincuenta y dos eran menores de edad, nueve de ellos de 5 años o menos.
El cruce multitudinario de migrantes ocurrió mientras otro drama tenía lugar mucho más hacia el sur, donde una caravana de miles de centroamericanos se desplazaba hacia el norte, hecho por el que el presidente Donald Trump exigió a México que les impidiera llegar a Estados Unidos.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza de Arizona se han visto rebasados durante semanas por la llegada de grandes números de migrantes centroamericanos que viajan en familias.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés) en Arizona comenzó este mes a dejar en libertad a cientos de personas que aguardan fechas de comparecencia ante un tribunal, con el argumento de que carece de la capacidad para mantener en custodia un “volumen altamente increíble” de familias de migrantes que están llegado a la frontera.
“El contrabando coordinado de grandes números de centroamericanos tiene lugar a diario aquí”, dijo el agente jefe de la Patrulla en el sector Yuma, Anthony Porvasnik, en un comunicado.
Antes de la llegada del grupo más reciente, las autoridades dijeron que desde el 20 de agosto, los contrabandistas habían dejado en total a más de 1.400 migrantes en el desierto abrasador —o en un caso bajo el aguacero de una tormenta— en zonas remotas de la frontera de Arizona con México. Uno de los grupos lo conformaban 275 personas.
A diferencia de lo que sucede en Texas, donde las personas se entregan en la orilla del río Bravo (o Grande), los contrabandistas cerca de Arizona han dejado a los grupos de familias migrantes cerca de Yuma, o más hacia el este, en un remoto camino de tierra que corre a lo largo del límite sur del Monumento Nacional del Cactus Órgano, cerca del Puerto de Ingreso Lukeville.
Si alguna vez los migrantes mexicanos sin familias constituían el grueso de los migrantes, ahora los guatemaltecos y otros centroamericanos que viajan en familias o los menores no acompañados son la norma.
La agencia dijo que los operadores de las cámaras que vigilaban el jueves la frontera entre Estados Unidos y México en la zona de Yuma, tomaron imágenes de un gran número de personas dejadas en el muro fronterizo al este del Puerto de Ingreso San Luis.
Según la agencia, los contrabandistas jamás cruzaron la frontera, aunque ayudaron a los migrantes a saltar el muro en cuatro lugares. El grupo estaba integrado de 100 guatemaltecos y ocho hondureños. Cincuenta y dos eran menores de edad, nueve de ellos de 5 años o menos.
El cruce multitudinario de migrantes ocurrió mientras otro drama tenía lugar mucho más hacia el sur, donde una caravana de miles de centroamericanos se desplazaba hacia el norte, hecho por el que el presidente Donald Trump exigió a México que les impidiera llegar a Estados Unidos.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza de Arizona se han visto rebasados durante semanas por la llegada de grandes números de migrantes centroamericanos que viajan en familias.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés) en Arizona comenzó este mes a dejar en libertad a cientos de personas que aguardan fechas de comparecencia ante un tribunal, con el argumento de que carece de la capacidad para mantener en custodia un “volumen altamente increíble” de familias de migrantes que están llegado a la frontera.
“El contrabando coordinado de grandes números de centroamericanos tiene lugar a diario aquí”, dijo el agente jefe de la Patrulla en el sector Yuma, Anthony Porvasnik, en un comunicado.
Antes de la llegada del grupo más reciente, las autoridades dijeron que desde el 20 de agosto, los contrabandistas habían dejado en total a más de 1.400 migrantes en el desierto abrasador —o en un caso bajo el aguacero de una tormenta— en zonas remotas de la frontera de Arizona con México. Uno de los grupos lo conformaban 275 personas.
A diferencia de lo que sucede en Texas, donde las personas se entregan en la orilla del río Bravo (o Grande), los contrabandistas cerca de Arizona han dejado a los grupos de familias migrantes cerca de Yuma, o más hacia el este, en un remoto camino de tierra que corre a lo largo del límite sur del Monumento Nacional del Cactus Órgano, cerca del Puerto de Ingreso Lukeville.
Si alguna vez los migrantes mexicanos sin familias constituían el grueso de los migrantes, ahora los guatemaltecos y otros centroamericanos que viajan en familias o los menores no acompañados son la norma.